Limpieza en casa

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Agromercado - Photo: Caridad
Agromercado - Photo: Caridad

HAVANA TIMES, 24 de oct. —Como respuesta a los problemas de robo y corrupción que plagan la economía socialista, el Gobierno cubano creó hace poco la Contraloría de la República, algo que existe en muchos países.

En la mayoría de la economía centralizada del estado ha existido relajados controles económicos y administrativos, lo que no es secreto para nadie y mucho menos para los líderes de la nación.

Cuando un gran esfuerzo se lleva a cabo para mejorar la eficiencia económica y la productividad y reducir las importaciones en un momento de gran crisis económica mundial, enfrentar un problema que ha penetrado en todas las esferas de la sociedad cubana, es una tarea urgente e igualmente difícil.

El presidente Raúl Castro sonó la alarma en febrero de 2008 cuando, al tomar la presidencia, anunció que la tolerancia al mal uso de los recursos del estado había llegado a su fin.  Desde simples trabajadores buscando como sobrevivir, hasta ministros y figuras políticas metidos en operaciones ilícitas de mayor envergadura, han caído en desgracia después de ser acusados de ladrones o corruptos.

Para el presidente del país, la  lucha contra esa actitud poco-revolucionario es una prioridad, pero al mismo tiempo reconoce que los bajos salarios y la falta de incentivo ha afectado la motivación por el trabajo y la eficiencia del mismo.

Confiando más en los negocios dirigidos por los militares, Raúl Castro ha puesto a varios altos oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en posiciones claves de la economía civil del estado.

Sin embargo, ni la economía civil ni la militar tiene que rendir cuentas ante la población o sus representantes.  Tampoco los trabajadores o el pueblo en general, son informados de los asuntos económicos que posibilitarían una evaluación efectiva de la eficiencia.

Por el contrario, los cubanos se han acostumbrado a que les digan qué hacer, y aceptar con los ojos cerrados las decisiones de sus líderes y los administradores, que ellos mismos seleccionan para que administren los recursos del pueblo.

Otro gran factor ha sido el omnipresente “enemigo del Norte”, con su bloqueo económico y otros intentos de estrangular a la economía de la isla, que ha servido como escudo a funcionarios corruptos.

El nuevo perro guardián

El Gobierno cubano anunció que la nueva oficina de la Contraloría –creada para fungir como perro guardián de los recursos y fondos del estado- sería un lugar donde los ciudadanos podrían presentar sus quejas de tales abusos y esperar alguna acción.  La oficina es dirigida por la legisladora Gladys María Bejerano Portela.

La institución fue creada por el parlamento, y recibirá y dará seguimiento a las quejas presentadas por los ciudadanos sobre el desvío de los recursos públicos y otras ilegalidades y actos de corrupción, dijo José Luis Toledo Santander, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales.

Casi todos los cubanos, residentes extranjeros o visitantes, son de una forma o de otra, estafados por las diferentes chanchullos que han llegado a ser, tan normal como el arroz y el fríjol, gústele o no.

En la vida diaria, muy pocas personas se quejan cuando les cobran de más o cuando el producto no tiene la calidad requerida.  Muy por el contrario, ellos comprenden y muchos hasta simpatizan con la persona, cualquiera que sea, que está tratando de buscarse el tan necesitado dólar.

Al mismo tiempo, muchas personas comentan, en privado, que todos esos robos que se cometen desenfrenadamente en el nivel más bajo, deben tener cómplices en los niveles superiores, de supervisores a directores, de estos a ejecutivos hasta llegar a los ministros.

¿El pueblo aprovechará ahora la oportunidad de presentar quejas que, supuestamente, traerán alguna acción?, o¿Continuarán  evitando una confrontación con el jefe inmediato o con otros superiores que en el pasado casi siempre tenían las de ganar?

*Este comentario fue originalmente publicado en ingles el 10 de agosto.