La generación “zeta” chilena y el plebiscito de septiembre

Protección de la naturaleza y derechos sexuales son intereses primordiales

Jóvenes y una nueva constitution en Chile a ser refrendada el 4 de septiembre.

Por Silvia Peña Pinilla (El Mostrador)

HAVANA TIMES – El próximo 4 de septiembre, unos 759 mil jóvenes de entre 18 y 20 años deberán votar en el plebiscito de salida. De ellos, 246 mil tienen 18 y lo harán por primera vez. Son los que pasaron dos años con clases online, lo que dificultó su socialización, su salud mental y la conversación sobre temas ciudadanos.

Sin embargo, este grupo resultará clave en el próximo referéndum, porque ahí está concentrado el clima pro Apruebo, según los especialistas. Sus preocupaciones no tienen que ver con el votante clásico. Esta es “su” Constitución porque dialoga con derechos sexuales, sociales, culturales, medioambientales… Derechos fundamentales para ellos. Tienen preocupación real por el mundo que van a recibir. Y saben que, de ser aprobada o rechazada la nueva Carta Magna, esta acción regirá sus vidas por los próximos decenios.

Javiera (18) cursa cuarto medio. Dice que aún le cuesta enfrentar el día a día porque se acostumbró a estar conectada desde su pieza y en pijama. Por ello, el primer mes de clases se le hizo muy difícil. Lo bueno –asegura– es que se reencontró con amigas y amigos a quienes no vio por mucho tiempo y, si bien la amistad siguió con casi todos(as), perdió conexiones con algunos(as). “Hay un par de compañeras que se fueron fuera de Santiago con sus familias y, cuando volvimos de manera presencial, tuvieron que irse a otro colegio. Algunas también cambiaron de onda y ya no somos tan cercanas”, cuenta.

Javiera advierte que no sabe mucho de lo que pasa en política, que no le interesa, no lee ni ve noticias, y que jamás ha votado, ni siquiera lo ha hecho por el centro de alumnos en su liceo. “La verdad recién me enteré de que era obligatorio el voto del plebiscito”, agrega. Pero sí sabe que se está escribiendo una nueva Constitución. “Voy a tener que buscar de qué se trata. Sí he escuchado y visto en Instagram que hay protección a los animales, que habrá derechos y mejores condiciones para las mujeres y las disidencias sexuales. Eso sí me importa mucho. Quiero que la naturaleza no se pierda. Ojalá pudiéramos acabar con el cambio climático que las generaciones más viejas han provocado. Y quisiera que cuando trabaje me paguen lo mismo que a los hombres, cosas así… Lo otro, lo de los políticos, el Congreso, entiendo que importa, pero a mí me interesa menos”.

Agustín (19) está en segundo año de universidad. Hizo su primer año online, recién va a cumplir dos meses con clases normales y está conociendo a su compañeros(as). “Sé que la Convención Constitucional (CC) es un grupo de personas que fue elegida democráticamente, que están redactando una nueva Constitución, pero la verdad es que he escuchado más cosas malas que buenas de ellos. Siempre parece que hay controversias entre los integrantes o sobre la redacción de ciertas leyes”, reflexiona.

Dice que votó por primera vez en el anterior plebiscito y luego en las pasadas elecciones presidenciales y que ahora no sabe cómo lo hará. “Me falta leer más, pero me da paja, quizá le pida a un amigo que estudia Derecho que me explique. Pero por ahora me parece que debería rechazar, se ve muy desordenado todo”, comenta. Sin embargo, asume que sabe casi nada del contenido, “lo que me topo en las noticias nomás y muy por encima”.

Javiera y Agustín son parte de los 758 mil 811 chilenos entre 18 y 20 años (proyección del INE a junio de 2022) que deben votar el próximo 4 de septiembre en el plebiscito de salida. De ellos, el 50,82% son hombres y el 49,18% mujeres. Doscientos cuarenta y seis mil 845 tienen 18 años y lo harán por primera vez.

Integran lo que el marketing, más que la sociología, ha llamado generación Z o centennial. Nacieron entre 1995 y 2005 y hay afirmaciones que los distinguen de sus predecesores, los Y o millennials (nacidos entre 1981 y 1994): “la generación Z crea contenido y los millennials lo comparten. Los Z trabajan para obtener éxito personal, los millennials para ser tomados en cuenta y sobresalir”.

