Fotógrafos nicas que han retratado la violencia y la represión

Los fotógrafos Jader Flores, Nayira Valenzuela, Óscar Navarrete y Carlos Herrrera, son algunos de los que han retratado la violencia y la represión. Cortesía | Niú

Universidad Centroamericana recopila en un libro el trabajo de diversos fotógrafos durante los meses más duros y violentos de la crisis que vive Nicaragua

Por Mónica García Peralta  (Confidencial)

HAVANA TIMES – A través del conversatorio: «Fotografía en tiempos de crisis: ¿Cómo narrarla desde las imágenes«, se presentó el libro que recopila cientos de fotografías de los meses más crudos y violentos de la represión que se desató a partir de abril de 2018. Durante el evento tres fotógrafos de distintos medios compartieron sus experiencias cubriendo protestas en distintos puntos del país.

El libro titulado: «Rebelión de abril: retratos de represión y resistencia» contó con un tiraje de 500 ejemplares, los cuáles estarán disponibles para el público en UCA Publicaciones, quien estuvo a cargo de la reproducción, así como en distintas librerías de la capital. El trabajo recopilatorio abarca diferentes etapas de la represión y ubica en qué contexto fueron tomadas las fotografías.

La encargada de hacer el trabajo de curación de imagen fue la fotógrafa Claudia Gordillo, quien asegura que fue un proceso minucioso de selección, para finalizar esta obra. «Mi intención principal estaba clara y era lograr demostrar las agresiones a ciudadanos, periodistas y estudiantes, que el Gobierno ha tratado de negar todo este tiempo», comentó Gordillo.

Durante el conversatorio, los invitados fueron Carlos Herrera, reportero gráfico de Confidencial y Niú, Óscar Navarrete, de La Prensa y Nayira Valenzuela, una de las pocas mujeres en esta profesión, que retrató la crisis para El Nuevo Diario. Los tres compartieron sus experiencias tanto de técnica fotográfica, ética, seguridad y la parte emocional detrás de las imágenes.

Ser estudiante y fotógrafa

Nayira Valenzuela tiene cuatro años de laborar en el El Nuevo Diario, sin embargo, cuando estalló la crisis aún era estudiante. Según compartió en el conversatorio, una de las cosas más difíciles que vivió fue lidiar con esa dualidad que en momentos no le permitía separar su «yo ciudadano» con su «yo fotógrafo».

«El momento más duro que recuerdo haber vivido fue el 30 de mayo, cuando por una u otra razón fui a dar al Estadio Nacional desde donde francotiradores disparaban a los estudiantes quienes solo tenían piedras y morteros para defenderse. Quería hacer esa foto que comprobara lo que yo estaba viendo ahí, pero la posición no lo permitió y pronto tuve que salir corriendo para salvar mi vida», explicó la reportera gráfica.

 

 

 

 

 
El aspecto emocional

Para Carlos Herrera, reportero gráfico de Niú y Confidencial, una de las cosas más difíciles fue lidiar con el estrés que estar retratando conflictos le produjo a nivel interno y además, lo más difícil aún fue buscar apoyo profesional. «Yo creo que ha habido cuestiones técnicas o de seguridad con las que de una u otra forma hemos sabido lidiar, pero el impacto emocional es algo más», explicó Herrera.

Según él, también surgió una solidaridad entre el gremio, puesto que nadie se esperaba una reacción tan violenta del régimen y, contrario a otros años, en 2018 la mayoría de fotógrafos de los medios de comunicación, son una nueva generación que no vivió la guerra de los años ochenta.

Herrera tiene nueve años de experiencia como reportero gráfico, y durante este tiempo de crisis, ha tratado de ampliar su espectro más allá de retratar la violencia, pues también ha observado lo que hay alrededor. «En los meses más duros, entrar a una Masaya llena de tranques era una odisea y una de las cosas más inverosímiles que me hallé, fue ver que a pocas cuadras desde donde se vivía una ‘miniguerra’ entre ciudadanos y policías, había gente que sacaba sus sillas al frente de sus casas, a tomar el fresco de la tarde», recordó Herrera.

 

 

 

 

Nunca pensó que se repetiría la violencia

Con 25 años de experiencia en el fotoperiodismo, Óscar Navarrete vivió en carne propia la guerra de los años ochenta, durante los cuáles ejerció su profesión. Asegura que después de los años noventa, nunca imaginó que vería esos niveles de violencia y muerte nuevamente en Nicaragua y lo que vivió en 2018, le revivió muchos de esos recuerdos duros.

Para él, lo más impactante fue ir nuevamente a dar cobertura a los funerales y retratar el dolor de las madres y demás familiares que perdieron a sus seres queridos. Sin embargo, en esos momentos, siempre ha procurado hacer su trabajo de una forma que no invada el dolor de los protagonistas y siempre respetar los momentos.

«Hubo ocasiones en que estuve en esos momentos más duros donde toda la familia lloraba a su ser querido, y en ningún momento pensé en sacar mi cámara, porque el respeto al dolor siempre estuvo de primero», compartió el fotógrafo.