Hace cinco años ocurrió un horrendo crimen en Managua
En el incendio murieron seis personas, y el crimen permanece en la impunidad
La OEA y la CIDH calificaron este hecho como un crimen de lesa humanidad. Antonia Urrejola lamentó que Nicaragua avance bajo el mandato de la impunidad
HAVANA TIMES – Hace cinco años, el 16 de junio de 2018, en medio de la violencia estatal que se generó tras las protestas civiles de abril de ese año, Nicaragua despertó con una terrible noticia que conmocionó al país entero. Un incendio provocado en una casa del barrio Carlos Marx, en Managua, consumió la vida de seis miembros de la familia Velásquez Pavón, incluidos una niña y un bebé.
Este hecho, condenado y calificado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como un crimen de lesa humanidad, aún permanece en la impunidad.
Para la abogada chilena Antonia Urrejola, quien siguió de cerca la represión armada contra las protestas civiles de Nicaragua, tanto como miembro de la CIDH y luego como presidenta de este organismo, “es increíble que a cinco años del incendio de una casa en el barrio Carlos Marx, en Managua, aún exista impunidad. Toda una familia murió en el incendio”, dijo a LA PRENSA en ocasión al quinto aniversario de la tragedia.
Urrejola recordó que la Policía informó en su momento que había creado un equipo técnico con investigadores y peritos de Criminalística que realizarían diligencias para esclarecer el hecho, pero “cinco años después el caso sigue sin esclarecerse y en la absoluta impunidad, al igual los asesinatos de al menos 328 personas que murieron en el marco de las protestas”, denunció.
Las víctimas de la tragedia
La casa de tres plantas pertenecía a Óscar Manuel Velásquez Pavón, un gran comerciante de colchones y almohadas, que vivía cerca de una de las zonas más críticas de las protestas, la Upoli.
Óscar Velásquez, de 46 años, fue asesinado junto con otros cinco miembros de la familia: su esposa Maritza del Socorro López Muñoz (45), su hijo Alfredo Manuel Velásquez López (26), la esposa de este último, Mercedes de los Ángeles Raudez Álvarez (21) y los dos niños de esta joven pareja: Daryeli Osmary (2) y Matías Eliseo Velásquez Raudez (5 meses).
La quema de la casa del barrio Carlos Marx fue un hecho sumamente doloroso, impactante y desgarrador para Nicaragua.
Videos que aún circulan en las redes sociales muestran cómo sacaron a los dos niños con quemaduras. A la niña, los paramédicos intentaron infructuosamente revivirla, mientras que los cuerpos de los adultos estaban calcinados. La casa quedó destruida por dentro. Las llamas devoraron casi todo.
Nicaragua no puede avanzar bajo la impunidad
La excomisionada presidenta de la CIDH reiteró que “no es posible que estos crímenes sigan impunes y que sus hechores no respondan ante la justicia. No es posible que un país avance y se desarrolle bajo el manto de la impunidad, como sucede aún en Nicaragua”.
Por su parte, el abogado y defensor de derechos humanos, Gonzalo Carrión, afirmó que este hecho es “un crimen de lesa humanidad, como todos los crímenes que causó el Estado de terror que era en cumplimiento de aquella orden de abril, ‘vamos con todo’ y ‘disparar a matar’ del régimen, dicho sea de paso, el 16 de junio de 2018 estaba el contexto de lo que se conocía como la Operación Limpieza”, señaló.
Carrión formaba parte del equipo de abogados del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) que se presentó al lugar para documentar las denuncias de los sobrevivientes y testigos.
Pero seis meses después de la tragedia, la Policía acusó al equipo del Cenidh de intentar “manipular” la versión de los sobrevivientes, quienes inicialmente habían responsabilizado al régimen.
Sobrevivientes cambiaron la versión
En las primeras horas del 16 de junio de 2018, personas encapuchadas tiraron morteros y bombas molotov dentro del piso de abajo de la casa, donde había material inflamable, entre estos colchones, almohadas y una camioneta, y el inmueble comenzó a arder.
Janeth del Socorro Velásquez López, también conocida como Cinthya; su hermana Maribel de los Ángeles, y un primo, Francisco Javier Pavón, lograron saltar desde el segundo piso hacia la calle. Pero los demás miembros de la familia no pudieron escapar.
Los sobrevivientes dijeron que quienes habían prendido fuego a la casa fueron encapuchados acompañados de policías. Tras escapar de la llamas, Cinthya grabó un video en vivo maldiciendo a Daniel Ortega porque sus simpatizantes habían sido los culpables de la tragedia familiar.
Sin embargo, en diciembre de ese mismo año, los tres sobrevivientes cambiaron el discurso y dijeron que los causantes habían sido “los tranquistas”, como descalifica el régimen a los manifestantes opositores.
La Policía atribuyó la quema de la casa de la familia Velásquez Pavón a miembros del Movimiento 19 de Abril, porque supuestamente la familia se negó a sumarse al llamado paro nacional.
El jefe de la Dirección de Auxilio Judicial en ese entonces, Luis Pérez, señaló al Cenidh de manipular a los sobrevivientes. Semanas antes, el organismo había sido despojado de su personería jurídica y les confiscaron sus bienes.
Masacre a la moral y memoria
“Con ese cambio de versión que provocó el exilio de mis colegas y mi parte, no guardo rencor a la sobreviviente, por el contrario, ahí hubo una nueva masacre contra el dolor, la moral y la memoria de esa familia”, expresó Carrión.
Tres años después del incendio, en 2021, el inmueble comenzó a estar en venta, según publicaciones que circularon en Facebook. Se desconoce qué pasó con la vivienda y el paradero de los sobrevivientes.
Desde el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, Carrión denunció que “hoy se cumplen cinco años de ese crimen de lesa humanidad hasta ahora en total impunidad”.