Según Forbes, la generación Z es realista, se adapta a condiciones difíciles, está formada por personalidades maduras, autosuficientes y creativas. El 60% quiere un empleo que aporte al mundo, el 26% hace algún tipo de voluntariado y el 76% se preocupa por el impacto que tiene el ser humano en el planeta. Son enfocados y a su corta edad están acostumbrados a solucionar sus problemas. El acceso a la nube les ha dado herramientas para encontrar la manera de construir su propio mundo. Son algo soberbios: el 80% piensa que son una generación mejor adaptada a cualquier situación que todas las anteriores. Como son digitales nativos, prefieren la privacidad porque saben de los riesgos que implica compartir toda su información en la red.

Las juventudes “la tienen clara”

Ignacio Escobar, investigador del Observatorio de Juventudes y Derechos Humanos, tiene 24 años y es de los ‘seniors’ de esta generación. Cuenta que las personas con las que trabaja están interesadas en los temas de la CC porque el proceso constituyente viene a responder a una serie de demandas que en las juventudes se venían levantando desde antes del 18 de octubre de 2019. De hecho, el Observatorio fue parte de las organizaciones que planteó a la Convención reducir a 16 años el voto voluntario, porque el interés –dice– llega a los menores de edad.

Los más jóvenes son también los más preocupados por el planeta. “Sabemos que de aquí a ocho años la Tierra va a entrar en crisis y si el Estado no se hace cargo de las demandas ambientales… puede ser más grave. Se agradece que se haya avanzado con Escazú. En ese caso, la CC tiene una mirada y propuestas claras en torno a los derechos de la naturaleza y cómo el ser humano se relaciona con el medioambiente, lo mismo en torno a las identidades sexogenéricas y afectivas, ya que también la CC viene a tomar una posición de respeto a la diversidad. Como jóvenes, esos temas nos convocan desde hace 6 años y ahora se están reflejando en este borrador”, expresa.

Y añade que “como Observatorio estamos muy contentos por el trabajo que se ha hecho, y esperamos que acudan muchos jóvenes a votar porque la Constitución va a responder a nuestra generación. Vamos a ser parte de este proceso de cambio. Lo que pase el 4 de septiembre nos va a afectar de forma directa durante gran parte de nuestra vida”, recalca.

Asegura que esta conciencia está integrada también en jóvenes que no son activistas. “Nuestras encuestas están hechas en colegios con estudiantes comunes y corrientes. Y sí hemos encontrado una conciencia muy clara sobre los cambios y situaciones que están ocurriendo hoy. Creer y/o generalizar que los jóvenes no se interesan, no quieren participar, es parte del debate adultocéntrico. Son los mismos que dicen que somos muy chicos, que no tenemos claridad sobre lo que está ocurriendo, y las juventudes sí la tenemos clara.

En nuestra última encuesta les pedimos que priorizaran temas relevantes para ellos y resultaron ser los mismos que han estado en la palestra: derecho al agua, identidad de género, pensiones, protección de niñas, niños y adolescentes. También se les consultó sobre la evaluación de la CC y, si bien la respuesta es variada, la tendencia fue que la Convención estaba haciendo un buen trabajo, que está recogiendo las demandas sociales. Esto habla frente a otro tipo de encuestas ‘más oficiales’ que tienden a desprestigiar el trabajo de la CC, y la verdad es que los jóvenes sí estamos confiando en este proceso”, subraya.

Coincide con esto el cientista político, coordinador académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, Rodrigo Espinoza.

“El grueso de los jóvenes que para el estallido social todavía eran menores de edad y que para el plebiscito votarán por primera vez, son los segmentos que probablemente se vean más representados por las consignas de la CC. No estoy pensando solo en la bipolaridad que se puede dar entre Apruebo y Rechazo, más bien en temáticas como la protección del medio ambiente, la defensa de los derechos a la salud, a la educación, donde las desigualdades se han acrecentado en pandemia. Creo que hay un diálogo con derechos sociales, culturales y con el derecho medioambiental, que son claves en el mundo más joven. Sus preocupaciones no tienen que ver con el votante clásico, tienen preocupación real por el mundo que van a recibir”, señala Espinoza.

A todo eso se une –añade– el voto feminista que es más que clave. “Para empezar, el feminismo le dio impulso al proceso constituyente y movilizó el Apruebo y la segunda vuelta (presidencial). Y si 760 mil jóvenes pareciera ser un volumen bajo, pueden tener un rol socializador en las familias y en sus pares”, puntualiza.

Las díscolas cifras y tendencias

Las encuestas de opinión pública en Chile le han hincado poco el diente a los zeta. En general uno se encuentra con divisiones etarias para las estadísticas, pero poco trabajo más profundo. Sobre el plebiscito de salida, describen a los extremos de la población de votantes: los más ancianos versus los más jóvenes con tendencias opuestas. Los menores, a diferencia de elecciones anteriores, tienen un interés real en el plebiscito. “A ellos los entusiasma sobre todo la incorporación de nuevos derechos sociales, también la paridad de género y la incorporación de los pueblos originarios y minorías sexuales.

