¿Es hora de andar juntas?

Por Yasmín S. Portales Machado 

HAVANA TIMES — Este martes 24 de julio, un grupo de feministas cubanas se reunió en el Instituto Internacional de Periodismo “José Martí” y acabaron discutiendo sobre la posibilidad de articular sus esfuerzos en una organización política de alcance nacional y de qué debería contener su agenda frente a la realidad cubana. ¿Lo lograrán?

La invitación no podría ser más inocente: solo se trataba de uno de los tantos debates intelectuales (generalmente) organizados por, para y sobre mujeres intelectuales. El texto del mensaje decía: “Nos gustaría mucho invitarlas al debate acerca de EL FEMINISMO EN CUBA HOY: Repensar la teoría y la práctica, en el que participarán Georgina Alfonso, Teresa Díaz Canals, Danae Diéguez e Isabel Moya, entre otros/as invitados/as, y cuya moderación correrá a cargo dela Dra. Alina Pérez.”

Atención, fíjense cuán normalizado está que los varones sean ínfima minoría en estos espacios que ya se pone “invitarlas”, en franca feminización del público. También se mencionaba que esta iniciativa contaba con el apoyo de SEMlac,la Consejería Culturaldela Embajadade España en Cuba yla AECID, pero eso no es lo más singular de la cita.

A pesar de que se anunciara el evento con menos de 24 horas de antelación y de la inminencia del feriado, el aula Don Mariano del Instituto “José Martí” estaba llena a eso de las 10 de la mañana, mujeres de muy diversos perfiles: la docencia, la producción animal, la filosofía, la investigación técnica, el trabajo comunitario, la comunicación social y el activismo político; todas con el denominador común de estar comprometidas con el feminismo y su inserción en sus respectivos espacios profesionales.

La intervención inicial de Isabel Moya, directora de la revista Mujeres, estableció un panorama de las razones a propósito de las cuales en la cátedra Mirta Aguirre decidieron organizar esta cita.

El aporte del feminismo disimulado a la sociedad 

Sin dudas la más importante es el aumento de las tesis de grado de Comunicación Social que usan el enfoque de género y los enfrentamientos que ello está generando entre docentes de las distintas facultades dela Universidadde La Habana.

En este contexto, se hace pertinente cerrar filas, y repensar cómo es que el feminismo –disimulado con el término “género” en muchos espacios­- aporta a nuestra sociedad, a nuestro modo de entender las relaciones entre las personas y cómo puede usarse exitosamente para enfrentar los nuevos retos sociales de Cuba desde la teoría y la práctica.

La Dra. AlinaPérez, moderadora en funciones, advirtió al público que la intención no era establecer un panel cerrado, sino un diálogo entre pares. Por esta razón a la entrada del salón estaba disponible el boletín de Voces para el diálogo, dedicado al “Feminismo en Cuba hoy”, compuesto por entrevistas a las ponentes, Teresa Díaz Canals, Danae Diéguez e Isabel Moya, y a otras tres importantes feministas cubanas, Mirta Yáñez, Zaida Capote Cruz y Georgina Alfonso (esta última estaba invitada a exponer, pero no puedo asistir).

La disponibilidad de esta documentación debía facilitar el debate, al exponer de modo claro y sintético seis opiniones referenciales sobre el feminismo en nuestra nación. Tras dejar claras las reglas de juego, Alina dio paso a la primera intervención, a cargo de la socióloga Teresa Díaz Canals.

La conocida profesora universitaria y ensayista se movió entre el testimonio y la reflexión metodológica. En su intervención buscaba tender un puente entre las tensiones de la vida cotidiana de Cuba (migración, doble moneda, depreciación del salario, incertidumbre política) y las distintas líneas de expresión con que se puede hacer concreta la ideología feminista, entre las más importantes: la acción política, una ética y estilo de vida coherentes con relaciones emancipadas entre los géneros, y el enfrentamiento a los diversos tipos de discriminaciones.

Díaz Canals concluyó con un llamado al rescate de la memoria de nuestras feministas de siglos pasados, y la reafirmación de su certeza de que en Cuba hay un pensamiento feminista autóctono.

Tras agradecer a la ponente, la moderadora propuso hacer una primera ronda de intervenciones, de modo que se dinamizara el encuentro.

Tras cierta reticencia –porque incluso entre las feministas nos cuesta a veces dejar los patrones de la academia tradicional/vertical/patriarcal–, Zaida Capote dio su propia respuesta a la pregunta central de si existe un movimiento feminista en Cuba hoy: NO; y propuso una solución: crear una organización feminista, un espacio que articule los empeños académicos, creativos, institucionales o comunitarios y supere el estatus actual de grupos o iniciativas semiautónomas y aisladas que se conectan por redes de afinidad.

