Por Elio Delgado Valdés
HAVANA TIMES – Cuentapropistas, emprendedores, pequeños empresarios, cooperativas no agropecuarias, han sido mucho los nombres para el incipiente sector privado en Cuba. Lo cierto es que, en la práctica, el Estado no mira con buenos ojos esta modalidad de trabajo no estatal. Hoy nos referimos a los vendedores de libros y objetos raros y valiosos, que en sus inicios estaban en la Plaza de Armas, en el casco histórico, al comienzo de la calle Obispo, un lugar privilegiado.
Hoy se dan cuenta que sus ventas han decaído y a pesar de que los impuestos los han rebajado, las ganancias se vieron afectadas; el lugar es muy pequeño, tuvieron que recortar los turnos de trabajo, y no son visibles a los turistas, están inconformes y sin poder hacer nada al respecto.
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