El día a día en La Habana después de Irma

Por Irina Echarry

Foto: Elio Delgado Valdés

HAVANA TIMES – La inseguridad, cuando se apodera de las personas, engendra caos. En general, la paz del planeta está colgando de un hilito. En Cuba, la paz es sostenida por una hebra tan fina que pudiera romperse en cualquier momento.

Los cubanos siempre nos sentimos inseguros, primero porque, como humanos, somos mortales. Además, porque vivimos en un país pobre con una dirigencia que obstaculiza la iniciativa personal. Sabemos que mañana puede suceder algo que borre de pronto las esperanzas, los años de empeño y las costumbres cotidianas. Un desastre natural o una medida gubernamental pueden acabar con todo.

Después del huracán Irma, la Isla ha quedado con serios problemas, difíciles de resolver en largo tiempo. La decisión de EE.UU. de prohibir las visas para cubanos ha aumentado la desesperanza. El bichito de la incertidumbre ha calado profundo en los habaneros que ni siquiera fueron los más afectados por Irma; qué esperar de los habitantes de otras zonas del país.

Alicia camina por Centro Habana en el horario de merienda, se acerca a una vendedora de frituras de maíz. Pide tres y extiende un billete de 5 pesos. “Falta dinero, son a tres pesos cada una”. Alicia sonríe, “¿ya no son a peso? y ¿qué tienen las frituras?”.  Maíz, responde la señora molesta, el saco de maíz está a 200 pesos, ¿qué tú te crees?

Alicia no se cree nada, solo tiene hambre y sobrevive con un salario de 500 pesos al mes. “No puedo pagarlo, de verdad. A mí ni siquiera me gustan esas frituras, yo sé que la mezclan con chícharos, pero era lo más barato. No podré merendar”.

“Lo peor es que ya estábamos mal”, interviene un muchacho que tiene varias ristras de cebolla encima, “así que esto ha venido a empeorar. Ahora yo me pregunto, ¿qué harán los que se quedaron sin casa?  Meterse en un albergue es morirse ahí. Eso de pagar na más el 50% de los materiales de construcción está de madre, pero es que el Estado no le puede dar todo gratis a tanta gente, si fuera un grupito, pero son miles”.

El joven se refiere a las 158 mil 554 viviendas afectadas que dejó el huracán en toda Cuba, cifra que suma los derrumbes parciales, totales y las casas que tuvieron afectaciones más o menos graves en sus techos.

Foto: Juan Suárez

Ahora sí Alicia prefiere alejarse, antes le aclara: “¿gratis? No mi amor, ¿de dónde el Estado saca su dinero? Piensa un poquito…”.

Algunos creen que es una falta de respeto que se anuncie la prioridad de las restauraciones de los centros turísticos antes que las de viviendas particulares. Según Alberto, un tunero de paso por La Habana, “hace unos años no se decían esas cosas, el tipo”(se toca una supuesta barba) “te daba más tranquilidad; es verdad que el turismo es una fuente de ingresos al país, pero es un momento delicado. Hazlo, pero calladito… hay que entender que el Estado tiene que reparar las escuelas que fueron perjudicadas, los centros de Salud, las averías en las instalaciones agrícolas…una pila de cosas. Coño, pero ¿y la gente que se quedó sin nada? Y ahora ni siquiera tienen la esperanza de viajar a la yuma a recuperarse… esto está cada día peor”.

“Las mañanas y las tardes están más complicadas que antes, el transporte ha empeorado”. Así asegura un vecino de Alamar que debe llegar diariamente al Vedado antes de las 8am. “Mira, no dicen nada, pero han sacado pa la calle cientos de carros a recoger la basura, las ramas caídas, los escombros y los desechos que había en las esquinas antes de Irma. Eso a mí me parece muy bien, porque los basureros nos estaban tragando, pero me doy cuenta de que es un gran gasto de combustible. Si a eso le sumas los camiones que viajan a otras provincias llevando electricistas y gente para ayudar; más los carros de los boinas negras recorriendo la ciudad día y noche… ¿qué queda pá las guaguas en que nos movemos nosotros?”.

La mayoría anda preocupada por los precios, en el agro los productos tienen menos calidad y cuestan un poco más. Teresa Laborí tiene 89 años, vive en el Cerro y ha pasado la vida entera frente a la cocina de su casa. “Yo he vivido momentos difíciles, pero la verdad, creía que no iba a volver a ver un periodo especial, eso me tiene muy triste. En los 90 era más joven y tenía fuerzas para buscar e inventar. Ahora estoy cansada. No hay huevos, en las tiendas en divisa solo sacan perritos y a veces pollo, hay que hacer cola pa comprarlos. Los precios están subiendo o si no, hacen como con la piña, sigue costando 10- 12 pesos, pero es un abuso, están demasiado chiquitas, cuando quitas la cáscara te quedas sin nada. Eso uno no lo puede comprar. Dicen que van a cerrar los agros particulares, pues el Estado va a acopiar todas las viandas y repartirlas ¿qué tú sabes de eso”?

