Martinelli, un año en su “jaula de oro” orteguista en Panamá

Fotoarte con las imágenes de Ricardo Martinelli (centro); Daniel Ortega (izquierda) y José Raúl Mulino. // Foto: Confidencial

Por Confidencial

HAVANA TIMES – El expresidente panameño Ricardo Martinelli Berrocal “celebró” con pizza, vino, y otras comidas y bebidas, su primer año de asilo en la Embajada de Nicaragua en Panamá. El festejo no es un hecho esporádico. Con el consentimiento del régimen orteguista, el exmandatario convirtió la sede diplomática nicaragüense en su centro de operaciones en la capital canalera.

A un año de mi asilo, aquí estoy celebrando con amistades (…), pero lo más importante es la compañía de todos mis amigos y de todo un pueblo”, afirmó Ricardo Martinelli en un video publicado en su cuenta de Instagram.

El exmandatario se refugió en la embajada nicaragüense el 7 de febrero de 2024, cinco días después que la Corte Suprema de Justicia de Panamá ratificó una sentencia en su contra por lavado de capitales. En julio de 2023, un tribunal condenó a Ricardo Martinelli a diez años y seis meses de cárcel y a pagar una multa de más de 19.2 millones de dólares.

“El señor Martinelli se metió en la embajada de Nicaragua antes de que lo agarraran para llevarlo a la cárcel, pensando que esa estancia sería corta”, sostuvo Lina Vega Abad, presidenta de Transparencia Internacional en Panamá.

En una entrevista con el programa Esta Semana, la también periodista comentó que el expresidente “estaba seguro” de que saldría libre si llegaba a la Presidencia “su amigo (José Raúl Mulino)”, pero esto no sucedió porque el nuevo mandatario “no va a violar ninguna ley para sacarlo”. 

Mulino ganó las elecciones presidenciales en mayo de 2024, tras reemplazar a Ricardo Martinelli, de 72 años, como candidato del partido Realizando Metas (RM).

Carlos Ernesto González, abogado y exembajador panameño, coincidió en que Martinelli “pensó” que Mulino violaría la ley para liberarlo, pero como no lo hizo: “ahora (el caso Martinelli) huele mal para todo el mundo”.

“Estar encerrado, así sea en una celda de oro, no debe ser agradable para nadie. Por más que el señor (Martinelli) haya adaptado la sede de la embajada, debe estar muy contrariado con ese encierro, creo que es apenas normal”, señaló Guido Rodríguez Lugari, abogado y analista político panameño.

El exjefe de Estado transformó la embajada nicaragüense en un apartamento de lujo. Se llevó consigo un sinnúmero de enseres domésticos, artefactos electrónicos y equipos de ejercicios. La sede diplomática está situada en un barrio de clase media en Ciudad de Panamá.

“Lo cierto es que (el expresidente) mantiene una deuda con la sociedad panameña, de la que no ha cumplido ni un solo día en el sistema penitenciario”, destacó Rodríguez.

Hace un año cuando Martinelli estaba arreglando su apartamento en la embajada de Nicaragua.

El salvoconducto para Ricardo Martinelli

Ricardo Martinelli se presenta como un “perseguido político” y “víctima” de un complot para asesinarlo, aunque no ha presentado ninguna evidencia de ello. Pese a la falta de pruebas, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo asumió estas afirmaciones como ciertas y le otorgó el asilo, además solicitó un salvoconducto para su traslado a Nicaragua por “encontrarse en riesgo inminente su vida, integridad física y seguridad”.

La Administración de Laurentino Cortizo (2019-2024) rechazó la solicitud de salvoconducto porque el expresidente es un condenado de la justicia panameña.

De acuerdo con el Gobierno de Mulino, el salvoconducto no ha sido solicitado nuevamente, aunque el presidente panameño adelantó que ese tema sería discutido con la nueva embajadora de Nicaragua en Panamá, Jessica Padilla Leiva.

“Se abordarán muchos temas que no se podían abordar con la anterior
(embajadora). Ahora los vamos a abordar. El salvoconducto es uno de ellos”, dijo Mulino en una conferencia de prensa el 30 de enero de 2025.

El presidente no explicó las razones por las que no pudo abordar el tema con la anterior embajadora Consuelo Sandoval Meza, quien renunció al cargo en diciembre de 2024.

“El asilo de Martinelli ha sido un tema incómodo para el Gobierno saliente (de Cortizo), así como para el Gobierno del presidente Mulino”, subrayó Eliseo Núñez, analista político nicaragüense.

“Lo mejor —continuó— que puede hacer un Gobierno con alguien incómodo como Martinelli, que goza de alguna popularidad en Panamá, es darle el salvoconducto y que se haga cargo de su propio problema fuera de Panamá”.

Expresidente “no quiere irse” de Panamá

Tanto los analistas panameños como el nicaragüense coincidieron que Mulino ya decidió otorgar el salvoconducto a Martinelli, aunque habrá que ver si el expresidente viaja a Nicaragua.

“Es una situación complicada, porque Martinelli no se quiere ir (de Panamá), no quiere aceptar un salvoconducto”, aseguró Vega Abad.

