Estados Unidos toca al “círculo de hierro” de Ortega

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo en un acto de inauguración del paso a desnivel más grande del país, al sur de Managua. 29-11-2018 Foto: EFE/Jorge Torres

 

Sacan a luz a Néstor Moncada Lau, el custodio de los secretos de El Carmen

Castigan a Rosario Murillo, la representante del “50% del poder” del régimen, y a “Chema”, el enlace de El Carmen con la Policía y los paramilitares

 

Por Juan Carlos Bow / Iván Olivares  (Confidencial)

HAVANA TIMES – Estados Unidos se infiltró en el círculo íntimo de la pareja presidencial. Con la sanción a Néstor Moncada Lau (“Chema”), secretario privado de Ortega, enlace con la Policía, los grupos paramilitares y actividades de inteligencia, le demostraron al presidente Daniel Ortega que conocen lo qué se cuece en la cocina política del búnker de El Carmen. La única forma de saber el papel que juega Moncada en los engranajes del régimen, según disidentes sandinistas, es una “fuga interna” en el círculo de los Ortega Murillo.

Moncada fue sancionado junto a la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, por “corrupción desenfrenada, desmantelamiento de las instituciones democráticas, abuso de derechos y explotación de las personas y recursos públicos para beneficio privado”, según una nota del Departamento del Tesoro.

Para la exguerrillera sandinista, Dora María Téllez, la sanción a Moncada fue un mensaje “directo y poderoso” a Ortega. “Le dijeron: tenemos información comprometedora y estamos dispuesta a usarla”.

“Estados Unidos sacó a la luz un personaje oscuro, del que no se sabe mucho; es más, la última foto de Moncada es de cuando tenía cuarenta años, hoy tiene 64. Eso da una idea de la oscuridad en la que se mueve ese personaje”, comentó la disidente sandinista.

Fuga en El Carmen

Rosario Murillo y Nestor Moncada Lau

Óscar René Vargas, analista político, aseguró que la única forma en que Estados Unidos conociera sobre el actuar de Moncada “es una filtración interna”, lo que indica una fisura en el círculo interno de la pareja presidencial.

“Es un golpe fuerte al círculo represivo, en el que se sabía que estaba metido Gustavo Porras, Fidel Moreno y otras personas, pero no se sabía sobre la actuación de este hombre (Moncada)”, dijo Vargas, quien añadió que “eso lo filtró alguien de ellos mismos, porque Moncada ha tenido un perfil muy bajo”.

La filtración ha llenado de “inseguridad” al también llamado “círculo de hierro” del orteguismo, según Téllez, ya que los estadounidenses revelaron que tienen un informante adentro, que puede ser “cualquiera”.

Hombre leal a Ortega y Murillo

Moncada es el custodio de la Secretaría General del FSLN. Abogado y experimentado exoficial de la Seguridad del Estado del Ministerio del Interior, con fuertes vínculos de lealtad hacia Ortega y Murillo.

Con el retorno de Ortega al poder en 2007, el exoficial asumió un rol prominente como enlace del presidente con la exjefa de la Policía, Aminta Granera. Todas las órdenes de Ortega a Granera y a la ministra de Gobernación, Ana Isabel Morales, serían canalizadas a través de Moncada, quien adquirió una incidencia decisiva en el rediseño político de la Policía, la selección de los oficiales profesionales que pasarían a retiro y la promoción de cuadros alineados por su lealtad a Ortega.

Su ámbito de acción como operador, se extiende al Ministerio de Gobernación, la Dirección General de Migración y Extranjería, la Dirección General de Ingresos y la Dirección General de Aduanas.

No tiene un cargo oficial ni aparece en el organigrama del Gobierno, pero nadie discute su ascendencia sobre el poder como guardián de los asuntos privados de la familia presidencial.

“Duro golpe”

Las sanciones para Murillo y Moncada, según Vargas y Téllez, fueron un “duro golpe” para Ortega, ya que le tocaron a dos miembros importantes de su círculo de hierro, que es completado por sus hijos y otros allegados como Fidel Moreno, Gustavo Porras, Francisco “Chico” López, el canciller Denis Moncada, y Bayardo Arce.

