Las expropiaciones a EEUU en Cuba, otro tema pendiente del deshielo

Por Beatriz Juez (dpa)

HAVANA TIMES — Las expropiaciones a firmas estadounidenses después de la Revolución cubana, uno de los detonantes de la ruptura de relaciones entre Washington y La Habana en 1961, es uno de los temas que ha vuelto a estar sobre la mesa tras el histórico acercamiento entre ambos países anunciado en diciembre.

El asunto, prioritario para miles de empresas y ciudadanos estadounidenses, será abordado mañana jueves por el subcomité del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que tratará unas reclamaciones de estadounidenses que fueron sometidos a expropiadas sin compensación alguna en la isla.

Los reclamos podrían ser uno de los asuntos más espinosos a tratar en el proceso de “normalización” a largo plazo al que aspiran ambos países y en el que también figuran asuntos como la devolución de la base militar de Guantánamo a Cuba o las compensaciones que exige el gobierno de la isla por las consecuencias del embargo.

Es un tema que se puede resolver “con un poquitico de inteligencia y pragmatismo de ambas partes” considera el abogado cubanoamericano Pedro Freyre, experto en inversiones de empresas en Latinoamérica y en cuestiones relacionadas con el embargo a Cuba.

Congresistas y senadores como el republicano Marco Rubio y el demócrata Bob Menéndez han exigido al presidente Barack Obama que el tema sea abordado antes de la prevista reapertura de embajadas.

“Cuando Fidel Castro tomó el poder brutalmente en 1959, confiscó propiedades de titulares estadounidenses y cubanos – algunos a punta de pistola – sin ofrecer ninguna compensación a cambio”, reclamó Jeff Duncan, presidente del comité para el Hemisferio Occidental, antes de la audiencia de la Cámara baja.

En la lista hay empresas eléctricas como Cuban Electric Company, azucareras como North American Sugar Industries, petroleras como Exxon o Texaco y empresas hoteleras como Starwood Hotels & Resorts. También tienen reclamaciones Coca-Cola y General Motors, entre otras compañías.

Duncan, que se opone a la decisión de Obama de normalizar relaciones con La Habana, señaló que “estas reclamaciones de propiedades representan la pérdida de miles de millones de dólares y un descarado desprecio por los derechos de propiedad y el estado de derecho”.

Washington considera una prioridad resolver este tema, aunque no hay ningún calendario previsto para abordarlo, ya que para ello se tendrían que poner de acuerdo ambos gobiernos.

“No está claro todavía qué efecto van a tener estos cambios (en la política de Estados Unidos hacia Cuba) en el estatus de los reclamos”, según la Comisión para la Solución de Reclamaciones Extranjeras (FCSC, por sus siglas en inglés), una agencia independiente y cuasi-judicial del Departamento de Justicia.

Esta comisión ha certificado 5.913 reclamaciones de propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses en la isla que fueron nacionalizadas tras la llegada de Fidel Castro al poder en 1959.

En la lista hay empresas eléctricas como Cuban Electric Company, azucareras como North American Sugar Industries, petroleras como Exxon o Texaco y empresas hoteleras como Starwood Hotels & Resorts. También tienen reclamaciones Coca-Cola y General Motors, entre otras compañías, según la lista disponible en la web de la Comisión.

El derecho internacional requiere que los Estados paguen compensación por las expropiaciones de propiedad a ciudadanos extranjeros, algo que no ocurrió en este caso. Como consecuencia de ello, Washington acabó rompiendo relaciones diplomáticas con La Habana en 1961 e impuso un año después un embargo casi total a la isla.

“Eventualmente podría solucionarse pero no creo que sea el tema número uno de prioridad. No creo que sea un impedimento en este momento para el proceso de restablecimiento de relaciones”, según Freyre, nacido en Cuba y afincado en Miami.

Las propiedades estadounidenses tenían un valor de unos 1.900 millones de dólares al momento de su expropiación, según la FCSC, la comisión que se encarga de arbitrar reclamaciones de ciudadanos de Estados Unidos contra gobiernos extranjeros. El valor corresponde ahora a unos 7.000 millones de dólares, estima el diario “The New York Times”.

“Eventualmente podría solucionarse pero no creo que sea el tema número uno de prioridad. No creo que sea un impedimento en este momento para el proceso de restablecimiento de relaciones”, según Freyre, nacido en Cuba y afincado en Miami.

En el caso de las expropiaciones a empresas y bienes estadounidenses, explica Freyre, el Departamento de Estado está “obligado a negociar con Cuba para resolver este tema”, aunque Freyre cree que en la práctica las empresas solucionarán sus casos de manera puntual negociando de manera bilateral con las autoridades cubanas, tal y como ocurrió en Europa del Este.

El caso de las reclamaciones de familias cubanoamericanas es “más delicado y está menos amparado”, según Freyre. Su familia perdió varias propiedades que tenían en la isla, entre ellas, la casa familiar.

El embargo a la isla, decretado en 1960 como respuesta a las expropiaciones de propiedades estadounidenses, sigue en vigor. Obama no puede ordenar por su cuenta el levantamiento del embargo, sólo el Congreso tiene la facultad de poner fin al bloqueo.