Las nubes de Chernóbil aún flotan sobre Cuba

Maqueta del fallido proyecto nuclear cubano Juragua.

 

Por Vicente Morín Aguado y Maribella Morales Montoya

 

HAVANA TIMES – Chernobyl (Chernóbil) de la HBO, despierta entre los cubanos una creciente expectación. Cuba tuvo también su aventura nuclear, se llamó Juraguá y dejó preguntas similares a las originadas por el cataclismo soviético.

En Juraguá, provincia de Cienfuegos, año 1982, se había decidido construir “La Obra del Siglo”, una planta nuclear con 2 reactores del tipo PWR, según sus siglas en inglés, VVER en ruso, identificada como “reactor de agua a presión”.

Aún queda la cúpula vacía que debió contener el primer generador, en tanto la ciudad nuclear, sin planta atómica que la sostenga, sobrevive al igual que todo el país, después de perder el soporte soviético. La Pripiat cubana sobrevive a duras penas, convertida en símbolo de la tozudez nacional ante lo inevitable.

Copiando el paquete semanal ahora con la serie Chernóbil

La falta de una conexión con la TV internacional es resuelta en la Isla copiando semanalmente en dispositivos de almacenamiento masivo casi lo mismo que cada noche disfrutan sus coterráneos del hemisferio occidental. Visitamos una de las salas donde es posible adquirir el universo de la televisión digital, allí comenta la muchacha encargada de accionar una potente computadora:

“Semana tras semana Chernóbil va ganando solicitudes. Los jóvenes poco o nada recuerdan de aquellos años, pero los padres sí, y el tema está muy bien tratado. No es fácil clasificar la serie, porque la palabra tragedia no es usual en el lenguaje del paquete semanal, pero la gente termina por entender.”

La memoria cultural de la nación no ha sido ajena a Chernóbil, lo atestiguan dos largometrajes: La obra del Siglo (2015), aborda los estertores actuales de un proyecto frustrado. Un Traductor (2018), es digna de aparecer entre las “voces” rescatadas por Svetlana Alexievich, la premio Nobel bielorrusa. El argumento se apoya en la presencia de 25 mil niños ucranianos en Cuba, donde recibieron atención médica. Ambos filmes, con subtítulos en inglés, pueden obtenerse donde mismo se graba ahora Chernóbil, de la HBO.

Chico ucraniano en Cuba con el traductor y dibujo.

El programa de atención a las víctimas ucranianas perduró hasta el 2010; muchos cubanos han visto rostros manchados por las radiaciones; en los hospitales atendieron a chicos rubios, de piel rosada, resistiendo inútilmente al cáncer junto a padres enloquecidos.

Pero la mente humana olvida fácilmente los malos recuerdos, sumándose la fascinación que despiertan los megaproyectos. Los egiptólogos han demostrado que no fueron esclavos, como parecía evidente, quienes trabajaron hasta morir elevando las pirámides hacia el cielo.

 El periódico cienfueguero 5 de Septiembre, órgano del Partido Comunista en la provincia sureña, a través de su página digital, recoge testimonios, generalmente bajo la firma de Magalys Chaviano:

Reinaldo Pérez Fernández, ingeniero entrenado en centrales atómicas soviéticas, trabajó en la CEN durante la década que le pareció prodigiosa: “Siempre miro esa cúpula, de lo que sería el edificio del reactor, todavía en pie en la otra orilla, como mi sueño postergado”.

Fidel Alejandro Rodriguez Mas

Fidel Alejandro Rodríguez, ingeniero formado en Kiev asevera: “El reactor nuclear averiado era distinto al que tendríamos acá, el de Chernóbil era de gran potencia, moderado por grafito, aquello no tiene que ocurrir aquí, estamos bien preparados”.  También dijo,  “Allí se cometieron errores que no deben repetirse en Juraguá”.

Opinan los lectores, algunos firman con seudónimos:

Bárbaro H. Morales García: “Gracias Magalys Chaviano por este artículo, es lamentable que no se pudo lograr el proyecto de la CEN, pero en mi memoria el tiempo que allí trabaje y el reconocimiento a todos los hombres y mujeres que trabajaron también para alcanzarlo.”

Cadillac: “Una obra GIGANTESCA, jamás he visto tal cantidad de materiales, gente y fundiciones, aunque después de Chernóbil, yo hubiera preferido otra forma de obtener energía…”

AlexMW:   “… y no se podría terminar la central nuclear. Sé que el mundo ha visto sus mayores desastres medioambientales gracias a ese tipo de energía, pero hemos aprendido bastante de ella, como para saber cuándo corremos peligro.”

Padre e hijo.

Los proyectos que involucraron a dos físicos nucleares unidos ante la historia por el suicidio, Valery Legásov y Fidel Castro Díaz-Balart, terminaron, salvando distancias, en basureros tóxicos.

En Ucrania han inaugurado un sarcófago gigantesco con la promesa de sellar durante un siglo la emisión ardiente de los desechos del reactor colapsado. En Cuba se anunció hace 4 años la decisión de convertir la recia cobertura del VVER (PWR), nunca instalado, en Confinatorio Nacional de Desechos Peligrosos.

Las consecuencias de Chernóbil retan la capacidad de supervivencia de la especie humana. Juraguá origina preguntas cuya amplitud supera el hecho mismo de su existencia.

Algunas personas, al conocer la repentina, inconsulta además, decisión estatal, opinaron en Cubadebate, sitio web controlado por el Partido Comunista de Cuba: (22 de diciembre de 2018)

Agua por todas partes dijo:

“Muy bien que se le de utilidad a la instalación, pero todo debe estar muy claro para los cubanos; qué desechos, qué impacto ambiental tendrá, cuál será el grado de implicación de otros países, etc. No vaya a ser que nos conviertan en el basurero del mundo desarrollado. El tema no puede ser analizado solo a altos niveles como lo fue la deuda con el Club de París, hoy estamos endeudados con medio mundo y solo unos pocos saben en qué se invirtieron los millones.”

Basurero tóxico en Cuba

Sachiel dijo: “¿Pudieran explicar cuáles son los desechos peligrosos a los que se hace referencia, dónde están ahora y sus consecuencias de no aislarse adecuadamente?”

Cubana sin Remesas dijo: “Lloro de tristeza al saber que la CEN se convertirá en un basurero con nombre científico. Mis padres, mis vecinos y muchos conocidos míos son técnicos e ingenieros que se formaron en esa gran obra.”

Craig Mazin, guionista de Chernóbil para la HBO ha dicho recientemente: “El punto de Chernóbil no es, oh Dios mío, la energía nuclear es peligrosa. No es. La lección de Chernobyl es que mentir e ignorar los hechos tiene un costo mortal y podemos hacerlo y podemos seguir haciéndolo.”

¿Eran respetados rigurosamente en Juraguá los parámetros industriales exigidos para la Obra del Siglo?

¿Cómo sobreviven los habitantes de la Pripiat cubana?

Continuará…

 

 

Vicente Morín Aguado y Maribella Morales Montoya:  [email protected]

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