Frank Delgado y su público fiel de diferentes generaciones

en el Museo de Bellas Artes

Por Irina Echarry

Concierto_de_Frank_Delgado.jpg.290x196_q85_box-0,106,940,742_crop_detailHAVANA TIMES — No me gusta la trova, me gusta Frank Delgado, aclaraba un joven a la entrada del museo; mientras, otros se preguntaban cómo era posible que la cola para un concierto de Frank estuviera tan organizada.

Era el último sábado de agosto. Algunos medios habían divulgado que el inicio de la función sería a las 7 pm; el museo tenía un cartel que lo anunciaba para las 8 pm, pero fue casi a la hora del cañonazo de las nueve que empezaron los primeros acordes. La gente se acomodó donde pudo, los asientos eran insuficientes y la mayoría del público joven se las arregló en el piso o la hierbita. Por suerte el espectáculo fue en el patio del museo y no en el pequeño teatro.

Ahora su música se escucha alguna vez por la radio, pero hubo un tiempo en que no fue así; quizá por eso tiene tantos admiradores, ya sabemos que el mecanismo de la censura funciona de manera caprichosa. El público seguidor de sus canciones es heterogéneo: jóvenes y gente mayor que se dejan cautivar por sus crónicas cantadas, pedazos de realidad acompañados de los más disímiles géneros musicales.

Es difícil no sonreír cuando escuchamos la historia del trío amoroso que forman el seductor Casanova, la Cecilia Valdés y Bella Durmiente; o angustiarnos mientras tarareamos Angola, tema emotivo que narra las consecuencias de la misión bélica cubana en el país africano.

Durante la velada recordó títulos emblemáticos: Cuando se vaya la luz, mi negra, conocido por muchos como el “blues del apagón”; Carta de un niño cubano a Harry Potter, donde le dice al mítico mago infantil que se deje de boberías y aprenda de la magia que se hace diariamente en Cuba para sobrevivir, y Orden del día, esa alabanza a la energía positiva entre los seres humanos.

Frank Delgado en el Museo de Bellas Artes
Frank Delgado en el Museo de Bellas Artes

Es contagioso el ambiente que se crea en sus conciertos: la gente se sabe todas sus letras y se mueve al ritmo que él decida: bachata, chachachá, son, o la trova. Su registro de voz y sus aptitudes musicales le permiten interpretar cualquiera de los géneros cubanos y hasta fusionarlos con rock and roll o la samba brasilera. Una de las canciones más aplaudidas fue Matamorina subversiva, inspirada en el estilo de la vieja trova santiaguera, pero con letra contemporánea: tírame una bomba lagrimosa / que tengo ganas de llorar / porque se ha puesto la cosa / que no se puede soportar.

Esa noche hizo un pequeño homenaje a Santiago Feliú: “ese diablito, niño travieso”, su amigo y poeta trovador con quien generó —junto a Carlos Varela y Gerardo Alfonso— aquel movimiento por la década de los 90 que algunos acuñaron como la “generación de los topos” y otros, Novísima Trova.

Entre otros temas dedicó uno al escritor checo Milán Kundera, conocido crítico del socialismo, y otro a una orquesta que ha acompañado a cubanos y cubanas por generaciones, sin importar la ideología: los Van Van. En Educación Formell menciona desde las escuelas al campo hasta los mítines de repudio y confiesa que a su utopía “se la llevó el ciclón”: el mundo es más saludable con educación Formell / lo dicen los de Miami y lo dicen los de Fidel / lo dice la disidencia y lo dice Díaz Canel.

Después de expresar en La otra orilla, el tema que habla de la división de la familia a raíz del diferendo Cuba-Estados Unidos: “Yo decidí a cuenta y riesgo quedarme aquí en esta orilla”, terminó el concierto deseando que a todos nos llegue la visa para Estados Unidos y ayuda para que prosperen los negocitos.

Frank Delgado se reconoce como “un secuaz del Ministerio de Cultura”, sus temas están cargados de un fino sentido del humor que critica y fustiga lo que considera mal hecho o mal pensado. Sus vivencias de “cubano de a pie” le han dado la materia prima para sus textos. En sus conciertos o peñas conversa mucho con la gente, improvisa, hace chistes, ironiza, se siente relajado. Por eso es un placer asistir a su encuentro, incluso, aunque no te guste la trova.

Photo de portada: caimanbarbudo.cu
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7 thoughts on “Frank Delgado y su público fiel de diferentes generaciones

  • De él sólo decir que es un artistazo con mayúsculas y que tiene unos coj… más grandes que los de Maceo. Jamás ha claudicado con nadie.

  • Me gusta Frank Delgado. Ya lo escuche hace años, gracias a YouTube! Sería bueno que pongan nuevos vídeos.

  • 100% de acuerdo contigo lapón, tremendo artista y tremendo coj….do, respeto y admiración para él. De sus temas el que más me gusta es La otra orilla; de manera genial resumió la tragedia de la familia cubana, víctima de la manipulación ideológica y el juego de intereses políticos. Gracias a Dios al parecer las aguas van cogiendo su nivel en ese aspecto.

    http://www.youtube.com/watch?v=K9xWlHdOj4s

  • El día en que se escriba un historia desprejuiciada de lo que se vivió en Cuba en los pasados 25 años, las canciones de Frank Delgado aportarán mucho más para entender esos tiempos que toda la prensa cubana de la época. No en balde en esos años, tanto a el como a Pedro Luis Ferrer les exhortaron “amistosamente” a que no hablaran tanto con el público en cada concierto.

  • La primera vez que escuche a Frank fue en el corto Monte Rouge. De ahí lo busque en YouTube y escuche varias de sus canciones que eran nuevas para mi.

  • La trova es “tremenda trova” (Abajo Silvio!!!!). Frank por lo menos se atreve a decir las cosas duras por las que pasamos los cubanos todos los días.

  • Tendrías que verlo en vivo. Es sencillamente “un vacilón” como se dice en Cuba. Tuve la oportunidad de conocerlo personalmente, en el Hospital Calixto García, porque su padre y mi ex suegra estaban ambos ingresados allí. Me cayó requetebién. Es un tipo fenomenal. Espero que no me odie porque compré toda su discografía …¡por un dólar! en formato MP3, a un comerciante de Fin de Siglo.

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