El Gobierno cubano insiste en eliminar la libreta de racionamiento

Bodega de productos racionados en Cuba. Foto de archivo: Granma/Mailenys Oliva Ferrales

HAVANA TIMES – Luego de meses negándolo, por fin, a comienzos de este mes el Ministerio de Comercio Interior (Mincin) admitió que le resulta virtualmente imposible sostener la venta de los productos racionados.   

Esa cesta de compras –que la voz popular designa con el sobrenombre de «mandados»– incluye alimentos y artículos de aseo que cada mes deben recibir los cubanos a precios subsidiados. En otros tiempos su cumplimiento se consideraba de máxima prioridad para el Gobierno, pero luego de la pandemia las entregas comenzaron a disminuir y espaciarse.

Durante una visita reciente a la provincia de Villa Clara, la titular del Mincin, Betsy Díaz Velázquez, culpó a «las dificultades financieras, [que] nos han impedido cumplir con los ciclos de distribución de alimentos tan esenciales como el arroz, el cual no se entrega desde diciembre en casi la mitad del país». Sus declaraciones eran motivadas por el hecho de que precisamente Villa Clara es uno de los territorios en los que el cereal ha experimentado mayores retrasos en su entrega, y consecuentes subidas de precio.

«Somos conscientes de que la ausencia de un producto ‘de la libreta’ tiene como efecto inmediato su encarecimiento en los mercados de oferta y demanda. Estamos buscando variantes para saldar las deudas con los consumidores, pero es un proceso muy complejo», declaró la dirigente.

Hasta ahora el discurso oficial insistía en ignorar el problema o considerarlo un efecto de la política de sanciones de Estados Unidos contra la Isla. Apenas en septiembre del año pasado el propio Mincin había desmentido categórico los rumores sobre la eliminación de varios productos de la canasta normada. El tuit al respecto se centraba en cuestionar a quienes «se dejan llevar por rumores infundados», pero convenientemente no se refería a los incumplimientos en las entregas que habían originado la inquietud ciudadana.

«Por supuesto que el rumor tiene que ser falso, qué productos van a eliminar si cada mes dan menos. En todo caso sería eliminar la libreta», ironizó en ese momento una lectora de Cubadebate, el principal sitio web oficialista de La Habana. Su tono era el predominante entre las decenas de comentarios motivados por la declaración del organismo..

Más cubanos «vulnerables»

La crisis de los «mandados» se agudizó durante 2024, con reducciones o la completa eliminación de las cuotas de huevos, aceite, cárnicos y azúcar. Cerrando el año también se ordenó acortar en un 25% el gramaje diario del pan y se detuvo la distribución de arroz.

Los efectos no se hicieron esperar. En las seis primeras semanas de 2025 el precio del arroz subió un 30%, el del aceite un 20%, y el del pollo y otros cárnicos en torno al 15%. Esos incrementos de valor resultan más preocupantes si se tiene en cuenta que ocurren sobre la base de facturas que ya resultaban impagables para la mayoría de las familias.

Antes de la escalada actual, estimaciones de la prensa independiente y economistas emigrados coincidían en que para satisfacer las necesidades alimentarias mensuales de una persona se necesitaban tres salarios básicos o cinco pensiones básicas. Sin embargo, el Gobierno solo reconoce cifras muy inferiores: en julio de 2024 el presidente Miguel Díaz-Canel dijo que una familia promedio gastaba el 70% de sus ingresos en alimentos.

Los ancianos constituyen una cuarta parte de la población cubana y son el sector con mayor número de personas «vulnerables». En esa condición, empleada por las autoridades para evitar el término de pobres, pueden incluirse más del 70% de los jubilados, quienes cobran la pensión mínima y cada vez cuentan con menos programas de protección social.

Hasta hace poco uno de los más demandados era el Sistema de Atención a la Familia, una red de comedores destinados a los ancianos que viven solos y otros grupos en condición de vulnerabilidad. Pero a contravía con la agudización de la crisis, desde 2021 el Gobierno redujo sus plazas en un 22%, hasta los poco más 59 000 comensales que atendían al cierre de 2023, el último registro oficial publicado. Una funcionaria del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social consultada para está nota confirmó que, «aunque no se ha dicho oficialmente, la orientación es no aceptar nuevas solicitudes hasta nuevo aviso».

«Poner un plato de comida en la mesa siempre fue difícil, pero en los últimos tiempos se ha vuelto una odisea. ¡Ni se sabe la cantidad de personas que se están acostando sin comer! Y lo más ‘bonito’ es que no creo que le importe a esa gente [los altos funcionarios gubernamentales]. Al menos, eso es lo que dan a entender con cada nueva decisión que toman», lamentó Oscar Milián, residente en la central provincia de Ciego de Ávila.

Hace catorce años

En 2011, durante el proceso de consultas previo al sexto congreso del Partido Comunista, las autoridades intentaron por primera vez convencer a la población de que convenía eliminar la libreta de racionamiento.  

Fracasaron estrepitosamente. Al debatir un pliego que incluía cientos de «lineamientos de política económica y social», más de la mitad de las opiniones populares se concentraron en atacar aquella propuesta. El rechazo fue tan unánime que al entonces presidente Raúl Castro no le quedó más remedio que dar marcha atrás y limitarse a plantear un futuro proceso de «eliminación de gratuidades indebidas» que habría de emprenderse cuando la Isla se encontrara en mejores condiciones económicas.

Ahora, el Gobierno parece decidido a terminar con los «mandados». La estrategia pasa por no emitir un decreto oficial eliminándolos, sino suprimirlos paulatinamente. Como paso previo se eliminarán los subsidios, anticipó en diciembre el primer ministro, Manuel Marrero, en una rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional.

Lo que en su discurso fueron apenas un par de frases sin cuestionamiento de los parlamentarios, podría representar una tragedia para millones de cubanos. En cierta medida ya lo es, aunque en el Ministerio de Comercio Interior y las altas esferas del Gobierno se nieguen a reconocerlo.

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One thought on “El Gobierno cubano insiste en eliminar la libreta de racionamiento

  • Está clarísimo. No quitaron la libreta sino los productos q se distribuían a través de ella. La libreta de este año la dieron pero nada más, así mantienen viva la esperanza de la población de q algún día volverá. Antes era un concepto inviolable xq era la materialización de la equidad. Ya no existe es una caricatura de lo q fue. Réquiem.

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