Todavía no han dado esa noticia, aunque pudiera suceder. Irma dejó también grandes daños en la agricultura. Según el informe publicado en el periódico Granma: en la agricultura, las principales afectaciones se concentraron en el área avícola, con 466 granjas dañadas; de ellas, 348 ya han quedado listas. Asimismo, unas 95 mil hectáreas de cultivos varios recibieron el azote del huracán Irma, de las cuales se han recuperado más de 35 mil, entre las que se destacan 20 mil hectáreas de plátano. También se desarrollan siembras emergentes de hortalizas y cultivos varios de ciclo corto, con el propósito de garantizar el suministro de estos productos a la población.

En esta situación, EE.UU. anuncia la suspensión de visas para cubanos. Así, los que tenían la esperanza de viajar para oxigenar su economía en el vecino país, ahora estarán condenados a buscar otras opciones. María de los Ángeles esperaba que llegara el turno de su entrevista, a principios de noviembre debe estar allá para un evento. “Era una oportunidad, además de viajar por primera vez pensaba traer una minilaptop para mi hijo, le hace falta para sus estudios y yo no puedo comprársela aquí”.

A falta de papel higiénico o el dinero para comprarlo. Foto: Alejandro Arce

Para Madelín, es una cuestión de mala suerte. “Nosotros no tenemos arreglo, nunca vamos a salir adelante. Entre la crisis de Venezuela y las locuras de Trump no podemos respirar. Lo que necesitamos es que alguien joven, con ideas frescas, llegue al poder en Cuba y eso es una quimera. El año que viene el pueblo votará por Díaz-Canel, que no da señales de cambio alguno. Así que seguiremos embarcados con las carencias, con los huracanes y con la apatía que tenemos. Es verdad que muchas personas viajan a EE.UU. para traer cosas que aquí no pueden tener, o para trabajar un tiempito y hacer un dinero. Pero si lo piensas bien, esas son soluciones personales. A lo mejor ahora que no pueden hacerlo, se dan cuenta de que la solución tiene que ser un cambio radical en Cuba”.

Es un escenario difícil, sin dudas. El huracán causó estragos en trece de las quince provincias del país. Lo gracioso es que la prensa nacional quiere dar una cara positiva a toda costa y eso contrasta con las vivencias de la gente. No se habla de destrucción sino de recuperación; solo se menciona la escasez si va acompañada de alguna solución aunque sea a largo plazo. Así, mientras en las tiendas no hay ciertos productos, en el noticiero las imágenes dicen otra cosa.

“Es mentira esas vistas de la gente tranquila comprando papel sanitario, si cuando sacan un buchito lo que se forma es candela”, dice Gustavo, un trabajador del ministerio de transporte, y agrega sonriendo: “yo creo que las guerras en un futuro inmediato no serán por agua o petróleo, sino por el papel higiénico…”

9 thoughts on “El día a día en La Habana después de Irma

  • Comenta Irina: “Un desastre natural o una medida gubernamental pueden acabar con todo.”
    Los cubanos de la isla harían bien en repensarse su sentido de la indefensión porque esta puede justificarse a consecuencia de un desastre natural pero NO a consecuencia de una medida gubernamental.
    (Trastorno de indefensión aprendida: Fue postulado por el padre de la psicología positiva, Martin Seligman. Es la condición psicológica en que el sujeto aprende a creer que esta indefenso, que no tiene ningún control sobre la situación en la que se encuentra y que cualquier cosa que haga es inútil para cambiarla. Como resultado, el individuo permanece pasivo frente a una situación desagradable o dañina, incluso cuando dispone de la posibilidad real de cambiar estas circunstancias.)

  • ja, si, tienes razón Parque Temático, gracias por el concepto. Lo quepasa es que aquí estoy describiendo la realidad no hablando sobre lo que debiera ser. Lo que debiéramos hacer es luchar por cambiar las cosas (algunos lo hacemos de diferentes maneras); pero la realidad es que hoy te acuestas pensando que mañana será otro día de trabajo en tu negocio por cuenta propia y mañana te levantas con cualquier regulación o algo que te lo impida. Eso es solo un ejemplo, claro.
    de todas formas coincido en que lo que debemos es cambiar y no obedecer esas medidas, pero desgraciadamente no es lo que sucede.

  • Irina, tu eres una persona muy inteligente yo Sufro de saber que vives en Cuba yo quisiera verte viviendo fuera de Cuba ese Pais no Es para ti.

  • Ese país hoy en día no ES para NADIE.

  • muy buen reportaje, nada q aportar más q hacerle saber q me gustó mucho leerlo, gracias.

    Saludos
    “y pienso q el gobierno es el culpable, cambiémoslo”

  • eduardo:

    Ni para ti tampoco, pues por algo fuiste echando.

  • Eduardo sufre pensando en Irina, ajajajajaj; dentro de un rato se llega a la cafetería de la esquina, allí se “dispara ” un sanwich con par de “lagartos” y se le pasa el sufrimiento.

  • Kamikaze, el que comentó no es el mismo Eduardo que vive en México. Saludos

  • Mira pa´ eso, yo pensé que era el “cuate” mejicano! ajajajaj. Válida su aclaración señor Circles, saludos para usted.

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