El primer ministro cubano llega a Moscú para visita de 11 días

con un séquito de ministros y el presidente del Banco Central

Manuel Marrero (centro) y altos funcionarios cubanos con sus anfitriones rusos el 7 de junio.

Lo que algunos analistas denominan la rusificación de Cuba avanza a toda velocidad con un costo imprevisto para la población de la isla.

Por 14ymedio

HAVANA TIMES – El primer ministro cubano, Manuel Marrero, llegó a Moscú en la madrugada de este martes “para ampliar y consolidar las relaciones bilaterales” entre Rusia y la Isla. La visita oficial se prolongará hasta el próximo día 17 de junio, como ha hecho notar la cuenta oficial de Twitter del Gobierno, que ha cambiado la imagen de fondo del perfil por una de la famosa catedral de San Basilio, ubicada en la Plaza Roja.

Marrero fue recibido por Julio Garmendía Peña, embajador de Cuba en Moscú, a su llegada desde Turquía, donde asistió a la toma de posesión de Recep Tayyip Erdogan, nuevamente elegido como presidente del país, y se reunió con empresarios turcos.

Al primer ministro le esperan once días de encuentros “en el contexto de ampliación y consolidación de los vínculos, en particular los económicos y comerciales”, pero no estará solo. La abultada comitiva cubana está compuesta por el viceprimer ministro y titular de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Ricardo Cabrisas, y los ministros de Salud Pública, Turismo, Energía y Minas y Transporte.

Además, también lo acompañan Gerardo Peñalver, viceministro primero de Relaciones Exteriores, y Joaquín Alonso Vázquez, ministro-presidente del Banco Central de Cuba.

Dentro de la agenda de Marrero está, en primer lugar, su participación en el Consejo Intergubernamental Euroasiático, que se celebrará entre los días 7 y 9 en Sochi, en las orillas del Mar Negro. Posteriormente está previsto un “programa” en la capital que aún no ha sido detallado y por último asistirá al Foro Económico Internacional de San Petersburgo.

La visita del primer ministro fue anunciada el pasado abril y se produce siete meses después de la que realizó Miguel Díaz-Canel en noviembre de 2022, también previo paso por Turquía, en una gira que incluyó previamente Argelia y finalizó en China para recabar ayuda de todos estos países, fundamentalmente para intentar solventar el problema energético que el verano pasado sumió a la Isla no solo en graves problemas económicos, sino en protestas sociales contra el Gobierno. La inclusión del ministro Vicente de la O Levy en la comitiva de Marrero invita a pensar que falta mucho por hablar de esta cuestión.

El primer ministro cubano, Manuel Marrero, y el vicepresidente ruso, Dmitry Chernyshenko,

Lo mismo cabe suponer de la presencia de Alonso Vázquez, después de que en mayo se concretase la solicitud de tres bancos rusos para operar en la Isla. Hace apenas unos meses que Cuba implementó el funcionamiento del sistema de pago Mir (versión rusa de Visa o Mastercard) y sus dirigentes han abordado en varias ocasiones la posibilidad de adoptar el pago en rublos para eludir sanciones internacionales, aunque la mayoría de los expertos consideran esta opción como muy improbable en el contexto regional de Cuba donde el dólar estadounidense es la moneda de referencia.

El ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, tiene su propia misión: rescatar el mercado ruso menguante. Las autoridades cubanas han insistido en una recuperación de los viajeros de ese país a pesar de que los datos indican que decrece y aunque ese descenso lo han atribuido a la falta de vuelos durante buena parte del año pasado –a partir de las sanciones por la invasión a Ucrania–, lo cierto es que los rusos empezaron a cambiar Cuba por República Dominicana mucho antes de que comenzara la contienda.

En cuanto a la presencia del ministro de Transporte, los lazos con Rusia vienen de lejos. En 2019, la Unión de Ferrocarriles de Cuba y la rusa RZD firmaron un acuerdo por valor de 2.314 millones de dólares para modernizar las infraestructuras ferroviarias de la Isla. Aunque un año más tarde altos funcionarios rusos explicaron que pocos de la sesentena de proyectos firmados se podían concretar con los cubanos por sus problemas económicos y su “mentalidad”, la cooperación no se ha detenido por completo y, entre otras cosas, la Isla ha recibido locomotoras y vagones de Moscú, además de remodelar talleres con ayuda china.

Por descontado se daba la presencia de Cabrisas, negociador de la deuda y cara visible de las inversiones rusas, que en estos momentos copan todos los sectores. Sin embargo, la más extraña de las presencias es la del ministro de Salud ya que, aunque existen convenios de cooperación entre ambos países en materia científica y sanitaria, la materialización es menos visible que en otras áreas. En junio del pasado año, Cabrisas se reunió con Mijaíl Murashko, ministro de Salud ruso, con el que abordó la posibilidad de un suministro mutuo de medicamentos y la colaboración en la medicina nuclear.

Los intercambios entre Rusia y Cuba han aumentado a paso de gigante en el último año cuando, a partir de la invasión de Ucrania, Moscú ha visto en las necesidades de la Isla una puerta de entrada a todo el continente latinoamericano, llamado a sustituir a una Europa que ha puesto fin a sus años de amistad con el Kremlin. El régimen de La Habana, igualmente, necesita la ayuda de Putin para sobrevivir y a cambio de ella está dispuesto a concesiones nunca antes vistas.

Hace apenas un mes, Boris Titov, consejero del Gobierno ruso, aseguró que la Isla ha ofrecido a los empresarios rusos el derecho al usufructo de tierras durante un período de 30 años, un privilegio sin precedente desde 1959. Esas condiciones afectan, explicó, “tanto al arrendamiento de tierras a largo plazo como a la importación libre de impuestos de maquinaria agrícola, la concesión del derecho a transferir ganancias en divisas, y mucho más”. El funcionario agregó que esperan la reducción de “barreras burocráticas”.

Titov lleva meses asesorando al Gobierno de la Isla para que transforme su economía y se abra más al sector privado, pero se ha expandido el temor entre muchos analistas que consideran que Cuba se encamina hacia un capitalismo de oligarquías al estilo ruso.

En los últimos meses también viajaron a la Isla el viceprimer ministro Dmitri Chernishenko, asesor económico del presidente Vladímir Putin, Maxim Oreshkin, el presidente de la Duma, Vyacheslav Volodin, y el canciller Serguéi Lavrov, además del secretario del Consejo de Seguridad, Nikolai Patrushev, y el director ejecutivo del gigante petrolero estatal Rosneft, Igor Sechin.

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