Hasta ahí se respetó el programa, porque el debate fue tal que ya nadie recordó que falta la ponencia de Danae Diéguez sobre género y medios, volcadas como estaban las presentes en analizar los retos y objetivos que implicaría tal empeño.

Hubo muchas intervenciones, y varias de las participantes incorporaron en sus argumentos los errores y dolores aprendidos de su experiencia conla Asociaciónde Mujeres Comunicadoras, la mítica Magín que en los años noventa reivindicó la idea de un feminismo socialista, de que el enfoque de género no estaba enfrentado con la lucha de clases.

Antes que una relación incompleta de las personas que expresaron cada idea –advierto que hubo exposiciones, réplicas, contrarréplicas, narraciones metafóricas, llamados al orden, carcajadas de asombro y susurros alarmados–, prefiero hacer un resumen de los retos que tal idea enfrenta:

Por qué no será fácil: En una sociedad tan politizada como la cubana, una asociación feminista es un reto frontal a la hegemonía del poder. No solo porque el feminismo es esencialmente un proyecto político –y quien lo niegue es ignorante u oportunista–, sino porque pretende desmontar las lógicas mismas de ordenamiento social para sustituirlas por otras en las cuales la relación entre las personas sea igualitaria, sin verticalismos de ninguna clase.

Por qué es necesario: Porque se es débil mientras permanecen las divisiones temáticas, metodológicas, institucionales o geográficas, pero se es fuerte y se obtiene legitimidad al integrar un grupo que se reconoce con metas comunes y coincidencias ideológicas fundamentales. Las agendas de género no avanzarán en Cuba si no se une la fuerza de las personas comprometidas con el feminismo en un esfuerzo común.

Qué falta: Antes de dar el salto cualitativo que significa unirse conscientemente, las feministas deben superar las limitaciones que como grupo arrastran:

-Habanocentrismo en la producción teórica; aislamiento e ignorancia de las iniciativas –científicas, educativas, comunicacionales, comunitarias o políticas– organizadas en diferentes zonas del país, o en distintas instituciones de las mismas provincias;

-Una base socio clasista ilustrada y hegemónica –esto es, que mayormente se trata de mujeres con educacional universitario, blancas, urbanas y heterosexuales–;

-Falta de memoria histórica, de modo que no se conserva y recircula el legado de quienes nos precedieron en el movimiento, ni hay consciencia de lo importante de las historias de vida de quienes hicieron y hacen feminismo práctico;

-Una nueva generación sin consciencia de género y profundamente desinteresada de las acciones colectivas;

-Unos medios de comunicación social que generalmente reflejan una visión distorsionada del feminismo y las agendas de género;

-Prejuicios muy arraigados en el imaginario popular y en las personas que integran las estructuras de poder contra el término feminismo y quienes lo reivindican;

-La leyenda negra de que el feminismo es contrario a la lucha de clases y al objetivo socialista en general;

-La falta de reconocimiento al trabajo dela Federaciónde Mujeres Cubanas (FMC) en la promoción de políticas públicas beneficiosas para las mujeres y los derechos sexuales y reproductivos de la población cubana en general.

Muchas de estas barreras fueron planteadas como interrogantes, y algunas fueron contestadas luego por la profesora Isabel Moya, que por su trabajo como directora de Mujeres ha tenido la oportunidad de recorrer la isla y conocer las experiencias de muchas personas que no temen al prejuicio de que se les llame “feministas”.

Explicó Moya que en Cuba si hay redes feministas fuera deLa Habana, tienen carácter nacional o local de diverso corte, surgidas alrededor de proyectos tan diversos como las 33 Cátedras dela Mujeren otras tantas universidades, las Casas de Orientación ala Mujeryla Familiaque mantienela FMCen todos los municipios del país, el personal que labora en los nuevos y exitosos Tribunales dela Familia.

Pero admitió que muchas de esas iniciativas no se conocen fuera de sus ámbitos geográficos o profesionales.

Hubo también cierto consenso sobre los peligros de proponer semejante proyecto al Registro Nacional de Asociaciones, pero Luisa Campusano, la directora del Departamento de Estudios dela Mujerde Casa de las Américas, tranquilizó a la asamblea respecto a la urgencia de resolver semejante trámite: resulta quela AcademiaCubanadela Lenguano ha recibido aún su inscripción, aunque fue fundada por el etnólogo Fernando Ortiz en la segunda década del siglo XX.

