El posible emigrante

Yusimí Rodríguez

Estudiantes universitarios cubanos. Foto: Caridad

HAVANA TIMES, Jan. 21 — Jorge Luís Otero Bacallao nació en el año 1960, sólo un año antes de que se proclamara el carácter socialista de la Revolución cubana.  Fue uno de los mejores estudiantes de su pre-universitario y tenía garantizado estudiar una carrera en Cuba.

En esa época, los estudiantes también podían optar por carreras que se estudiaban en el campo socialista, y él optó por una de estas.  Se la ganó.  Estudiaría la carrera de Arquitectura en la entonces Checoslovaquia.  Pero no fue así. A Jorge Luís no le otorgaron la carrera que se había ganado.

Lo citaron a la Universidad de La Habana dónde un administrador le explicaría por qué.  “Esto es un proceso revolucionario,” dijo “es la dictadura del proletariado.”

El contestó diciéndole que precisamente él había nacido y se había criado dentro del socialismo, no conocía otro sistema social, que tenía derecho a la beca.  La periodista le dijo que nadie le estaba negando el derecho a estudiar, ese era un derecho que la revolución garantizaba a todos sus ciudadanos; lo que no podían hacer era enviarlo a estudiar fuera, en un país socialista, porque él era un posible emigrante.

Jorge Luís tenía pasaporte español desde los cuatro años, ese era el país de su padre; su hermano había sido enviado a España en el año 1969.

Jorge Luís matriculó en la carrera de Arquitectura de la Ciudad Universitaria José Antonio Echeverría (CUJAE). En el año 1980, cuando su hermano vino a visitar a su madre moribunda, en la universidad hicieron una reunión para expulsarlo de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), una organización a la que pertenecía desde 1976.

Aquello podía derivar en que lo expulsaran también de la universidad.  Tuvo la suerte de que sus compañeros del aula y del comité de base de la juventud lo apoyaran con el argumento de que él nunca había ocultado que su hermano vivía en el extranjero.  Así Jorge Luís finalmente se graduó de arquitecto.

A finales de los ochenta, Jorge Luís viajó a Nicaragua por su trabajo como cooperante después del desastre (Hurricane Juana Oct. 1988) que golpeó a Bluefields.  En el año 1999 visitó Miami, New York, Puerto Rico, Caracas y Madrid.  En estos viajes visitó familiares y amigos; también se hizo ciudadano español, acogiéndose a la ciudadanía de su padre.

Esta fue su oportunidad para conocer otro sistema social, pues como le había dicho a la administradora de la Universidad de La Habana, él había nacido dentro del sistema socialista y no conocía ningún otro sistema.

Donde vive ahora?

Y ahora muchos se preguntarán: ¿Dónde vive Jorge Luís actualmente?  Tal vez para muchos la respuesta sea obvia, después de las vicisitudes que acabo de narrar y que eran típicas de la época.

Se quedarán en Cuba? Foto: Caridad

Sin embargo, Jorge Luís vive en Cuba, y no es porque no haya tenido más oportunidades de salir del país.  De hecho, siendo ciudadano español puede viajar cuando lo desee, si tiene el dinero para hacerlo.

En el año 2001 estuvo en los Estados Unidos, precisamente cuando tenía lugar el desastre de las Torres Gemelas.  También viajó a Francia e Italia.  En el 2003 regresó a España.  Dos años después, a las ciudades de New York y Miami en los Estados Unidos.  En el 2007, estuvo una vez más en España y luego en Puerto Rico y Miami.  Al año siguiente viajó otra vez a España.  Allá vive la única hermana que le queda y los únicos sobrinos que tiene. El hermano mayor, que vivía en los Estados Unidos, murió en un accidente.

Los padres murieron en Cuba cuando él era todavía un adolescente y tuvo que criar a su hermanita y estudiar su carrera.  Ahora ella reside en Madrid con sus hijos. El viaja hasta allá casi todos los años, permanece seis o siete meses trabajando y luego regresa aquí.

¿Pero por qué un hombre que tiene su familia más cercana en España, que tiene la ciudadanía y puede incluso trabajar allí insiste en regresar a Cuba?

“Porque me encanta mi país y la forma en que viven los cubanos,” fue su respuesta cuando le hice la pregunta.

Jorge Luís disfruta la vida de su barrio en La Habana Vieja, la forma en que se ayudan los vecinos.  “Aquí nunca estás aislado,” me dice.  Le encanta la música en las casas de la gente; y si ponen a Haila o a la Charanga Habanera muy alto, él les responde con música española y castañuelas.

No le molesta salir y encontrar caca de perro en su puerta.  La limpia, por supuesto, pero no se molesta porque eso también es parte de la vida en su barrio.  Además se siente muy complacido con el trabajo que hace Eusebio Leal en la Habana Vieja para recuperar el Casco Histórico de la Ciudad, aunque siente que todavía queda mucho por hacer.

Ahora ya conoce el socialismo y el capitalismo, y puede comparar.  Considera que ninguno de los dos es perfecto, que lo ideal sería tomar lo mejor de cada uno.  También reconoce los logros de la Revolución Cubana en los campos de Salud y Educación.

A pesar de las carencias, piensa que este no es un país de hambruna.  No le gusta que la gente exagere las necesidades que hay en Cuba y ha tenido discusiones fuertes por eso.  Han llegado incluso a tildarlo de comunista.  Pero no es así.

Cuando llegó la edad de abandonar las filas de la UJC para pasar a las del Partido, Jorge Luís no quiso hacer el proceso para no tener limitaciones en un futuro que le impidieran visitar a su familia en el extranjero.  Después las cosas cambiaron y los militantes pueden viajar a otros países a ver a sus familiares, pero ya él no estaba interesado en pertenecer al Partido.

He estado pensando varios días en esa conversación que tuve con Jorge Luís.  Me habían contado historias parecidas sobre cosas que ocurrieron en los años setenta, cosas incluso peores que se hicieron en nombre del socialismo.

Pero no había conocido a nadie que hubiera tenido una de esas experiencias personalmente.  Sin embargo, lo que no he podido dejar de preguntarme es si la periodista que lo consideró un posible emigrante estará viva, si continuará en Cuba y qué pensaría si supiera que después de tantos años Jorge Luís Otero Bacallao sigue viviendo aquí.