El Gob. cubano ve avances macro mientras el país se hunde

La pobreza ha aumentado considerablemente en Cuba en los últimos años, con la inflación, la caída en la calidad de la asistencia y la pérdida de valor de la moneda, entre otras cosas. / 14ymedio

El Consejo de Ministros dice que ha implementado «acciones importantísimas», pero aún no han llegado a la población.

Por 14ymedio

HAVANA TIMES – Con un déficit fiscal superior al 15% del Producto Interno Bruto, una contracción del PIB del 1,9, una inflación interanual oficialmente superior al 30%, el peso devaluado frente al dólar y una deuda pública mayor a 20.000 millones de dólares, las autoridades cubanas afirman que hay “discretos avances en indicadores de la macroeconomía que todavía no llegan a la economía familiar”. A la sorprendente conclusión llegó el Consejo de Ministros este fin de semana, reunido para revisar la marcha del mes de septiembre. 

El optimismo que rebosa la nota publicada en la prensa oficial y titulada Un proceso que avanza, pero no a la velocidad requerida es inaudito en un país que vive sus días más tensos de las últimas décadas, en las que no han faltado crisis galopantes que palidecen con la actual, marcada por una escasez constante de combustible que no solo impide dormir y comer a las familias, sino producir a las industrias, moverse a los transportes y, en definitiva, tener la menor opción de remontar mínimamente las condiciones.

El ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, sin embargo valoró que el plan de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la situación no va mal. “Si bien las acciones desarrolladas son incipientes, consideró, ya vamos viendo cómo se van moviendo algunos indicadores de la economía”. Los únicos datos que avalan remotamente sus palabras fueron los del déficit presupuestario estatal y municipal, que son menores a los previstos, por motivos no tan felices como parece. 

“Si bien las acciones desarrolladas son incipientes, consideró, ya vamos viendo cómo se van moviendo algunos indicadores de la economía”

El ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, dijo que hay un déficit estatal de 32.125 millones de pesos, inferior al planificado en 23.249 millones de pesos. Pero las causas son, por un lado el “sobrecumplimiento de los ingresos” y, por otro, sin duda preocupante aunque inconcreto, “la inejecución de gastos”. Aunque no se especifica más en este sentido, el ahorro puede proceder bien de la disminución de la población, bien de la incapacidad de ejecutar obras o programas necesarios para la población.

En cuanto a la escala local, el déficit es de 2.315 millones de pesos, inferior a lo programado en 4.990 millones. Hay 54 municipios, entre los que se destacó La Habana y Matanzas, con superávit. Estos números permitirán hacer reajustes en el presupuesto, señalaron las autoridades sin más datos. Y hasta aquí las buenas noticias. 

El Gobierno hizo balance de los dos primeros meses del tope de precios para los privados en seis productos de primera necesidad. “Se han identificado tanto violaciones como buenas experiencias”, valoró. El número de inspecciones realizadas resulta llamativo, 222.300, de las que se obtuvieron 348 millones de pesos en más de 137.000 multas. De estas cifras se desprende que el promedio de la penalización ronda los 2.800 pesos, apenas 8,4 dólares en el mercado informal de divisas, una cantidad que muchos consideran ínfima en definitiva. 

Otro dato cuantificado fue el de la llamada bancarización, que aumentó un 4% con respecto a julio, aunque sigue a años luz de los deseos de las autoridades, asfixiadas por la falta de dinero circulante. Según la cúpula del Gobierno, hay “salidas discretas para comenzar a controlar mejor la inflación y también la tasa de cambio del peso cubano”. Esta última cuestión, anunciada numerosas veces a lo largo del año, sigue sin un plan a la vista que estabilice ni la moneda nacional ni el mercado de divisas. 

Dos datos que dejan claro el divorcio entre la sociedad cubana y las entidades financieras: hay más de 300.000 cuentas bancarias fiscales con saldo cero y unas 152.000 “formas de gestión no estatal” sin cuenta para operar.

La prensa oficial afirma que los ministros intercambiaron la situación actual de los principales rubros del país, desde la zafra al turismo, pasando por importaciones, exportaciones, producción agropecuaria y relaciones entre el Estado y los privados. No se especifica, sin embargo, cuál es el estado de cada uno de los sectores, aunque sí es de dominio público el del turismo: catastrófico, con casi medio año de caídas interanuales en los pasajeros internacionales. 

Se coló, además, otro comentario deprimente. “Es aún bajo el encadenamiento que tiene la economía nacional con las entidades enclavadas en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, afectando el resultado esperado”, admitió el Gobierno para sorpresa de nadie. Con diez años cumplidos en 2023, el proyecto inversor estrella de Raúl Castro nació para captar 2.500 millones de dólares anuales y lleva apenas 3.500 en una década. 

“Es aún bajo el encadenamiento que tiene la economía nacional con las entidades enclavadas en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, afectando el resultado esperado”

Manuel Marrero volvió a pronunciar, como la pasada semana en Gibara, la palabra “chapucería” para criticar a los funcionarios locales y provinciales y les pidió “irles arriba a los problemas subjetivos, cada cual en su ámbito, en las tareas que le corresponde y dirige, pero también a nivel de la comunidad, que es donde primero se resuelven los problemas”. 

El primer ministro admitió que la situación es mala por “la falta de combustible, de divisas, de energía eléctrica”, pero instó a resolver los problemas que llamó “subjetivos” sin que quede muy claro a qué se refiere. No obstante, dejó clara su consideración de que a nivel estatal –del que es responsable– las cosas no van tan mal.  “[El Gobierno] ha implementado una cantidad de acciones importantísimas, la población todavía no lo percibe, porque aún no tiene un impacto directo en ella”, insistió.

En la reunión se habló también de las asambleas de rendición de cuentas, que discurren estos días, en los que los problemas más frecuentemente expresados por la población fueron los altos precios de los productos de primera necesidad, el abasto de agua y tratamiento a los residuos, la construcción y mantenimiento de viviendas y edificios multifamiliares, mal estado de los viales y del transporte público y la telefonía, aunque la electricidad fue especialmente señalada, como cabía esperar. Este lunes, la Unión Eléctrica de Cuba vuelve a pronosticar un déficit superior a 1.100 MW, y ya los días se acumulan sobre la población, en especial fuera de La Habana, donde las horas sin luz ya son muchas más que con ella.

Mientras, el primer ministro, como si la burocracia no fuera problema suyo, pidió a los funcionarios que den respuestas a la población cuando eleva una protesta. “Son planteamientos que están ahí, y lo que falta es una respuesta, que a veces, lamentablemente, es que no se puede; pero eso también tenemos que explicarlo con sensibilidad”, zanjó.

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