EEUU fortalece su apoyo a sociedad civil cubana
Por Patricia Grogg
HAVANA TIMES, 15 ene (IPS) — Medios oficiales de Cuba se abstuvieron hasta este sábado de comentar las nuevas medidas de flexibilización para viajes y envío de remesas de dinero al país desde Estados Unidos, que según investigadores consultados favorecerán al naciente sector privado.
«Van a entrar recursos, pero por la vía de la propiedad privada, de la sociedad civil (…) Continúan el bloqueo y la prohibición de que ciudadanos estadounidenses ejerzan su derecho de visitar libremente nuestro país», comentó el investigador cubano Esteban Morales, quien no se sorprendió con el anuncio hecho el viernes por Washington.
Estas medidas se corresponden con la política que se trazó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, desde el principio, de promover el acercamiento con la sociedad cubana.
«Traen beneficio, pero también riesgos, porque se combinan con las presiones del bloqueo sobre el gobierno que continúa intacto», añadió el estudioso.
Desde Estados Unidos, el académico cubano residente en esa nación Arturo López- Levy comentó a IPS que las medidas contribuirán al intercambio entre las comunidades académicas a ambos lados del estrecho, «en la hora estratégica en que las reformas económicas en la Habana han tomado impulso».
La decisión de Washington de restituir las políticas sobre Cuba del gobierno de Bill Clinton (1993-2001), del Partido Demócrata al igual que Obama, derogadas en 2003 por el presidente de George W. Bush (2001-2009), del hoy opositor Partido Republicano, también facilitarán los contactos estudiantiles y religiosos, a la vez que amplían la autorización para el envío de dinero.
Medidas anteriores ampliaron las posibilidades de los ciudadanos cubano-estadounidenses de enviar remesas a sus familiares. Ahora, cualquier estadounidense podrá mandar hasta 2.000 dólares anuales a personas en Cuba, excepto a funcionarios del gobierno o militantes del gobernante Partido Comunista.
«Esta liberación puede ser un importante paliativo para cubanos tratando de abrir nuevos negocios en presencia de los despidos recientes y la apertura a la pequeña y mediana propiedad», afirmó Arturo López-Levy, profesor de la Universidad de Denver, quien resaltó además que la ampliación de los viajes «apunta a ser sustancial».
En su opinión, Washington potenciará de esa forma la reciente apertura económica cubana, con vuelos directos y más visitantes estadounidenses desde ciudades distintas a las autorizadas actualmente, especialmente si incluye a San Juan de Puerto Rico y alguna urbe del norte del sudoriental estado de Florida.
Según la disposiciones de Obama, todos los aeropuertos internacionales en Estados Unidos podrán ofrecer vuelos a Cuba, siempre que dispongan de servicios adecuados de aduanas e inmigración y que los aviones sean operados por proveedores autorizados.
Hasta el momento, La Habana recibe viajeros procedentes de Miami, Nueva York y Los Ángeles.
El comunicado de la Casa Blanca explicó que las medidas aumentarán el contacto entre los pueblos, apoyarán a la sociedad civil en Cuba, mejorarán el libre flujo de información para los cubanos, por ellos y entre ellos, y ayudarán a promover su independencia de las autoridades.
Morales recordó que, como parte de los cambios para enderezar la economía cubana puestos en práctica por el gobierno de Raúl Castro, se prevé terminar con el paternalismo estatal y que una parte importante de la población económicamente activa se inserte en el trabajo por cuenta propia.
«Ya se sabe que ningún proceso político como el que vive Cuba se desmorona desde afuera y, al parecer, Obama ha definido que su política debe apuntar a copar cada vez más sectores de la sociedad civil y enfrentarlos al gobierno, siempre que le sea posible», advirtió el estudioso.
A su vez, López-Levy consideró «un hecho» que mayores contactos con los académicos cubanos podrían abrir puertas importantes al debate nacional en la isla e influenciar en los mecanismos de toma de decisión del gobierno de Castro.
Este paso también crea mejores condiciones para la discusión del tema de la detención en Cuba de Alan Gross , subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), en un ambiente menos enrarecido que el promovido por la derecha cubano-americana interesada en convertirlo en una piedra insalvable para cualquier gesto constructivo, agregó.
En Washington, las reacciones fueron desde la crítica adversa al apoyo. «Yo aplaudo calurosamente la decisión del presidente Obama de permitir que más estadounidenses viajen a Cuba», dijo el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, John Kerry.
Mientras tanto, la presidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, la legisladora republicana Ileana Ros-Lehtinen, se quejó de que «estos cambios socavan la política exterior de Estados Unidos y sus objetivos de seguridad y traerán beneficios económicos al régimen cubano».
Para Sarah Stephens, del Center for Democracy in the Americas, «en momentos en que los cubanos están cambiando su sistema de forma importante, es una buena idea tener mayor compromiso, más estadounidenses viajando a Cuba, y más oportunidades para aprender unos de otros».
Las medidas sobre Cuba fueron dadas a conocer en Washington sólo 24 horas después de que Roberta Jacobson, subsecretaria Adjunta Principal del Departamento de Estado, visitó a Gross, detenido en Cuba desde diciembre de 2009 sin que hasta el momento se le hayan formulado cargos judiciales.
Las autoridades cubanas han acusado a ese estadounidense de espionaje y de proporcionar «sofisticados» medios de comunicación a opositores. Pero Washington sólo admite que viajó a esta isla como subcontratista para entregar celulares, ordenadores y equipo de comunicación a grupos judíos.
Jacobson encabezó la delegación de su país que el pasado miércoles sostuvo con autoridades cubanas conversaciones sobre la marcha de los acuerdos migratorios de 1994 y 1995. La alta funcionaria aprovechó la ocasión para reunirse con algunos opositores, lo cual fue considerado una «provocación» por la cancillería cubana.
El opositor y activista de los derechos Elizardo Sánchez, uno de los participantes en ese encuentro, aseguró a IPS que en ese intercambio no fueron mencionadas las nuevas medidas de la Casa Blanca. «Haría falta que ambos gobiernos se pongan de acuerdo también para mejorar y rebajar costos en comunicación postal y telefónica», dijo.