La Habana controlará la venta de pañales

para poner coto a los revendedores

La compra se anotará en la libreta según el municipio donde se adquiera. (14ymedio)

La medida, que entra en vigor este miércoles, deja en manos de la administración local la frecuencia de compra en función de la disponibilidad

Por 14ymedio

HAVANA TIMES – Desde este miércoles, la venta de pañales y toallitas húmedas en las Tiendas Caribe y Cimex se hará de manera controlada en los municipios de La Habana, una medida con la que las autoridades buscan limitar el margen de maniobra sobre los revendedores, que han aumentado exponencialmente el precio del producto en el mercado negro, al multiplicar por cinco su precio de costo en las tiendas de moneda nacional.

Para adquirir estos productos será necesario presentar la tarjeta de embarazada a partir de la semana 26 o la tarjeta del menor hasta los 2 años, 11 meses y 29 días, según anunció este lunes Julio A. Martínez Roque, coordinador de objetivos del Gobierno de La Habana.

La medida implica la descentralización provincial del ambos productos, por lo que desde ahora serán los Consejos de Administración Municipal los que decidan, en función de la disponibilidad, la frecuencia con la que se pueden vender los dos paquetes de pañales y uno de toallitas húmedas que fija la normativa.

La adquisición será anotada en la libreta de abastecimiento del municipio donde se compra o reside, «según corresponda», explica el documento, difundido en las redes sociales

La adquisición será anotada en la libreta de abastecimiento del municipio donde se compra o reside, «según corresponda», explica el documento, difundido en las redes sociales de la administración local.

En la circular también se faculta a los Consejos Municipales «a evaluar y decidir la venta» a quienes padecen «enfermedades crónicas y agudas, que requieran de dichos productos».

«¿Van a abastecer toda La Habana de culeros y toallitas húmedas? Porque en los municipios periféricos es imposible», demanda una usuaria en respuesta al post del gobierno de Plaza de la Revolución que denuncia las malas prácticas de los trabajadores de las propias tiendas. «Ellos son los que llaman a los revendedores y le es más fácil salir rápido de la mercancías, para no trabajar. Si esa es la decisión, me imagino que haya para todas las tiendas, por lo menos una por reparto de toda La Habana, que lo dudo».

Hace pocos días, la prensa oficial había denunciado cómo se producía en La Habana, de manera simultánea, una enorme falta de pañales en las tiendas en moneda nacional que se vendían en el mercado negro a un precio de cinco veces su costo. «Hoy día podría asegurar que hay personas que tienen más paquetes de culeros en sus casas de los que hay en los almacenes de tiendas», rezaba la nota.

El texto estaba escrito desde la experiencia personal de la periodista de Cuba Sí Cynthia Hernández Mayol, madre de un bebé, que relata cómo hace menos de un mes tuvo que «sacrificar un día entero para hacer la cola» en una tienda de El Vedado donde las mujeres que esperaban «empezaron a fajarse para colarse unas por delante de otras y el administrador de la tienda decidió no vender más ese día».

La redactora asegura que la propia encargada de la tienda regañó a las mujeres por acudir «varias veces en la misma semana» y que, allí mismo, vio a una joven revender seis paquetes de la talla 1.

Para ese día ya se había firmado la orden que entra en vigor mañana, que lleva fecha del 23 de octubre y que ha despertado un aluvión de comentarios entre los habaneros que se quejan del desabastecimiento que hay en la mayoría de municipios a excepción de los más céntricos. «En Habana del Este, más específico en Alamar y, aún más, en el Consejo Altura, hace muchísimo tiempo que esos productos viven por su ausencia», lamenta una usuaria.

En el lado contrario, los residentes en esas zonas se consideran perjudicados porque llegan personas desde toda la ciudad a comprar, dejando a los vecinos sin nada. «Plaza es el único municipio donde existen tiendas que le venden a todo el mundo, y los afectados son los que residen ahí. Empezando con Galerías Paseo y La Infancia, principalmente», protesta otra comentarista.

«Espero que esta medida acabe de una vez por todas con los revendedores. Y necesitamos que surtan bastante en todas las tiendas de cada municipio, porque si no el tiro sale por la culata»

«Espero que esta medida acabe de una vez por todas con los revendedores. Y necesitamos que surtan bastante en todas las tiendas de cada municipio, porque si no el tiro sale por la culata», señala otra.

La escasez de pañales desechables se ha cronificado en Cuba en los últimos tiempos. En 2019, el Estado comenzó a producirlos en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel mediante un contrato con una empresa vietnamita. La planta tenía previsto producir 120 millones anuales de pañales, pero a mediados de 2022, en medio de una creciente falta, que obligó a restringir la venta, la directora de Cimex responsabilizó a Thai Binh Global Investment Corporation de la situación.

Yusleydi Lezcano Palmero dijo entonces que se habían reducido las importaciones para «potenciar al proveedor de Mariel», pero que la demanda era excesiva y había problemas para adquirir la materia prima. «A veces hemos tenido baches, porque por un tema logístico interno de la empresa vietnamita, los culeros llegan minutos o horas después o no llegan el día acordado», afirmó. Casi el 95%, admitió en aquel momento, se destinaban a La Habana, que es la provincia donde ahora se va a controlar la venta.

Mientras, en los sitios digitales que venden productos para que los emigrados compren a sus familiares en la Isla, se pueden comprar, sin límites de cantidades, tantos los pañales desechables como las toallitas húmedas. En estos portales, los clientes, que pagan con tarjetas en divisas, tienen la posibilidad de elegir entre diferentes marcas, paquetes de diversas cantidades y entre productos pensados para bebés con alergias u otros más convencionales.

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