Nicaragua se queda sin Judeas por “órdenes de arriba”

Por Confidencial

HAVANA TIMES – Por más de una década Carolina supo que haría en sus días libres de Semana Santa: viajar por Nicaragua con el grupo de una Judea. Pero, desde 2023, los planes de esta nicaragüense se esfumaron porque la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo suspendió de facto las presentaciones de las Judeas.

Las populares Judeas —que recrean la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo— se realizaban en las afueras de las parroquias, las calles, plazas y parques de comunidades, comarcas y municipios nicaragüenses, durante Cuaresma y Semana Santa.

La suspensión tomó por sorpresa a los grupos de Judea, principalmente, porque la vicepresidenta Rosario Murillo anunció, 15 días antes de la Semana Santa, el calendario de presentaciones de Judeas. “Aquí tengo también un programa de las Judeas tradicionales, que me ha hecho llegar el Instituto de Cultura. Vamos a estar celebrando con presentaciones artísticas”, afirmó la vocera gubernamental —en su soliloquio del 14 de marzo de 2023—, previo a detallar los lugares y grupos que se presentarían.

“Teníamos nuestra agenda de Semana Santa y estábamos preparados, pero ya acercándose la Semana Santa, los diferentes organismos, las alcaldías y el INTUR comenzaron a cancelarnos las presentaciones. Fue una cancelación vía mensajes sin ninguna explicación”, afirma Carolina, que solicitó omitir su verdadero nombre por temor a ser encarcelada.

Las presentaciones de las Judeas eran organizadas y autorizadas por las alcaldías junto al Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) y el Instituto Nicaragüense de Cultura (INC).

“La prohibición, entendemos, fue una orientación de mucho más arriba, del Gobierno central, porque las alcaldías, el Intur y todas estas organizaciones hacen lo que les orienten de más arriba”, sostiene la actriz popular.

Prohibición de procesiones en Nicaragua

La cancelación de facto de las Judeas coincidió con la prohibición de la dictadura, a través de la Policía Nacional, de sacar a las imágenes religiosas a las calles. Una disposición que se mantiene hasta la fecha. 

Desde 2023, en Nicaragua, está prohibido, so pena de cárcel, celebrar procesiones fuera de los templos. Las actividades católicas, como el Viacrucis, están restringidas al interior o al atrio de las parroquias.

Nicaragua es uno de los 78 países en el mundo donde los cristianos son perseguidos; en el caso nicaragüense es por la  “paranoia dictatorial” de Ortega y Murillo, de acuerdo con la Lista Mundial de la Persecución 2025 que elabora Open Doors, una oenegé con sede en los Países Bajos.

Carolina aclara que las Judeas no son “una actividad exclusiva” de los católicos, ya que en los grupos “hay de todas las religiones y de todos los credos políticos”.

“La suspensión de la Judea ha sido una situación bastante triste porque, aunque llevamos un mensaje religioso, no pertenecemos a ninguna religión, ni a la católica ni a la evangélica”, subraya la ciudadana.

“La Judea —continúa— es una actividad cultural, más allá de alguna religión. Tampoco es una actividad en apoyo a alguien o algo, es una obra de teatro popular”.

Las Judeas en Nicaragua

La agenda de presentaciones de Judeas era ampliamente difundida por los medios de la propaganda orteguista, pero desde marzo de 2023 no han publicado ni una nota referente a estas actividades, de acuerdo con una revisión de CONFIDENCIAL en los principales medios oficialistas.

Para este 2025, la propaganda orteguista no ha mencionado ni una actividad relacionada a las Judeas. El plan verano 2025 solo incluye festivales, desfiles de moda, muestras gastronómicas y conciertos de música chinamera y cumbias.

No existe un registro oficial de cuántos grupos de Judeas hay en Nicaragua, pero según reporte de medios oficialistas anualmente se presentaban una decena de grupos, integrados por 30, 50 o 70 actores y actrices populares de diversas edades, desde niños, jóvenes, adultos hasta personas de la tercera edad.

Los ensayos de estos grupos iniciaban en enero o febrero de cada año, y los ciudadanos no cobraban por participar.

Carolina explica que algunas Judeas recibían cierto apoyo económico de sus alcaldías, pero eran montos simbólicos, como una especie de ofrenda. “Daban entre mil o dos mil córdobas, y ese dinero reinvertía y se hacían mejoras en temas de utilería y vestuario”.

Señala que dentro de los grupos de las Judeas hay simpatizantes del régimen Ortega-Murillo, quienes se han visto afectados por la suspensión. También, centenares de ciudadanos orteguistas han sido privados de estas obras teatrales populares.

“En cada uno de los grupos hay personas de todas las religiones y credos políticos. Y la verdad, incluso, los partidarios del gobierno están también resentidos porque no entienden la suspensión y por qué ya no podemos llevar este tipo de obra cultural o teatro callejero, que no tiene ninguna conexión con ninguna religión”, sostiene.

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