Maratón en Cuba: La sed del corredor de fondo

Por El Estornudo

Fotos: Evelyn Sosa

 

HAVANA TIMES – Hay «belleza cinética» y hay «pulsión de muerte». Está la soledad del corredor de fondo sobre la que escribió Sillitoe y está la esforzada comunión que inspiran las carreras multitudinarias cuando atraviesan y disuelven, por unas horas, el mezquino autismo de la ciudad.

También interesan esas cosas a la joven fotógrafa cubana Evelyn Sosa. Pero no las busca en el mero acto de correr. No le obsesionan las cuotas de instinto o de artificio que catalizan en la competición, ni sus consecuencias más evidentes, la victoria o la derrota.

Sosa fotografía al corredor antes o después del trance que lo define como tal, y desafía así su identidad momentánea en pos del ser humano diario. Hay «alguien» que ha venido a correr una maratón, y aquí está…

«Yo no voy a buscar la clásica foto deportiva», dice Sosa acerca de esta serie en progreso, Maratón, que comenzó en 2016 mientras acompañaba a su hermano y a unos amigos que suelen correr el Marabana, la Terry Fox, y otros eventos en el interior de la Isla.

A Sosa parece importarle más la fragilidad que la resistencia, el gesto más que el resultado, la lentitud más que la velocidad, la estampa social más que la crónica deportiva, el melodrama lateral y extemporáneo más que la gran épica que siempre debe acontecer dentro del tiempo cronometrado de la carrera.

Por ejemplo, en esta apretada selección, la fotógrafa solo concede la virtud de la locomoción competitiva a una mujer que va en silla de ruedas, y aun ella está posando. Es decir, suspende en cierto modo el acto de competir y se detiene sin abandonar la ejecución física del movimiento: es cosa de un instante, pero la mujer nos está mirando para siempre.

Hay una hermosa puesta en abismo donde un hombre dibuja un caballo para que corra por él junto al Malecón de La Habana.

Estos son los alrededores de la acción que nos cuentan las televisoras y los chupatintas de las páginas deportivas.

Por Dios, la gente bebe mucha agua después de una maratón… ¿Cuánta gente está bebiendo agua en estas pocas imágenes? ¿Por qué demonios Evelyn Sosa habrá ido a apostarse entre los arbustos junto al abrevadero de las bestias? Eso es sed.

 

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