“Las dos sanciones le duelen (a Ortega), la de Murillo porque es la liquidación política de ella, y al otro (Moncada) lo desnudan y hasta le sacan la cuestión de una niña (presuntamente nacida de una relación de Ortega con una menor de edad)”, resaltó Vargas.

Para Téllez, las nuevas sanciones tocan la “médula” del círculo íntimo de Ortega, ya que las anteriores —Roberto Rivas, Fidel Moreno, “Chico” López y “Paco” Díaz— fueron “más institucionales”.

Mensaje al régimen

Además de las sanciones, el presidente Donald Trump firmó una “Orden Ejecutiva” en la que calificó la crisis en Nicaragua como una “extraordinaria e inusual amenaza para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”, por lo que declaró una “emergencia nacional para lidiar con esta amenaza”. Luego, el Senado aprobó por unanimidad una legislación conocida como la “Magnitsky Nica”, diseñada para castigar al Gobierno de Ortega. En ambos casos, el mensaje fue claro: el régimen debe poner fin a la represión contra la ciudadanía y volver a la salida negociada de la crisis, según dijeron expertos a CONFIDENCIAL.

La aprobación de la legislación se daba por descontada, pero las sanciones fueron una sorpresa para propios y extraños.

Para José Luis Velásquez, exembajador de Nicaragua ante la OEA, las medidas reflejan que en el Ejecutivo y Legislativo de Estados Unidos hay un consenso “pleno y profundo” de que se necesitan sanciones para frenar la radicalización de la represión orteguista, que esta semana se ha enfocado en el acoso a los periodistas y medios de comunicación independientes.

Además, las sanciones contra Murillo le indican a Ortega que deberá renegociar los términos de su salida, según Alejandro Bendaña, historiador y exembajador ante la ONU. “El mensaje claro a Ortega es que lo que podíamos haber convenido en materia de negociación ya no va”, comentó.

Vargas estimó que Estados Unidos ha indicado a Ortega que lo único que queda por negociar es su salida del poder. “Es el mensaje de la rendición”, acotó.

Empresarios demanda diálogo político

Vista general durante la segunda sesión del Dialogo Nacional. EFE | Jorge Torres | CONFIDENCIAL.

Después de más de 72 horas de las sanciones estadounidenses, tres entidades del sector privado (Cosep, AmCham y Funides) emitieron un comunicado en el que hacen referencia a “los recientes acontecimientos que incluyen sanciones por parte del Gobierno de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial”.

A parte de eso, ni una palabra más en el resto del texto, aunque eso podría cambiar el doce de diciembre, cuando los empresarios efectúen con más de tres meses de atraso, su convención anual.

“El sector privado hará lo que viene haciendo desde que empezó la crisis: apoyar para que se restablezca un diálogo político que dé las bases a una salida pacífica y rápida de la crisis”, dijo Sergio Maltez, presidente de la Cámara de Industrias de Nicaragua (Cadin).

Su colega Guillermo Jacoby, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), admitió que los miembros de esa Asociación están “muy preocupados, porque la afectación económica llevará a crisis social, y no vemos intención de diálogo en el Gobierno, lo que crea más incertidumbre”.

De todos modos, defendió la actuación del Cosep, porque “desde el inicio de la crisis, hemos dicho que debe haber elecciones adelantadas, dialogo inclusivo y que regrese la institucionalidad, y esa posición se mantiene”.

Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo, (Canatur), confió en que haya “sensatez en las mentes de las autoridades y que se den cuenta que no podemos vivir aislados”.

Fachada del Banco Central de Nicaragua. Archivo | Tomada de El 19 Digital

“Es fundamental garantizar los derechos de los pueblos, y que estos pasan necesariamente por garantizar la institucionalidad democrática y un Estado de Derecho que en nuestro país se ha perdido”, sentenció.

Jacoby advirtió que “si sigue disminuyendo el consumo, la banca seguirá restringiendo los préstamos, y un país sin préstamos no crece”.

Maltez apunta que si hay sanciones al amparo de la Nica Act, “las repercusiones serán muy severas. Se nos viene un desenlace económico muy dañino para Nicaragua, que puede ocasionar en un estallido social. Habría más incertidumbre porque otros países podrían tomar medidas similares, y aislarnos completamente”.