Higiene anticoranavirus: así la enfrentan mujeres y hombres cubanos

Mujeres y hombres cubanos cuentan cómo asumen las labores de higiene y autocuidado en sus hogares: sobrecargas domésticas para ellas y sobreexposición viral para ellos

Por IPS Cuba

En Cuba la emergencia sanitaria de la Covid-19 ha enraizado el esquema tradicional de roles de género: “Ellas limpian y ellos proveen”. Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

HAVANA TIMES – Para muchas mujeres como Iliannys Acosta, la higienización en un hogar cubano ante la actual situación epidemiológica por la Covid-19 es un protocolo detallado. Ella repite el esquema hasta varias veces al día, en busca de seguridad puertas adentro.

Cuando las autoridades llaman al aislamiento físico y cada día más comunidades y hasta provincias pasan a los diferentes tipos de aislamiento y cuarentenas, han aflorado papeles tradicionales de género, bajo las condiciones de permanencia en las casas.

Así lo consideró la investigadora brasileña Joana das Flores Duarte, quien valora que, en América Latina, la crisis del nuevo coronavirus implica redoblar trabajo doméstico que recae, esencialmente, en ellas.

“Muchas mujeres que realizan este trabajo no remunerado dicen que están agotadas, preocupadas y con la sensación de que son las responsables de que el virus no ingrese a sus casas”, insistió Das Flores, en su trabajo Género, cuarentena y covid-19: para una crítica del trabajo doméstico, publicado en el dosier Pensar la Pandemia: Observatorio social del coronavirus.

Valoró, asimismo, cómo aumentan las cargas en el hogar, “porque además de las actividades ya existentes de ordenar, limpiar y estar emocionalmente disponible para el núcleo familiar, el virus impone una nueva carga: su eliminación”.

“Para hacer un promedio, el proceso de limpiar los alimentos y la casa lleva una media de cuatro horas al día; para las mujeres con niños, este trabajo es aún más agotador”, indicó en su texto.

Ellas limpian, lavan, cocinan

Bien lo sabe Ilyannis Acosta. Su natal provincia de Holguín está entre los cinco territorios con más casos por contagio de la Covid-19 en el país caribeño. Su casa “huele a hospital”, por todo el cloro, alcohol y detergente que emplea diariamente para la limpieza de superficies, ropas y alimentos.

“Cuando está bajo tu responsabilidad el cuidado de niños pequeños, te vuelves un poco obsesiva y paranoica. Te levantas temprano y lavas toda la ropa y paños que ves a tu alcance. Desinfectas cada rincón, cada objeto que ves”, explicó a la Redacción IPS Cuba.

Según la joven, madre de un niño de tres años y una niña de meses, las tareas higiénicas la sobrecargan. “Ahora con los pequeños en casa hay que garantizar la limpieza de todo, la alimentación, su cuidado y entretenimiento”, describió.

Cuenta que se pasa el día limpiando y volviendo a limpiar… ya el cloro es el aroma peculiar de cada jornada y sus manos apenas sienten las pequeñas llagas que su uso excesivo le provocan.

“Toda precaución es poca. El portal de la casa se convirtió en el área de desinfección donde hay que limpiarse los zapatos en una colcha clorada, lavarse las manos y dejar la ropa. De ahí, salir directo hacia el baño”, explicó, por etapas.

“¿Y visitas? Ninguna. La casa es el único sitio seguro”, insistió, sin duda.

La Redacción IPS Cuba conversó al respecto con 10 familias de Holguín, La Habana y Pinar del Río. En todos los hogares entrevistados las dinámicas de higienización se repiten, aun cuando las provincias tengan diferentes niveles de contagio por la Covid-19.

La corresponsabilidad en el hogar tuvo resultados diversos, en dependencia de las dinámicas particulares de las familias, aunque en la mayoría existían patrones irregulares sobre cómo compartir tareas y responsabilidades.

Siguen siendo ellas, en este bosquejo, quienes mayores labores de limpieza e higiene realizan, mientras ellos se sobreexponen a los contagios por el virus, al ser quienes con más frecuencia salen a “resolver comidas y otras necesidades básicas”.

Ellos se sobreexponen

Aunque hasta la actualidad el número de contagiados entre hombres y mujeres se mantiene relativamente similar, en los últimos partes diarios brindados por el Ministerio de Salud Pública, se evidencia un crecimiento del por ciento de positivos masculinos.

Hasta el 22 de abril, las mujeres representaban 50,7 por ciento de las personas contagiadas en la isla caribeña, pero los hombres constituyeron 67,5 por ciento de los fallecimientos.

Estas cifras pueden responder a los tradicionales roles de género que deparan para ellos la función de proveedor de alimentos y otros insumos. De las 10 familias encuestadas en tres provincias del país, solo en una son ellas quienes salen en busca de provisiones, y resultó, específicamente, un núcleo compuesto solo por mujeres.

En el resto, se repitió el esquema de “ellas limpian y ellos buscan”, aun cuando en determinados contextos y hogares las tareas eran relativamente compartidas.

El rol de proveedor también guarda para ellos la sobreexposición a las posibilidades de contagio y la frecuente higienización corporal por la cual deben pasar. Cinco entrevistados de las respectivas familias coincidieron que, como promedio, deben asearse manos y otras partes del cuerpo, con soluciones cloradas o alcohólicas, siete veces durante un día de compras.

“Y para entrar a la casa, me coge la auditoría. Pomito de agua con cloro para lavarme las manos antes de pasar. Me quito los zapatos y directo para el baño. La ropa a lavar, y baño minucioso como una pesquisa epidémica”, añadió Jhonny Frank, también residente en Holguín.

“Con más frecuencia somos nosotros quienes estamos en la calle. Somos quienes más vivimos el proceso de desinfección, sobre todo, en nosotros mismos y para evitar contagios a la familia. Tenemos que evitar ser el anzuelo. Vivimos estresados, sabemos que somos quienes podemos traer el virus para la casa”, añadió.

Por su parte, Amado Puebla indicó que toda precaución o higiene, por mucha que sea, es necesaria, y más en Marianao, un municipio con características sociales complejas en la capital cubana, la provincia que registra la mayor cantidad de casos positivos a la Covid-19.

Puebla sale en su moto una vez a la semana, dos como máximo, a buscar alimentos y productos de higiene. Su descontaminación implica no solo su cuerpo, sino carteras, mochilas, billeteras y llaves, monedas, anillos, celular. Todo con cloro y jabón, una y otra vez. Con un aspersor, incluso, él y su pareja Dermis rocían lo que traen, así sean alimentos o pomos que luego son fregados minuciosamente.

Amado, Dermis, Jhonny Frank e Iliannys recalcaron en las medidas higiénicas extremas. “Si hay que pagar algo o viene alguien por determinada cuestión, es a través de la reja, y cloro mediante”. “A esta casa no entra nadie”, declararon.