Miradas que ven y callan y otorgan

Por Maykel Paneque

Luis Alfredo Vaillant Rebollar

HAVANA TIMES — Ayer asistí en la céntrica avenida 23 del Vedado a otra de las actividades culturales que cada año vienen sucediendo en Cuba en los meses de julio y agosto, en este caso bajo el nombre Lecturas de Verano. Específicamente fui a la presentación del libro Alguien te mira, del escritor Luis Alfredo Vaillant Rebollar, publicado por Ediciones Montecallado, y que recibiera el Premio Félix Pita Rodríguez 2016 en el género de cuento.

Lo primero que llama la atención del ejemplar es la cubierta, una sobrecogedora fotografía de Nonardo Perea que habla por sí misma y no necesita comentario alguno.

Ahora que comienza un aluvión de informaciones sobre las venideras elecciones en Cuba, donde los Comité de Defensa de la Revolución ejercen una labor de espionaje y control desde la base (es decir, los barrios) no está de más comentar la experiencia de un libro desolador que se sumerge en el destino de varios personajes cubanos, un destino a veces tan atormentado que muchos de esos personajes deciden elegir la muerte como una forma de escapar al tormento y la desdicha.

Adentrarse en Alguien te mira, es sumergirse también en una certeza: todos somos espiados, constantemente vigilados, algo que ya se sabe, pero que nunca está de más plasmarlo desde una arista literaria.

Ya desde su primer libro de cuentos, Náufragos, Premio David 2005 y publicado en el 2006 por Ediciones Unión, Vaillant Rebollar ofrece los posibles derroteros por donde iba a encauzar su literatura. Sus personajes, seres abocados a la deriva, viven presionados por situaciones límites y el sinsentido de una sociedad que los asfixia y los condena a la ilegalidad, al crimen y no pocas veces al exilio.

Ahora con el volumen Alguien te mira, Vaillant Rebollar regresa para explorar sus grandes obsesiones: la muerte, la ciudad y la marginalidad. Obsesiones que sitúa en “una ciudad que puede estar llena de asesinos y cualquiera puede ser la víctima esperando en un rincón oscuro”. Una ciudad, casi siempre nombrada, y que es La Habana, “que se muere y se mueve como todas y es, al mismo tiempo, un laberinto”, una ciudad donde la vida, la de los personajes y la nuestra también, “está siendo analizada como si fuéramos un conejillo de Indias”.

En la presentación de “Alguien te mira”

Pero la muerte, la ciudad y la marginalidad tienen aliados, no siempre bienvenidos, que se convierten, también, en obsesiones del autor: el miedo, la paranoia, la sospecha diaria de respirar entre amenazas, el secreto complot urdido a base de vigilancia para silenciarnos y destruirnos.

¿Qué justifica el asecho, la zozobra, el crimen? ¿De qué hablamos cuando mencionamos persecución, autoexilio, sobrevivida y sobrevivientes? ¿El sexo, el ron, la hipocresía, son los verdaderos alicientes para escapar del desmoronamiento de las ilusiones y enfrentar la mentira consumada que las ahoga? ¿Qué hacer con los simuladores, con la palabra muerte, asesino, furia, deseos de venganza? Son interrogantes que asoman unas veces desde el silencio, otras desde los gritos desgarrados y las desesperaciones.

Aun así, Alguien te mira no es un libro policiaco, no convoca el detective, como si esa tarea estuviera reservada para el futuro lector, quien tendrá que descifrar y ver lo que existe, pero no se nombra, lo que se infiere, pero se calla. La soledad y el deseo de un voyeur, el desenlace de dos amigos que prosperan con un negocio de ancas de ranas, el joven que desea morir, que lo maten para no mirarle más la cara a la desdicha. La pareja de adolescentes que coloca una bomba en una estación de policía, el viejo que lo controla todo y una manisera que trabaja para él decide que ese viejo sucio, solo y triste debe morir, son algunas alusiones que subyacen bajo las apariencias que narra una historia, pero cuenta otra.

Alguien te mira no es un libro alegre, a pesar de sus destellos de humor. Es un libro doloroso, una reflexión pausada del encierro y las posibles salidas para liberarse de él. Una meditación serena sobre la oscura existencia de seres que  intentaron explicarse el sentido de una felicidad personal y no lo lograron.

Sexo, violencia, marginalidad y muerte. Sospecha, miedo, paranoia y traición. Alguien siempre está ahí para contemplarnos mientras nos empujan al abismo. Alguien nos ve sucumbir en un laberinto donde hay más de una salida, pero no acertamos a encontrar ninguna. Alguien nos mira y quizá en vez de darnos la mano nos da la espalda. De eso se encarga Luis Alfredo Vaillant Rebollar, de recordárnoslo.

6 thoughts on “Miradas que ven y callan y otorgan

  • Interesante libro según el post, intentaré conseguirlo. En el mundo actual la vigilancia, el espionaje, la invasión de privacidad es pan de cada día, en algunos países de forma más sutil y sofisticada; en otros, como el caso de Cuba, también se valen de los “chivatientes”, en su mayoría viejos(as) que, luego de comerse una croqueta con arroz y tomarse un vaso de agua, se dedican a espiar al vecino y disfrutan echándolo pa´lante y jodiéndolo.

  • ?Por qué le pusieron ese título? !Qué gasto de palabras! Le hubieran puesto C.D.R – P.N.R y se hubieran ahorrado tinta en letras y estuvieran hablando de lo mismo.

  • Kamikaze : ojala mi mensaje pueda llegar a usted, como anuncio …usted es un hombre nuevo…no sabe a que se refiere ese tipo de vigilance a que se refiere el autor del libro. No siga auto engañándose d con eso de que : “en todo el mundo se vigila ” eso es consuelo fútil …….todos los sistemas politicos no son totalitarios, lo sabia ??Comprese el libro, lo necesita !!

  • José Darío, no se imagine que tiene la verdad absoluta en sus manos y respete la otredad; y sí, en todo el mundo se vigila, de una forma u otra, se vigila a través de las redes sociales, se escuchan conversaciones telefónicas (aunque esté prohibido por ley y se forme el escándalo al descubrirse). Presumo que usted vive en USA (que le anticipo es un gran país ), ahora dígame sinceramente, usted asegura que allí no se vigila a nadie?

  • claro que se vigila, pero tambien hay la posibilidad de vigilar a los que nos vigilan !!! En las sociedades comunistas la persona ni sabe que lo vigilan !!! Nunca ha visto series, películas, testimonios acerca de las amenazas a la privacidad, etc, etc En los paises democraticos, claro???

  • Excelente comentario de Maykel. Gracias. Buscaré el libro, porque además de las muy buena referencias, implica a dos buenos amigxs míos. Luisito y Nonardo.

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