Patinando sobre “hielo” en la cálida Habana

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Por Rachel D. Rojas  (Progreso Semanal)

HAVANA TIMES — “¿Hielo? ¿Tú no ves el sol que hace aquí?”, le espetó al equipo de Progreso Semanal uno de los muchachos que desde temprano rondaba la instalación de la pista de patinaje. El proyecto está comprendido en la gran iniciativa Detrás del muro que desde hace algunos años se realiza en el Malecón Habanero en el contexto de la Bienal de La Habana, esta vez su duodécima edición. Simula una pista de patinaje sobre hielo y se nombra, en clara alusión a la peña deportiva de la Habana Vieja, La Esquina Fría.

No es la primera vez que Duke Riley visita Cuba. En otras nueve ocasiones ha llegado a la Isla, lo cual le ha permitido permearse un poco de los códigos y costumbres que se manejan entre cubanos, a veces, de modo endogámico.

patinaje-13Se trata del artista que en año entrenó a 50 palomas para que realizaran una travesía de ida y vuelta entre Cayo Hueso y La Habana. La mitad de ellas equipadas con cámaras de video y la otra mitad con pequeños arneses diseñados para cargar… tabacos cubanos. Con aquella acción Riley no solo resumió la amplia historia de contrabando entre las dos naciones, sino más de medio siglo de anhelos navegando en ambas direcciones a través del Estrecho de la Florida.

Tampoco es de hielo la pequeña pista; al principio todos pensaron que “se derretiría”. Desde temprano hubo ansiosos merodeando los alrededores el pasado domingo 24 de mayo. La curiosidad primero, y luego la ilusión de acercarse un poco a una cultura mayoritariamente desconocida creció en el numeroso público que asistió a la inauguración de una esquina mojada, caliente y de exóticas pretensiones.

“Es de teflón. Ellos le rociaron un líquido que es como una silicona y luego le echan agua para que no se reseque y se pueda ‘resbalar’ en ella”. Así explica el padre de una de las niñas del equipo nacional de patinaje en Cuba, de la división de entre 6 y 8 años de edad.

Ellos fueron los primeros en probar la pista. Allí estaban casi todos. Grandes y chicos cambiaron patines con ruedas por los de la severa y filosa laja de metal, tanto de hockey como de patinaje de figuras.

Duke Riley
Duke Riley

Mientras, los niños de los barrios aledaños se arremolinaban en la cerca que los separaba del sueño. Con sus tarjetas de menor en la mano, pedían a gritos que los dejaran entrar de una vez.

Antes de patinar, Duke Riley dijo en inglés a la prensa que ahora más que nunca es el momento propicio para este tipo de intercambios, especialmente culturales, por la novedosa coyuntura histórica que se inició con las declaraciones presidenciales del 17D, y que se trata, sobre todo, de pensar en la gente. Algunas cosas serán negativas y otras positivas, agregó, y “es bueno que algunas cosas ridículas dejen de suceder y que nosotros podamos celebrarlo”.

Cuando al fin dejaron entrar a los niños y niñas que habían esperado durante horas fue que en realidad comenzó la celebración. En grupos de cinco entraban hasta que sonaba el silbato. Los ayudantes de Riley repartían medias nuevas y patines con el número que las madres y los propios pequeños les pedían. Había alrededor de 200 pares de diferentes tallas.

Algunos se soltaron enseguida, hacían murumacas de todo tipo. Otros no se separaban de la baranda o se daban las manos. Se abrochaban los cordones sueltos. Chocaban entre sí, sin conocerse, qué les importa. Y así permanece la pista, llena de churre unas horas después de la inauguración, del fango que delató el sintético que imitaba al frío. Así fue como estas personas, con tan corta edad, conocieron el “hielo”.
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Video: Carlos Ernesto Escalona Martí

4 thoughts on “Patinando sobre “hielo” en la cálida Habana

  • ¡Vaya diversión inusual para los cubanitos! Tuve un primo que trabajó en la instalación de la pista de patinaje sobre hielo de la Ciudad Deportiva en 1958. En aquel entonces visitó La Habana una compañía artística estadounidense de esa especialidad, para deleite de los cubanos. La diferencia es que en aquella ocasión se usó hielo real, que se mantenía en su estado sólido mediante equipos de refrigeración bajo la pista, además de aprovechar la etapa más fría del “invierno” cubano.

  • Me lo quitaste de la boca. No es lo usual, pero ya en Cuba se habia visto una pista de hielo, pero llegó el desastre y hubo que esperar más de medio siglo para ver otra

  • ño!!!! una pista real? no tienes fotos? existen fotos de aquel entonces? sería margnífico ver esa pista en aquél entonces.

  • Por favor alguien puede darme el teléfono de Duke para comprarle la pista y los patines después de la Bienal. Con eso voy a entrar al cuentapropismo y ganarme unos pesos. Pero….Y si este negocio no esta en la lista permitida? Mejor no arriesgo mi plata.

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