La nueva apuesta cubana para frenar la debacle del turismo

Turistas extranjeros poniéndose protector solar en una calle de La Habana. / 14ymedio

Por 14ymedio

HAVANA TIMES – Cuba está rematando su primera ley del turismo, que deberá aprobarse en diciembre de 2025. La noticia trascendió este jueves en Montevideo al inaugurarse el Observatorio de Derecho del Turismo de las Américas y el Caribe, una sede acordada, precisamente, el pasado mayo en Varadero. 

Juan José Álvarez, director jurídico del ministerio que dirige Juan Carlos García Granda, representó a Cuba en la inauguración del Observatorio, donde el régimen expondrá –dijo– “los valores que sustentan su política turística, basada en la paz y la seguridad”. 

El nuevo organismo tiene como primer cometido realizar un diagnóstico en torno a la legislación turística regional para, posteriormente, elaborar propuestas y realizar mejores prácticas. La apuesta es la sostenibilidad, accesibilidad e inclusividad, según el funcionario cubano, que no abundó en cómo se trasladará esto al contexto nacional, cuya política ha estado marcada durante décadas por la exclusión y sobreexplotación de recursos, incluidos los naturales. 

En la elaboración de la norma cubana trabajan expertos de Derecho y de Turismo de la Universidad de La Habana y la única pista sobre su contenido es que será “un momento de consolidación de lo que ha hecho el país en materia turística”, lo cual no constituye precisamente un buen augurio.

A pesar de que la Isla se adhirió al programa español Destino Turístico Inteligente en 2023, aún ninguna de las zonas que se han postulado –Cayo Largo del Sur y Guardalavaca– han logrado avanzar en la designación. Las ciudades que aspiran a entrar en esta categoría deben demostrar cumplir un alto nivel en los cinco segmentos que se valoran –gobernanza, sostenibilidad, accesibilidad, innovación y tecnología– e ir avanzando hasta la quinta etapa final. Entre las ciudades del mundo que lo están logrando está precisamente Montevideo, en nivel tres. 

La estrategia turística cubana, pese a las reiteradas declaraciones de intenciones, sigue estando anclada en el pasado: mucha construcción hotelera y un apartheid hacia el turista nacional que ya no es norma escrita, pero sí la práctica habitual. 

El resultado había sido positivo hasta que, poco antes de la pandemia, las cosas empezaron a torcerse. Desde entonces, los datos de turismo decepcionan a pasos agigantados. La Isla no solo ha sido incapaz de recuperar aliento después de la pandemia, sino que, pasado lo peor y tras inversiones desmesuradas en relación tanto a los resultados como al dinero destinado a otras partidas de emergencia –como la alimentación, la salud o la educación–, los datos empeoran. 

En julio, último mes con cifras disponibles publicadas por la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei), llegaron al país 153.261 viajeros, algo similar al mismo mes de 2022, pero inferior en un 13,56% al año pasado, cuando se recibieron a 177.306 turistas. Además, si se cuenta desde enero, el número de turistas asciende a 1.463.097, 26.230 menos –un 1,8%– que en el mismo período del año anterior, lo que hace pensar que el objetivo de 3,2 millones para 2024 está más lejos que nunca, después de que no se cumplió tampoco el de 2023, cuando se recibió a 2,4 millones frente a los 3,5 previstos.

Ante la evidencia de una reducción de los viajeros de algunos de sus mercados tradicionales, empezando por España y siguiendo con un preocupante retroceso de los canadienses, el primero con diferencia desde hace décadas, la estrategia de Cuba ha sido buscar nuevos horizontes. 

En ese intento se enmarcan los esfuerzos por captar a los rusos, que dejaron cifras récord ya antes de la pandemia y, a día de hoy, sigue siendo uno de los que mayor crecimiento muestra (un 41% en julio). No ha pasado desapercibido a las autoridades del sector el incremento de viajeros mexicanos, que en junio ya eran 40.146, un 221% más que en el mismo período del año anterior.

De ahí que el régimen haya puesto la carne en el asador para seguir atrayendo a los ciudadanos del país vecino, a quienes ha reservado un programa de visado online con el que obtener el documento es posible hasta 72 horas antes del viaje por un costo de 575 pesos mexicanos, unos 29 dólares. 

El embajador cubano en México, Marcos Rodríguez Costa, presentó esta semana la estrategia turística en el país, afirmando que la Isla, a pesar de las dificultades, “está más que lista para ofrecer una experiencia inolvidable, repleta de sabores, colores y una gran diversidad de sitios por descubrir, tanto en sus playas como en sus vibrantes ciudades”.

Aeroméxico, Viva Aerobus y Magnicharters conectan ambos países, pero también Mexicana de Aviación prevé volar hasta Cuba, según contó el embajador tras una reunión a finales de agosto con los directivos de la compañía.

“Nuestro trabajo es llevar a más mexicanos a Cuba y recuperar la alta presencia de turistas mexicanos que solíamos tener”, dijo Rodríguez Costa. No obstante, medios mexicanos especializados en turismo se han hecho eco de la debacle del sector en la Isla. Este jueves, Preferente señala en una nota titulada Cara y cruz turística para Dominicana, Cancún y Cuba que los tres destinos principales del Caribe han registrado una “primera mitad del año desigual, con el enclave que cobija Punta Cana a la cabeza, en contraste a la Isla cuyo eje turístico se ubica entre La Habana y Varadero”.

Dominicana tiene, subraya, un destacado crecimiento interanual del 11%, frente al 5,4% previsto por Quintana Roo, que consideran pobre. Los datos de Cuba, sin embargo, están en negativo.

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