Homenaje a Bob Marley en el Callejón de Hamel

Por Regina Cano

HAVANA TIMES – Cada 6 de febrero, los rastafaris en la capital habanera se juntan para celebrar un aniversario más del nacimiento de uno de sus ídolos: Bob Marley.

En el Callejón de Hamel, espacio cultural en el centro de la ciudad, fueron convocados para un concierto vespertino de música reggae, con el fin de conmemorar el 75 cumpleaños de quien puso en las letras de sus canciones la voz de la espiritualidad de esos seguidores del Jah (Javeh), considerado su profeta.

Llegaron al Callejón de Hamel, a compartir como hermanos, personas de San Miguel del Padrón, Alamar, Habana Vieja, Centro Habana y de otros municipios, así también de provincias como Matanzas.

No importaron en esos momentos las diferencias entre Boboshantis o Nyahbinghis, o vegetarianos, veganos o consumidores de proteína animal, ni entre quienes deciden consumir alcohol o no.

La mayoría de quienes se llegaron al Callejón H…, eran los que imbuidos en esa espiritualidad rinden culto a Haile Selassie I y a la música reggae como expresión de su credo.

Allí estaban algunos con dreadlocks de larga data, otros con dreadlocks recientes y hasta personas sin siquiera poseer trenzas, quienes vestían túnicas, turbantes y gorros o se aparecieron al concierto en sus ropas de trabajo.

Personas de diferentes generaciones, todos admiradores del vocero y excelente embajador que fue Marley, símbolo aún hoy, para muchos, de la defensa por la unidad y los derechos raciales, y del panafricanismo en general.

Todos los presentes exponían símbolos y colores que los hacían empáticos con el acontecimiento y aportaban significado. No faltaron visitantes extranjeros, ávidos de compartir un pasillo y un canto con los nativos de la Isla.

El invitado principal fue el grupo Herencia, quien compartió escena con otros exponentes de esta expresión musical, en ocasiones con características muy propias.

Tampoco faltó el baile, la alegría, las bendiciones constantes puestas tanto en las voces de quienes las hacían audibles desde el micrófono, como entre la audiencia, en complicidad de hacerse bueno el momento en este compartir.

Se escucharon y cantaron Redemption Song, No Woman, No Cry, y la mención de Shashamane o Zion, así como el rememorar a Marley junto a The Wailers.

Los recuerdos, las actualizaciones, los secretos y lo solidario no abandonó aquellas conversaciones y manera de departir: “Y te acuerdas de cuando fuimos a la montaña” o “…de aquel río…”.

Aparecieron figuras públicas y queridas como Félix, antiguo director del grupo Remanente, o personitas controversiales como la conocida “Vikinga”.

Y casi al final del concierto había una comunicación que corría entre los asistentes: “¡Hoy hay Palermo!…” -un club nocturno que permite se ponga música reggae y asistan los rastafaris-, lugar al que se dirigían muchos de los que allí estaban, a continuar la celebración.

Recibiendo del Jah todo lo bueno, beneficioso y perfecto que la vida hace que los una como hermanos, como rastafaris, se fueron cada uno por su lado, añorando ya el reencontrarse nuevamente.

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