“Si Panamá le da un salvoconducto para que salga, pero él no quiere salir. ¿Qué es lo siguiente que debe pasar? En principio, una ruptura de relaciones entre Panamá y Nicaragua”, explicó la presidenta de Transparencia Internacional en Panamá.

“Si él se niega a salir de la embajada, eso es lo que va a pasar, no lo sabemos. Se va a ir por las buenas tampoco lo sabemos. Es una incertidumbre”, agregó.

González resaltó que de la futura reunión entre Mulino y la nueva embajadora nicaragüense “habrá un desenlace que tendrá impacto directo” en las relaciones entre ambos países.

“En principio, si Panamá le otorga el salvoconducto para sacar a Martinelli, (los Ortega-Murillo) están obligados a llevárselo. De otra forma, sospecho, que el Gobierno (panameño) rompería relaciones con Nicaragua o iniciaría un proceso para presionar a Nicaragua por su violación de los tratados de asilo”, advirtió el exdiplomático.

El Gobierno de Cortizo envió a la Cancillería nicaragüense varias “notas de protesta” por las acciones “político-partidistas” de Martinelli en la sede diplomática, ya que es “ilegal de conformidad con el derecho internacional”.

En diciembre de 2024, el canciller panameño, Javier Martínez-Acha, convocó a la entonces embajadora Sandoval Meza para expresarle su “preocupación por las expresiones que se dan dentro de la embajada” y solicitarle que la sede no sea un “foco de reuniones políticas” y “solamente” limitarse a sus responsabilidades de asilo.

Impacto en las relaciones diplomáticas

El presidente Mulino fue más allá de las declaraciones de su canciller y aseguró que el emplazamiento a la embajadora fue la “primera advertencia” al régimen en Nicaragua.

“En el lenguaje diplomático cuando llamas a un embajador a la Cancillería es porque el tema es serio (y) sí lo es”, afirmó el mandatario el 12 de diciembre de 2024 en una rueda de prensa.

“Ahora, estamos ante un país que no tiene ni Dios ni Ley, en Nicaragua. Hay que entender también que no estamos trabajando con un país común y corriente respetuoso del derecho internacional, no respetan al internacional, el interno ni ningún derecho en Nicaragua”, dijo el presidente.

Un policía resguarda la embajada de Nicaragua, en Ciudad de Panamá. Foto: EFE/ Gabriel Rodríguez

González valoró que las relaciones entre Panamá y Nicaragua están “congeladas”, aunque subrayó que Mulino, por su cercanía con Martinelli, “no ha tomado medidas más fuertes, por lo que ha mantenido el tema en el limbo”.

Para Núñez, aún sin el asilo a Martinelli, las relaciones entre Panamá y Nicaragua “no serían las mejores”, ya que existe “una incompatibilidad total entre Ortega y Mulino, que es un demócrata de pies a cabeza”.

Sostuvo que “Ortega solo tiene una buena relación con Venezuela y Cuba”, mientras con el resto de países latinoamericanos mantiene “una relación bastante tortuosa”, por lo que el asilo a Martinelli “solo empeoró” las relaciones con Panamá.

Los migrantes nicaragüenses que viven en Panamá envían anualmente más de 56 millones de dólares en remesas familiares, según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN). Panamá es el cuarto país de origen de las remesas a Nicaragua.

¿Qué ha ganado el régimen con el asilo a Ricardo Martinelli?

El analista nicaragüense comentó que Ortega y Murillo creyeron que “tendrían algunas ventajas” con Mulino, lo cual “no ocurrió”. “Quizás el único provecho (del asilo a Ricardo Martinelli) sea que se consolidan como refugio de corruptos y aumenta la demanda de esto, lo cual no es malo para ellos porque les representa ventajas económicas”.

Ricardo Martinelli se sumó a una lista de más de 130 aliados políticos y prófugos de la justicia que han encontrado un escondite en Nicaragua y, en la mayoría de los casos, obtenido la nacionalidad nicaragüense para evitar la extradición. 

Varios de los procesos de naturalización se hicieron incumpliendo las leyes migratorias nicaragüenses, según un análisis de CONFIDENCIAL con base a las resoluciones de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME).

Entre esos “refugiados” hay expresidentes salvadoreños, exfuncionarios hondureños y guatemaltecos, científicos rusos o diplomáticos afines.

“El gran misterio es qué ha ganado el Gobierno de Nicaragua, porque Martinelli no es un compinche ideológico de la dictadura nica. En su caso –opinó el exdiplomático panameño– todas esas cosas suelen explicarse con dinero para alguien”.

En sus alocuciones públicas, Ortega y Murillo nunca se han referido a la situación del expresidente panameño o explicado las motivaciones para otorgarle el asilo, y la Cancillería nicaragüense solo ha emitido dos comunicados, en febrero de 2024, para informar del asilo y reclamar por la negativa del salvoconducto. Mientras, Ricardo Martinelli ha usado sus redes sociales para agradecer el “apoyo desinteresado” de la pareja dictatorial.

“Hoy estoy vivo gracias a la humanitaria decisión del presidente de Nicaragua Daniel Ortega y de la vicepresidenta Rosario Murillo, quienes me salvaron la vida al concederme asilo político”, publicó Martinelli en X —antes Twitter— el 19 de julio de 2024, cuando se conmemoró el 45 aniversario de la Revolución Sandinista.

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