Havana Times y sus jóvenes colaboradores

Circles Robinson

Cuba desde adentro.  Foto: Caridad
Cuba desde adentro. Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 20 nov.  — Desde nuestra primera salida al ciberespacio hace 13 meses (dos meses para la versión en español), Havana Times ha intentado mostrarle a ustedes un amplio espectro de los muchos colores que conforman a Cuba, dejándole las descripciones en blanco y negro a otros.

En el caso de nuestros lectores en Cuba, muchos se sorprenden de encontrar una fuente de información que no es contrarrevolucionaria pero tampoco apologética y es muy crítica, a veces, e incluso, presenta críticas muy fuertes a las diferentes políticas gubernamentales o partidistas.

Hace un tiempo un editor de otro medio cubano me dijo que los profesionales de los medios de comunicación en Cuba trazan una línea de peligro para ellos mismos, basados en sus propias experiencias o en las experiencias de otros.

Ésta línea les mantiene a raya de pisar terreno cenagoso, donde algún jefe superior pueda considerar el tema de algún trabajo o la idea central como demasiado controversial, o una crítica hecha a alguna institución, organización o dirigente, como demasiado negativa.

La razón fundamental es siempre que los problemas internos del país no deben ser divulgados o discutidos por la prensa cubana, porque tales comentarios “ayudaría al enemigo”.

En nuestra sección de Diarios de Cuba, Havana Times lleva a sus lectores pinceladas de la vida en Cuba y comentarios plurales de ciudadanos cubanos muy diversos entre sí.  Quizás usted haya notado que algunos de nuestros colaboradores más jóvenes reflejan una visión desoladora de la vida del país y expresan un deseo urgente de cambios.

A algunos de mis colegas y amistades, especialmente los mayores, no les gusta este tono.  La idea de que las nuevas generaciones critiquen las políticas o estructuras gubernamentales no es bien vista por muchas personas de otras generaciones.

Les molesta que estos autores más jóvenes también se nieguen a ver el bloqueo o el medio siglo de hostilidad por parte de los gobiernos norteamericanos como razón suficiente para justificar o tolerar lo que ellos ven como aspectos disfuncionales del sistema económico y político del país.

¿Deberían jóvenes descontentos tener voz propia?

A la vez, algunos colegas, impulsados por preocupaciones sinceras, me han advertido que al publicar las opiniones de estas voces jóvenes puedo estar pisando muy cerca de la línea imaginaria que nadie ha definido pero que todo el mundo sabe que existe y que podría traer consecuencias adversas.

Estudiantes universitarios.  Foto: Caridad
Estudiantes universitarios. Foto: Caridad

La cuestión de si a los y las jóvenes que discrepan de las políticas del gobierno se les debe permitir opinar es un tema polémico.  Muchas personas en el poder, o que ejercen un segmento del poder,  no toman en cuenta la visión de las generaciones más jóvenes, aludiendo que les falta experiencia y visión histórica.  Les condenan a conformarse o callarse.

Aunque respetan que sus padres y abuelos pueden haber dedicado sus vidas a luchar por la victoria, la supervivencia y los avances de la Revolución, las nuevas generaciones muchas veces no se sienten motivadas por las hazañas históricas de aquéllos cuando observan y sienten en cuerpo propio los problemas concretos de hoy.

El resultado es un gran divorcio, y la inconformidad de numerosos jóvenes, muchos de los cuales -incluyendo profesionales- tienen un fuerte deseo de dejar el país.  Esta situación se torna cada día más difícil, en una isla cuya población cada día envejece más.

Yo creo que la tensa situación económica con mucha escasez material no es la única razón que motiva el deseo de emigrar.  Jóvenes a quienes les gustaría que este sistema socialista funcione mejor, que sea más participativo y menos dogmático, quieren un debate público sobre las grandes contradicciones que enfrenta su sociedad.  Como éste casi no existe, se sienten al margen y sus principales preocupaciones son a menudo consideradas temas tabú en sus centros de estudios o laborales.

El no haber permitido la retroalimentación de la crítica es muchas veces considerado una de las causas del colapso del campo socialista europeo.

Si alguna vez usted lee un diario de Havana Times con un escrito que parece ser muy oscuro o deprimente, yo les aseguro que lo que allí se dice es una muestra del pensamiento de muchos jóvenes entre los 16 y los 40 años con quienes he hablado y a quienes he escuchado.

No creo que los inconformes tengan todas las respuestas, pero sí defiendo el derecho que tienen de decir lo que piensan y trato de apoyarlos para que expresen sus ideas y sus sugerencias.

Creo firmemente que las instituciones de la Revolución cubana son lo suficientemente sólidas para responder al llamado hecho por el Comandante Fidel Castro de cambiar todo lo que debe ser cambiado y considero también que decidir qué debe ser cambiado o no, debe incluir la participación de los y las jóvenes como los que escriben para Havana Times y otros con sus muchas quejas, esperanzas e ideas.

Havana Times continuará llevándoles a ustedes una amplia visión de la vida cubana, incluyendo los logros y problemas que enfrenta el país.  Los y las jóvenes colaboradores y los no tan jóvenes, continuarán tocando algunas teclas y harán sugerencias que no les gustarán a todo el mundo.