En ese sentido hay una diferencia contractual promedio, de acuerdo a las encuestas que han salido recientemente, de 3, 10 y hasta 12 puntos en favor del Apruebo si nos enfocamos en los sectores más jóvenes”, explica Rodrigo Espinoza, de la Escuela de Ciencia Política UDP.

Los sondeos plantean como línea de base que la mitad de los jóvenes están medianamente informados del proceso constituyente. Y respecto de la otra mitad, están simplemente desinformados, y ellos –por lo mismo– ven este tema con profunda desconfianza, sobre todo rechazando el trabajo de la CC. “Ese voto antipolítica –que no es por la Constitución o a la Convención, es un rechazo en general a lo político– también está instalado en los menores. La gran diferencia con los otros sectores de la población tiene que ver con que el clima pro Apruebo también está concentrado ahí mismo, entonces ellos pueden ser un factor clave en el eventual resultado de este plebiscito de salida”, plantea Espinoza.

Al mismo tiempo rescata que, a pesar de la antipolítica, el interés hoy es mayor que hace cinco años. “Tenemos que pensar que, desde el estallido social, la principal participación se dio en los sectores juveniles (ampliado a los mayores de 20 años). Ellos determinaron la primaria de Apruebo Dignidad donde Boric le ganó a Jadue y fueron fundamentales en la definición de la segunda vuelta presidencial entre Boric y Kast. A decir verdad, juegan un rol muy clave”, dice el cientista político.

Añade que se puede esperar que los jóvenes que le dieron el triunfo a Boric sigan fieles y traspasen los votos al Apruebo.

“De hecho, si uno mira los datos de encuestas de opinión pública, los más jóvenes no han bajado el apoyo a Gabriel Boric como los mayores. Es decir, hay baja, pero no es tan pronunciada. Esa base de votantes de la segunda vuelta debiera mantenerse y debería ser la base para aprobar el borrador de la nueva Constitución”, indica Espinoza.

No están desconectados

Los jóvenes no están desconectados ni desmovilizados, coinciden los especialistas. Señalan que basta con ver cómo en Santiago centro hay protestas dos veces por semana.

“Por otro lado, hay más interés en la política por las expectativas de cambio. Siempre habrá sectores indiferentes, además hay que tener presente que estamos en una crisis de representación y de confianza en las instituciones que es transversal. Nadie ha logrado capitalizar, de manera estable, el descontento que se generó a través del estallido social. Y así como en la segunda vuelta ningún analista anticipó la gran participación, es posible que ese ejército de reserva, que parece estar dormido, sea llamado a moverse en el próximo plebiscito y más si tendrá que hacerlo obligatoriamente”, sostiene Rodrigo Espinoza.

Coincide con ello Nicolle Etchegaray, coordinadora ejecutiva de la encuesta Ciclos UDP, que se realiza en colaboración con Feedback Comunicaciones.

La última medición fue en octubre del año pasado y abarcó a jóvenes de entre 18 y 29 años en RM, Concepción/Talcahuano y Valparaíso/Viña. “Los más jóvenes fueron desapareciendo en picada de la política desde los 90, y hubo un repunte hace tres años con el estallido social. Eso originó un rebrote y algo de confianza en las instituciones. Comenzaron a pensar que la participación política puede solucionar algo. Hoy hay más interés en los jóvenes y parece coincidir con la llegada al poder de una generación nueva”, señala.

Sin embargo, las expectativas han variado

“Cuando preguntamos en 2019 a la población joven cuánta confianza les daba la CC como una herramienta para solucionar los problemas más urgentes del país, un 53% dijo que tenía alta confianza, y el 33%, media. Los que no tenían confianza era un porcentaje muy reducido. Pero el año pasado, al repetir la pregunta, más de la mitad consideraba que el desempeño de la CC había sido regular y un cuarto lo consideraba malo”, explica Etchegaray.

Al hablar solo de cambios, “mayoritariamente los jóvenes (más del 70%) consideraban que había que hacer cambios, pero coincidían en que fueran de forma paulatina, para que no se pusiera en riesgo la estabilidad de país”, detalla.

Cuando les preguntaron por el nivel de confianza en las instituciones, el porcentaje más alto fue para las municipalidades, con 28%.

¿Quién se hace cargo de enseñar?

