Dos horas al día de “apagón total” para empresas cubanas

Un establecimiento estatal en Sancti Spíritus que vende en pesos y pertenece a la Cadena de Tiendas Caribe. Photo 14ymedio

En las empresas estatales de Sancti Spíritus se impuso “cero consumo” entre las 11 de la mañana y la una de la tarde

By Mercedes García (14ymedio)

HAVANA TIMES – “Entre las 11 de la mañana y la una de la tarde tienen que desconectar la electricidad central, cero consumo entre esas horas”. Así es la información que están recibiendo las empresas estatales en la provincia de Sancti Spíritus. La medida, implementada desde hace pocos días, pretende reducir drásticamente el gasto energético en busca de un paliativo desesperado al déficit de combustible que sufre Cuba.

“Ahora la orientación, a diferencia de otros momentos en que nos pidieron apagar algunas luces y los aires acondicionados, es que quitemos el catao central para evitar cualquier consumo entre esas horas”, detalla a 14ymedio una empleada de una sucursal de la Corporación Cimex, gestionada por los militares cubanos y que se ocupa de parte del comercio minorista en la provincia.

“En nuestra oficina, a partir de las 11 de la mañana y hasta la una de la tarde debe estar cortada la electricidad central, lo que complica todo nuestro trabajo, que lleva el uso de computadoras, imprimir facturas y hacer otras otras tareas para las que resulta imprescindible utilizar equipos eléctricos”, lamenta la trabajadora.

En una cercana oficina del monopolio estatal de telecomunicaciones, Etecsa, se repite el panorama. “Cuando el año pasado nos dijeron que había que apagar las luces y los aires acondicionados en ese horario, la gente buscó sus soluciones”, advierte un joven empleado que prefiere el anonimato. “Para no tener que sufrir el calor, los trabajadores traíamos nuestros propios ventiladores”.

“Cerrábamos y no aceptábamos más clientes en ese tiempo, pero nosotros teníamos que seguir dentro de la oficina, que es infernal por el calor, sobre todo en el verano”

En lugar de ahorrar electricidad en las dos horas reglamentarias de apagón, en muchos de estos locales el consumo se mantuvo inalterable. “Pasamos de usar dos splits a tener conectados ocho o nueve ventiladores. Lo que se ahorraba por una lado se gastaba por el otro”, reconoce el hombre, que labora en el área de atención a la población.

“Cerrábamos y no aceptábamos más clientes en ese tiempo, pero nosotros teníamos que seguir dentro de la oficina, que es infernal por el calor, sobre todo en el verano”, asegura. “Parece que se dieron cuenta de que no se estaba ahorrando mucha electricidad y ahora el administrador será el encargado de quitar la corriente central. Nadie podrá ni conectar su ventilador ni cargar su móvil”.

La medida se une a otras que se han ido tomando en la provincia y en toda Cuba debido a la crisis de combustible que atraviesa la Isla. “Tenemos la flota de camiones de reparto de mercancía muy disminuida, hemos tenido que cambiar los horarios de abastecer las tiendas y ahora se suma que dos horas cada día no vamos a poder hacer nada”, resume el empleado la situación en la filial espirituana de Cimex.

Sancti Spíritus, un territorio que conecta el flujo de vehículos que llegan desde el occidente hacia el oriente de la Isla y viceversa, ha experimentado una notable disminución en el tránsito. “Ahora te pasas horas para llegar desde la ciudad de Sancti Spíritus a Trinidad porque los choferes no tienen petróleo”, lamenta Mirna, de 59 años, y con una familia dividida entre la capital provincial y el hermoso Valle de los Ingenios.

En lugar de ahorrar electricidad en las dos horas reglamentarias de apagón, en muchos de estos locales el consumo se mantuvo inalterable

“A veces me paso tantos días sin ver a mi hija, como si viviéramos en provincias diferentes. Si uno mira el mapa, su casa está ahí mismo. Lo que no hay son carros o camiones para llegar hasta ahí. Estamos incomunicados dentro de la propia provincia”, añade.

Mirna no parece muy preocupada por las repercusiones que tendrá en la vida de los espirituanos la nueva medida de ahorro energético en el sector estatal. “Total, para lo poco que sirven”, considera. “Aquí hace mucho tiempo que no se pueden hacer trámites ni gestiones en ese horario, así que es más de lo mismo”, concluye.

El próximo lunes, el esposo de Mirna, con un cargo administrativo en una oficina de Comunales de la ciudad, tendrá la tarea de “bajar el catao” eléctrico de su centro laboral. “No puede hacer otra cosa, es lo que le han orientado y es lo que tiene que hacer, pero ya me dijo que en ese tiempo no se va a quedar dentro del local, que es un horno. Dice que se va a ir a sentar al parque”.

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