El consejero de Putin para Cuba pide más digitalización

Titov informó de que aún estaba “esperando respuesta” de la “dirección de la República de Cuba” sobre sus propuestas. (Cinemaplex.ru)

Por 14ymedio

HAVANA TIMES El empresario Boris Titov, presidente del Consejo Empresarial Rusia-Cuba e intérprete de la voluntad del Kremlin para los negocios con La Habana, recomendó este martes al Banco Central de Cuba (BCC) acelerar la «digitalización de las relaciones» entre las mipymes y el Estado. El asesor argumentó que, «según diversas estimaciones», entre el 50% y el 70% de los comercios privados de la Isla operan «en las sombras», haciendo trampas a las autoridades, de ahí que la creación de un servicio tributario «más manejable» sea indispensable.

Como es habitual, Titov partió de la experiencia rusa tras la caída de la Unión Soviética para ilustrar la necesidad de nuevas reglas en el juego económico cubano. «El camino que proponemos es la introducción gradual de relaciones de mercado. Permitir a las mipymes fijar libremente los precios en moneda nacional», resumió. Según el empresario, el resultado será un aumento temporal –y probablemente desmedido– de los precios, pero, a la larga, el mercado negro será herido de muerte gracias a la competencia «legal».

Titov invitó a los directivos del BCC y de las instituciones tributarias de la Isla, que se reunieron con él para una «mesa redonda», a entrar de lleno a una fase de «reforma de mercado», cuya piedra angular es el desarrollo de las mipymes. En ese proyecto –uno de los pasos fundamentales de su lista habitual de recomendaciones a La Habana– la Isla tendrá que contar con la asesoría de Rusia.

Es el «superservicio digital» ruso, que solo un aliado con el desarrollo tecnológico necesario puede proporcionar, la clave para la reforma, señaló Titov. La «ampliación de las actividades» de Moscú impedirá que el proceso beneficie excesivamente a las empresas privadas y operará atendiendo a una de las máximas preocupaciones del Gobierno: «mantener el control estatal sobre las áreas estratégicas», admitió.

Si se desarrolla y multiplica la iniciativa privada, a la larga el BCC podrá aumentar sus ganancias «mediante la ampliación de la base imponible (impuestos)». Pero, de momento, no se pueden subir los impuestos hasta que las mipymes no tengan la fuerza financiera para pagarlos.

El «superservicio» que ofrece Rusia consta de tres elementos: registros electrónicos, informes electrónicos y cajas registradoras en línea. Mediante el registro –»por donde todo debería comenzar»–, el Gobierno realizará un mapa de la «estructura real de la economía» y trazará planes para gestionarla mejor. No podrá haber mipymes fuera del sistema, porque el registro dará acceso a otros servicios indispensables, sin los cuales será imposible operar correctamente.

Para esto, insistió Titov, hace falta tecnología. De ahí que La Habana y Moscú estén valorando «crear un nuevo banco especial para atender a las mipymes (posiblemente junto con un socio ruso)». Los problemas para acceder a préstamos que tienen los propietarios de los negocios, los impuestos y otros obstáculos para su desarrollo serán resueltos si existe una entidad bancaria que los atienda de manera prioritaria, argumentó.

Sin embargo, advirtió, Cuba seguirá necesitando «una regulación macroeconómica diferente», que incluya reformas en «cuestiones cambiarias y nivel salarial establecido», sobre las cuales no quiso entrar en detalles.

De la reunión no salió ningún acuerdo. Titov informó de que aún estaba «esperando respuesta» de la «dirección de la República de Cuba» y que más adelante serían revelados más detalles del «superservicio digital» que Moscú planea implementar en la Isla.

Desde el pasado enero, el acercamiento entre Moscú y La Habana ha tenido altibajos. Aunque a inicios de año el proceso parecía ir a toda máquina –el propio Titov, además de altos cargos rusos, aparecía en la prensa oficial con más frecuencia–, la Isla se ha tomado con calma todo lo que suene a reforma profunda. Los acercamientos diplomáticos y militares han contado con más interés por parte de las autoridades cubanas, aunque la información de que varios mercenarios cubanos luchaban en el bando ruso durante la invasión a Ucrania volvió a ralentizar la conversación entre ambas partes.

No obstante, el pasado sábado la prensa oficial anunció que el «despliegue tecnológico» para el uso de las tarjetas rusas MIR en toda la Isla estaba listo. Las instalaciones turísticas de La Habana, Varadero y la Cayería Norte de Ciego de Ávila y Camagüey –no así la de Villa Clara– ya cuentan con esta posibilidad, informó el ministro de Turismo Juan Carlos García Granda.

«El sistema de pagos ruso favorecerá las transacciones de turistas o empresarios de Rusia en la Isla. Asimismo, puede convertirse en una alternativa para sortear las implicaciones de bloqueos y sanciones, y consolidará sus vínculos comerciales en sectores como la energía», celebraba el artículo en Cubadebate, que no tardó en llenarse de comentarios de lectores con una misma preocupación: «Los rusos nunca han sido fieles con Cuba. Ni con ellos mismos».

Lea más desde Cuba aquí en Havana Times.