Los zeta son nativos digitales, es decir, cuando nacieron Internet ya estaba ahí… Son autodidactas, un tercio aprende con tutoriales vía la red y más del 20% lee solo en tablets y dispositivos. El 35% hace todas su labores online. Por ello, su forma de consumir información es distinta al resto.

Buscan noticias muy rápidas (se demoran 8 segundos en definir si les interesa algo o simplemente pasan a otra pantalla) a través del teléfono y nunca en medios tradicionales (radio, TV, diarios). Prefieren Twitter, Instagram, TikTok, Snapchat y otras aplicaciones. “Tienen interés, pero están más propensos al consumo de fake news, básicamente por el tipo de medios y por la rapidez en que se informan”, explica el académico Rodrigo Espinoza.

Confían mayoritariamente en la información que les llega de sus conocidos a través de redes sociales. “No miran TV abierta, ni se informan por medios tradicionales”, apunta Nicolle Etchegaray. “Los niveles socieconómicos altos confían en portales y los bajos en redes sociales. Y sobre hablar de política, un tercio no lo hace en ninguna instancia y menos con personas que piensen diferente. Cuando más conversan al respecto es puntualmente cuando hay alguna elección de por medio”, agrega.

Si existe un lugar donde los menores de 20 deberían conversar y aprender sobre el proceso que vive el país, es en la escuela y en conjunto con sus pares. De hecho, en 2016 se promulgó la Ley 20.911, que creó el Plan de Formación Ciudadana, que establece que los establecimientos educacionales deben entregar formación cívica a través de la asignatura obligatoria de educación ciudadana para tercero y cuarto medios. Sin embargo, la encuesta “Estamos conectados con la Constituyente: ¿Qué opinan y qué esperan las escuelas de la nueva Constitución?”, de Educación 2020 en colaboración con Ipsos Chile, de marzo pasado, arrojó que tanto docentes como apoderados hablan con poca frecuencia sobre la Convención con niños, niñas y adolescentes.

La gerenta de Estudios Públicos de Ipsos Chile, Alejandra Ojeda, explica que “el mundo adulto ha remitido sus conversaciones sobre el proceso constituyente a sus pares, ya sean familia, amistades o colegas. Solo 34% de las personas adultas habla con sus hijos o hijas sobre este tema, mientras que un 27% de los docentes aborda el tema con estudiantes. Los resultados indican que las y los estudiantes están interesados sobre este proceso único y trascendental para el país y desean contar con mayor información”.

La encuesta arroja que tanto docentes (85%) como padres y apoderados (80%) valoran al proceso constituyente como formación ciudadana. Sin embargo, solo el 11% de los profesores contaba con material para hacerlo y menos del 20% de docentes y apoderados ha generado instancias para abordar la CC en los colegios.

Los resultados dan cuenta, además, que existe una visión crítica de la Constitución actual y que hay altas expectativas ante el cambio constitucional: el 58% de las personas considera que la actual Carta Magna no garantiza de forma adecuada el derecho a la educación (solo un 27% cree que sí), mientras que un 68% indica que la nueva Carta Fundamental afectará de forma positiva la educación chilena.

Entre los temas que la nueva Constitución debiera acoger se cuentan: el desarrollo integral, con un 69% de las preferencias; le siguen el respeto a la diversidad tanto cultural, social, étnica, de género y sexual, con un 40%; y la promoción y cuidado del medio ambiente, con un 34%.

Un 33% de los mensajes de los y las estudiantes se refiere a que se incorporen en la discusión la opinión y derechos de alumnos, niños y jóvenes, adultos mayores, pueblos originarios, diversidades sexuales.

Para esta nota, buscamos experiencias que estuvieran trabajando en la difusión del proceso y fue difícil encontrar. En la Municipalidad de Santiago, para responder a estas inquietudes, echaron a andar un plan de fortalecimiento de la participación ciudadana entre las y los estudiantes, el cual se está desarrollando a corto, mediano y largo plazo.

“En el marco de la CC, se realizará, en conjunto con el GAM, el Taller Correo Constituyente, donde estudiantes de nuestra Escuela República de Panamá serán partícipes (educación prebásica y básica completa). Además, estamos conformando en cada escuela y liceo un Comité de Formación Ciudadana, el que está integrado por un funcionario de cada establecimiento, quienes tendrán la tarea de actualizar los planes existentes con miras en fomentar la participación y su impacto en la cultura escolar, porque algunos de estos no cumplen su objetivo. Durante el segundo semestre se realizará un encuentro de experiencias pedagógicas a nivel comunal, con miras a fortalecer prácticas de formación ciudadana”, señala la subdirectora de Gestión Técnico Pedagógica, de la Dirección de Educación de la Municipalidad de Santiago, Tamara Contreras.

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