Una nueva intervención dela Dra.Alinapuso en carril la reunión, que amenazaba con transformarse en un catálogo de cuánto le falta por hacer al movimiento feminista cubano –y comparando con los discursos de principios del XX, pareciera que apenas se han ganado el voto y el aborto.

La provocación iba más o menos así: ¿Qué demandas o temas debería incluir una agenda feminista actual en Cuba, a la luz de los cambios que atraviesa el país por la actualización del modelo económico?

Esa fue una segunda tormenta de ideas, mucho más positiva, y en la cual se reflejaron de nuevo los sesgos profesionales de las mujeres presentes: las propuestas pocas veces eran formuladas como elementos de una agenda política, en cambio predominó el presentarlas como temas de investigación potenciales.

De todos modos, expongo aquí las líneas de agenda para esta hipotética asociación (¿grupo de presión, red de iniciativas, coordinadora de demandas al Estado?), en el orden aproximado en que aparecieron:

  1. Mujer y empleo
  2. Mujer, género y medios de comunicación
  3. Mujeres y familias
  4. Mujeres y políticas públicas
  5. Violencia de género
  6. Mujer y pobreza
  7. Feminidades y Masculinidades
  8. Relaciones raciales
  9. Ciclos de vida en las mujeres
  10. Géneros y educación –este es en realidad cuatro asuntos, porque se trata de primaria, secundaria, enseñanza técnico profesional y universidad
  11. Mujeres y música –como objetos y como sujetos
  12. Paridad en los espacios políticos
  13. Garantías de acceso a anticonceptivos, anticoncepción de emergencia y aborto libre para hombres y mujeres
  14. Mujeres y religiones, con énfasis en el control de las expresiones sexistas y homofóbicas desde los templos en nombre de la libertad de culto
  15. Cuidado como derecho
  16. Feminismo y redes
  17. Prácticas formativas en género
  18. Ciudadanía
  19. Migración y relaciones de género
  20. Movilidad social de las mujeres
  21. Mujeres y tecnología
  22. Antecedentes del movimiento feminista en Cuba y el mundo
  23. Lógicas de acción y organización feministas

Tras el debate, Isabel Moya se comprometió a procesar las propuestas y socializarlas. Incluso tras cerrar oficialmente el encuentro –Danae Diéguez se quedó en eso–, los corrillos analizaban los pros y los contras con intensidad. Predominaban el escepticismo y la expectativa, pero la mayoría de las personas reconoció a Zaida Capote por darle tal giro a la cita.

En 2013 se cumplirán veinte años de la fundación de Magín, y varias preguntas quedan en el aire:

¿Son las nuevas feministas cubanas capaces de autorganizarse, más allá de intereses sectoriales y concretos, para defender una agenda política?

¿Dará el Registro Nacional de Asociaciones una respuesta más rápida que la que merecióla AcademiaCubanadela Lengua?

¿Estarán dispuestas las autoridades cubanas a dialogar con un movimiento feminista coordinado?

¿Y si escuchan, cómo negociar sin caer en las mismas lógicas que se critican?

Una cosa es segura: solo el que camina llega a algún lado, y es hora de andar… juntas

3 thoughts on “¿Es hora de andar juntas?

  • Después de conocer la experiencia de Magín, hermosa y abortada, he leído varios textos de feministas cubanas, aunque no sobre el feminismo como movimiento contemporáneo -que junto con el ambientalista y el LGTB- debe encontrar un lugar en la sociedad e institucionalidad cubanas …no digo que no existan estas reflexiones, sólo que no las he podido encontrar…este post de Yasmín, por su amplitud de miras, por llamar las cosas por su nombre y su claridad expositiva merece ser difundido y debatido…felicidades a la autora y a HT por publicarlo

  • Felicidades Yasmín por este recuento tan detallado y teniendo tan poco espacio.
    Los temas como bien señalas están más orientados hacia líneas de investigación que líneas de acción práctica civil.
    Una nueva organización nacional con relaciones horizontales en todo el país podría ser un muy buen impulso al movimiento del feminismo en Cuba.Las inscripciones en el registro de Asociaciones están congeladas desde 1996, y si la Academia de la Lengua aún no ha sido inscrita y funciona, lo mismo puede hacer otra nueva organización nacional del feminismo.
    Un abrazo.

  • ¿Grupo de presión en Cuba?

    Pero Yasmín, en Cuba los únicos que presionan son Raúl Castro y su hermano. Y como se le ocurra presionar a alguien mas, rápidamente se convierte en un mercenario financiado por la CIA.

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