El mundo de Gallo

Fotorreportaje de Elio Delgado

Hector Gallo.

HAVANA TIMES, 4 agosto — Jardín y galería de afectos es el nombre que le ha dado Héctor Gallo Portieles a su obra de arte: una exposición de instalaciones y esculturas al aire libre y una galería en las paredes de su apartamento del reparto Alamar, en las que convierte en obra de arte.

Escultura, poesía y filosofía- un conjunto de objetos desechados, que cualquier persona sin la sensibilidad de este hombre, vería como una cacharrería y una locura, pero que él lo considera su mundo.

Desde que se observa su propia imagen se identifica al artista. Su barba y melena largas y blancas, sus collares y pulsos, hechos de disímiles semillas; su bastón, también adornado artísticamente, dan la idea de un personaje célebre, y lo es.

Este hombre, de 86 años de edad, mantiene una vitalidad y claridad mental sorprendentes y una memoria envidiable. Recuerda y recita decenas de textos escritos por él en algún momento de su trayectoria artística.

Héctor Gallo escribió un libro que tituló Radiografía de Gallo, que fue publicado en España, donde ha recibido honores como el premio internacional Tierra y Libertad Pablo Naranjo Porras, en Aldeacentenera, Cáceres, Extremadura.

A pesar de ser un artista en toda la extensión de la palabra, Gallo es poco conocido en Cuba y no es miembro de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba).

La vida de Héctor Gallo, que no puedo contarla aquí por falta de espacio, es una historia apasionante. Fue barbero, diplomático en más de 20 países, periodista, y finalmente emergió el artista que llevaba dentro.

En uno de los numerosos pensamientos y refranes escritos por Gallo dice lo siguiente: “La vida ofrece la oportunidad, no siempre repetible, de poder decir uno quien es realmente, haciendo.” Y eso es lo que ha hecho Héctor Gallo en los últimos 20 años: mostrar que es un artista, haciendo arte.