General Avilés rinde al Ejército de Nicaragua ante Ortega

Líder castrense justifica alineamiento incondicional con régimen represivo

Danuel Ortega y Rosario Murillo con el General Julio César Aviles durante el acto del 40 aniversario del Ejército. Foto: Presidencia

Acusa, sin dar pruebas, a funcionarios de ONG de intentar dividir a los militares para que dieran un “Golpe”, e ignora crímenes de bandas paramilitares

Por Juan Carlos Bow  (Confidencial)

HAVANA TIMES – El escenario era propicio para dar una gran noticia: aniversario 40 del Ejército de Nicaragua, y una mítica plaza llena de oficiales y altos rangos militares nacionales y extranjeros. El jefe de las fuerzas armadas nicaragüenses, general Julio César Avilés, aprovechó su discurso —a caballo entre logros pasados y retos futuros— para alinear incondicionalmente a la institución castrense al mandato del dictador Daniel Ortega, quien atraviesa la peor crisis política en once años después de haber perpetrado la matanza de abril. Ortega calificó el mensaje de lealtad del jefe militar como “tan claro como el agua, tan firme como el acero”.

El régimen orteguista desempolvó la histórica Plaza de la Revolución para celebrar el aniversario militar, que contó con la presencia del todopoderoso ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en 2018, considerado el principal soporte político del presidente Nicolás Maduro.

Con una fila de banderas rojinegras y la enseña nacional azul y blanco a su espalda, Avilés le afirmó a Ortega: “Presidente cuente con esta institución para seguir en el camino de una Nicaragua con seguridad, estabilidad, desarrollo económico, prosperidad y en paz”.

Segundos antes le había agradecido por “todo su respaldo para fortalecer nuestras capacidades en beneficio de todos los nicaragüenses, gracias presidente por su apoyo”. También hubo gratitud para con la primera dama Rosario Murillo: “Gracias también a usted vicepresidenta por el apoyo de siempre en toda nuestras gestiones, gracias compañera”.

La justificación del general

El alineamiento del general estuvo precedido de una acusación sin nombres o pruebas. “Tenemos un Ejército fuerte, sólido, acerado en mil batallas, y altamente cohesionado, jamás lograrán descohesionarnos, jamás nos van dividir, como pretendieron hacerlo funcionarios de organismos no gubernamentales y otros, que hacían llamados a leales compañeros para abrir la posibilidad de darle un golpe de Estado al Gobierno legítimamente constituido, lo que jamás haremos”.

“Son los mismos que presionaban para que cumpliéramos misiones que no son de nuestra competencia, ignorando o queriendo ignorar las leyes de la República, pretendiendo con nuestra salida, provocar una guerra entre hermanos”, subrayó Avilés.

Es la primera vez que el Jefe del Ejército se refiere a la narrativa del presunto “golpe de Estado”, que sido el alegato de la dictadura orteguista para justificar ante propios y extraños la represión desatada contra la población civil, que ha dejado más de 325 muertos, unos 3 000 heridos, decenas de desaparecidos, centenares de presos políticos y más de 70 000 exiliados.

El discurso oficial del “fallido golpe de Estado” ha sido descartada por organismos nacionales e internacionales de derechos humanos, que en cambio han documentado cómo el régimen cometió crímenes de lesa humanidad contra los ciudadanos.

Ignora a los paramilitares

“El Ejército de Nicaragua no ha hecho absolutamente nada para llevar a este país a la grave crisis que se dio en abril del año pasado. El Ejército de Nicaragua no ha hecho absolutamente nada para agravarla y nunca haremos nada para que nos lleven nuestras acciones a arrastrarnos a una guerra porque, los que la vivimos, jamás la queremos”, mencionó el jefe castrense.

Agregó: “Nuestra posición desde el 21 de abril del 2018 — tres días después que estalló la crisis— ha sido de respaldo a todo esfuerzo que nos permita a la nación estar con estabilidad, tranquilidad, desarrollo económico, bienestar y siempre estar en paz”.

Avilés se volvió a quejar de la presunta existencia de una campaña de desprestigio contra los militares. Sin embargo, las únicas críticas son contra la cúpula castrense por su pasividad ante el actuar delictivo de grupos paramilitares, que desde el año pasado participan abiertamente en operaciones represivas en coordinación con la Policía Nacional. Según el artículo 95 de la Constitución “No pueden existir más cuerpos armados en el territorio nacional que los establecidos en la Constitución”, pero el Ejército de Nicaragua ha tolerado la existencia de estos cuerpos ilegales, llegando el general Avilés al extremo de negar su misma existencia.

“Nosotros conscientes y meridianamente claros de nuestros roles constitucionales y legales, jamás caeremos en errores o en acciones al margen de la ley, como han querido que lo hagamos, los que han dirigido las campañas de presiones, calumnias y mentiras, así como las agresiones a nuestra institución y nuestros familiares”, señaló Avilés, sin mencionar los crímenes perpetrados por los paramilitares en la “operación limpieza” de junio y julio del año pasado.

Sabemos quiénes son

El líder militar prosiguió: “Sabemos quiénes están detrás de esa brutal campaña de ataques y provocaciones. Los hacemos responsables de las afectaciones físicas y morales de nuestros compañeros y familiares. No digan que los estamos amenazando, porque no es esa nuestra intención”.

Avilés alegó que los militares han puesto “la mayor cuota de sudor, sangre y sacrificio para el bienestar de todos los nicaragüenses sin distingo de ninguna naturaleza”, por lo que “las críticas sanas y constructivas siempre las escuchamos, pero los llamados a violentar la ley, las ofensas, las calumnias y mentiras siempre las vamos a denunciar y las vamos a rechazar”.

Ortega, quien habló por más de 40 minutos y brincó —sin un hilo conductor coherente— de un tema a otro, aprovechó la presunta campaña de desprestigio contra el Ejército, para sumar a la Policía del régimen como una víctima. Dirigentes policiales han sido señalados por organismos nacionales e internacionales de comandar los grupos paramilitares contra la población civil.

“Cuando los están asaltando o están robando corren a buscar a la Policía, y cuando los están asaltando y los están robando allá en el campo, que anda alguna banda, corren a buscar al Ejército, después que algunos de ellos los maldicen”, se quejó el dictador.

“No se dan cuenta que el Ejército es un factor de estabilidad y de equilibrio para que el país pueda avanzar y prosperar en la larga ruta que hemos venido caminando, y que se vio sacudida de forma brutal en el mes de abril del año pasado”, lamentó Ortega.

Llamado a la paz

Avilés recordó que al inicio de la crisis, el Ejército suspendió sus actividades regulares y fueron autorizados por el dictador para reforzar la vigilancia en las fronteras terrestres, marítimas, litorales y el espacio aéreo, así como el resguardo de “200 objetivos estratégicos, vitales para el funcionamiento del país”.

El jefe militar finalizó su discurso apelando a la paz. “Por el amor a Nicaragua tenemos que abandonar la violencia y el odio que solo daño y división nos traen. Todos debemos darnos la oportunidad de vivir en armonía y ser garantía de paz y desarrollo de nuestro pueblo”.

Tal petición fue enaltecida luego por la vicepresidenta, quien usó sus recurrentes comentarios finales de los actos oficiales, para calificar como un “gran discurso, gran mensaje a la nación”, las palabras de Avilés.

Hermosa la frase que uso en ese gran discurso, gran mensaje a la nación y al ejército mismo, de nuestro general Avilés, comandante en jefe del Ejército, cuando dijo nacimos luchando

“Uno siente un orgullo infinito cuando escucha esos mensajes del general Avilés y del comandante Daniel”, apostilló.