Ortega congeló las cuentas bancarias de la Iglesia católica

¿Por quién vamos hoy? Caricatura: PxMolina / Confidencial

Comenzó en Estelí, siguió en Matagalpa, Managua y en todo el país, sin notificación oficial. “¿Qué investigan? Es venganza”, valora fuente eclesial   

Por Confidencial

HAVANA TIMES – La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó “congelar” las cuentas bancarias de la Iglesia católica en Nicaragua, de forma gradual y sin ninguna notificación oficial, confirmaron fuentes eclesiásticas a CONFIDENCIAL. Una orden de congelar las cuentas bancarias puede ocurrir cuando se investigan las transacciones de una persona natural o jurídica, y la dictadura orteguista la ha ejecutado contra cientos de ciudadanos y organizaciones a quienes ha confiscado su patrimonio.

El congelamiento de las cuentas bancarias de las diócesis de la Iglesia católica en el sistema financiero nicaragüense es general, y se ha ejecutado a nivel nacional, confirmaron dos fuentes. Primero cancelaron cuentas bancarias de la Iglesia en Estelí, y siguieron en Matagalpa, Managua y en todo el país.

La información, que comenzó a circular en redes sociales y algunos medios de comunicación desde la tarde del viernes 26 de mayo, fue verificada por CONFIDENCIAL con fuentes independientes. Las mismas aseguraron que hasta la fecha no existe ninguna notificación oficial de parte del Gobierno sobre por qué han congelado las cuentas. Las órdenes de congelamiento las transmiten a los bancos y estos las ejecutan.

Congelamiento de las cuentas bancarias fue gradual

El problema se habría identificado el fin de semana pasado en Estelí, cuando dos sacerdotes de esa Diócesis intentaron hacer un retiro o traslado de un fondo que había gestionado en su momento monseñor Abelardo Mata –ahora obispo emérito de Estelí– para la construcción de un proyecto de salud. El banco no pudo efectuar la operación, y los dos sacerdotes fueron requeridos por la Policía y la Dirección de Auxilio Judicial para la investigación.

Los sacerdotes serían Pastor Eugenio Rodríguez Benavides y Leonardo Guevara Gutiérrez, quienes fueron sacados por oficiales del régimen de sus parroquias en Jalapa y Estelí, respectivamente, y trasladados a Managua a “una casa de formación” de la Iglesia católica, donde están a la “espera” que la Policía complete un proceso “investigativo” en su contra, según informó entonces la Diócesis de Estelí, a través de un comunicado.

Posteriormente, congelaron todas las cuentas de la Diócesis de Estelí, cuya administración apostólica estaba a cargo del obispo de Matagalpa Rolando Álvarez, quien fue detenido en agosto de 2022 y condenado en febrero de 2023 por elevar su voz profética, aunque la dictadura le fabricó delitos de “conspiración” y “propagación de noticias falsas”. La dictadura habría aprovechado el vínculo de Álvarez para ampliar la orden de congelar las cuentas bancarias a la Diócesis de Matagalpa.

A mediados de la semana, el congelamiento se extendió a la Arquidiócesis de Managua, y luego a nivel nacional, mientras el Gobierno no ha dicho cuál es la causa ni qué es lo que investiga.

“¿Qué investigan? Es venganza y revanchismo”

La dictadura orteguista dirige una serie de ataques contra la Iglesia católica, que incluyen los frecuentes y virulentos discursos del dictador contra la institución. En un discurso, a finales de febrero de 2023, Ortega calificó a la Iglesia católica de ser “una mafia” que no representa los principios de Dios ni de Cristo. “Los obispos, cardenales y Papas son una mafia”, reiteró.

Además, los acusa reiteradamente de golpistas y de ser los responsables de desestabilizar al país. Los ataques también incluyen el cierre de más de 300 organizaciones religiosas entre 2022 y lo que va de 2023, entre ellas Cáritas Nicaragua, el brazo social de la Iglesia.

Debido a estos ataques, se presume que la dictadura estaría investigando el supuesto “financiamiento de la desestabilización” por la que acusa a la Iglesia, que ha rechazado categóricamente esta supuesta “desestabilización” y considera que estos son actos de “venganza y revanchismo” por mantener su voz profética y abogar por las víctimas de la represión. “¿Qué investigan? Es venganza y revanchismo”, valoró una fuente eclesial en declaraciones a CONFIDENCIAL, hechas bajo anonimato por temor a represalias.

Las fuentes emplazan al Gobierno a que informe cuál es la causa del congelamiento de las cuentas bancarias y que digan qué es lo que supuestamente están investigando.

Además, describieron que En la distintas diócesis del país hay preocupación por el impacto inmediato que esta medida de ahogamiento financiero puede tener en las operaciones de la Iglesia, incluidos el mantenimiento de las parroquias y casas curales y episcopales, y de los colegios católicos que también reciben una subvención de parte del Estado, para el pago de algunos maestros.

Obispos y sacerdotes de la Iglesia asistieron a las víctimas de la masacre orteguista contra la Rebelión de Abril de 2018. También la Conferencia Episcopal de Nicaragua y el nuncio apostólico Waldemar Stalislaw Sommertag (expulsado en marzo de 2023 de Nicaragua), mediaron en los dos intentos fallidos de Diálogo Nacional.

Además, obispos y sacerdotes se han pronunciado contra las violaciones de los derechos humanos y en demanda de libertad de los presos políticos, que incluso ha llevado a la cárcel a más de una decena de ellos, de los cuales seis permanecen condenados y encarcelados como reos de conciencia –como el obispo Rolando Álvarez– o bajo vigilancia policial, como los dos sacerdotes de Jalapa y Estelí. El último sacerdote encarcelado es Jaime Iván Montecinos Sauceda, de 61 años, párroco de la iglesia Juan Pablo II del municipio de Sébaco, en Matagalpa.

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