Mi abuela y yo
Rosa Martinez
HAVANA TIMES, 15 sep. — Mi abuela cumpliría hoy su onomástico 87, pero hace ya dos años que no está entre nosotros.
Rosita, como la llamaban todos, fue una mujer tierna, de alegría perenne, a tal punto que ni siquiera el crudo período especial y sus excesivas carencias le robaron su sonrisa. De blanca y larga cabellera, aún viejecita no permitía que se la cortaran, pues para ella una mujer pelicorta era como una casa sin jardín.
Fue siempre muy atrevida al vestir, por eso su cuerpo bien moldeado resaltaba en los pantalones bien ajustados que usaba siempre.
Su último cumpleaños fue, como todos, un acontecimiento familiar.
Como tenía 8 hijos, 17 nietos, 6 bisnietos y otros familiares, tuvimos que comprar un inmenso pastel para todos. En tanto, mi mamá y yo preparamos jugo de piña, su bebida preferida, pues no le gustaba el alcohol.
Recuerdo que ese día estaba más linda que de costumbre. Usó unos zapatos de tacón mediano y un vestidito azul que, para mi orgullo, escogió entre tantos regalos lindos que recibió.
Durante varias horas nos hizo reír con sus cuentos y anécdotas de cuando vivía en el Valle de Caujerí, en el distante municipio de San Antonio del Sur, en el litoral sur de esta oriental provincia, de cuando era novia del abuelo y se escaparon de la casa, así como de otras historias repetidas que no dejaban de alegrarnos y sorprender siempre con algún detalle nuevo.
Ella era el corazón de nuestra familia. Cuando falleció, repentinamente, un 15 de septiembre, creímos que se acabaría todo para nosotros, pensábamos que en su ataúd se iba no solo su cuerpo perfecto, su cara bonita, su sonrisa tierna, sino también se irían nuestras alegrías, la unión familiar, el amor de hermanos, primos, sobrinos.
Pero no fue así. Afortunadamente seguimos unidos, hoy la recordamos con nostalgia, pero no con tristeza, porque ella no hubiera querido un recuerdo triste para un día como hoy.
Después de haber escrito bastante sobre mi abuela e intentar enviarlo dio error, trataré de repetir algunas cosas por lo importante que ella fue para mi. Contaba que a mi abuela si le gustaba el alcohol con medida y era muy divertida, jaranera, sociable y querida por todos. Ella iba con 83 años a la playa y nadaba por debajo del agua y todo, los 31 de diciembre se las pasaba bailando toda la noche. Le gustaba hacer décimas y las hacía muy bien, no se perdía un programa de Palmas y Cañas. En el 2003 salí a trabajar fuera de Cuba y como sabía que la separación la afectaría, nunca se le dijo el tiempo. Al año cuando vine de vacaciones y me disponía a salir de Cuba, me dijo en la despedida que no tenía fuerzas para esperarme otro año más, en tono jocoso le dije que dejara la bobería, que ella estaba fuerte, a los pocos días de irme, le dio una izquemia cerebral, la rebasó, pero perdió la voz (si dios existe le quitó lo más preciado para ella). Al mes apróximadamente le repitió y quedó inconsciente, fue ingresada en terapia intensiva, al yo llegar a su lado suspiró profundamente, apretó la manguera con sus labios y sus ojos se aguaron. Esa madrugada de noviembre del 2004 falleció, estoy seguro me espero para verme y morir…..No escribo más, la quise mucho y ella lo sabe donde esté. Hoy en día vivo en su apto, tengo una niña de un año de edad que todos dicen es su reencarnación al ser tan parecida en el caracter y lo sociable que es a pesar de solo tener un añito. A cada rato ella mira hacia la cocina y se sonríe sin estar nadie en ese lugar, ¿Será que ve a mi abuela? Ojalá que así sea, eso me haría muy feliz……….
Creo que nuestras experiencias con las abuelitas tienen más cosas en común de lo que puedas imaginar. Coincidentemente también tengo una niña que se parece mucho a mi abuela, sin embargo yo no me parezco en nada. Para mi, su muerte tambien fue un golpe muy duro, no creo recuperame nunca de eso. Los niños que nos criamos con los abuelos somos muy mimados y cariñosos.
Gracias Rosa, hoy pude ver su respuesta, cierto que tenemos muchas cosas en común con relación a nuestras abuelas, por eso me decidí escribir mis opiniones. Si desea seguir compartiendo criterios puede escribirme a mi correo electrónico. Me gusta mucho tu forma de escribir, se ve que eres mimada y cariñosa, eso tambien me encantó e inspiró a escribir, escribeme por favor, sería bueno que intercambiemos.