Diez retos del nuevo presidente cubano

Raul Castro y su probable sucesor Miguel Diaz-Canel.

 

HAVANA TIMES – Raúl Castro comenzó su mandato con reformas que abrieron la economía cubana a pequeños sectores privados y con el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, pero durante los últimos años el ritmo de apertura aminoró y el deshielo con Washington se frenó, dejando al nuevo presidente muchas tareas pendientes.

A continuación destacamos, con aportes de dpa, unos de los temas principales que tendrá que gestionar el nuevo mandatario cubano, a ser designado esta semana.

INVERSIÓN EXTRANJERA

El Gobierno cubano reconoce que necesita atraer más de 2.500 millones de dólares de inversión extranjera para que la economía crezca. Para generar confianza entre los inversores, La Habana refinanció su histórica deuda con el Club de París y se comprometió a pagar los 2.600 millones de dólares pendientes. Sin embargo las trabas burocráticas han atrasado la aprobación y ejecución de posibles inversiones que han quedado muy por debajo de la meta.

LAS RELACIONES CON ESTADOS UNIDOS

Obama pronunció un discurso en el Gran Teatro de La Habana que fue duramente criticado por los líderes comunistas comenzando por Fidel Castro.

Uno de los grandes logros de la presidencia de Raúl Castro fue el histórico restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos después de décadas de enfrentamiento. La etapa de acercamiento que vivió con el entonces presidente Barack Obama a partir de diciembre de 2014, se vio frenado cuando después de la visita de Obama a Cuba en marzo de 2016 y su discurso al pueblo cubano, fue severamente criticado por Fidel Castro.   

De mal en peor han estado las relaciones desde entonces y especialmente al llegar el republicano Trump a la Casa Blanca en enero del 2017.

El nuevo presidente estadounidense ha recuperado el lenguaje de hostilidad hacia las autoridades cubanas y las relaciones se encuentran en un punto muerto con la suspensión de trámites consulares para la población cubana en la embajada de Estados Unidos en La Habana.  Aunque Trump ha hecho mas difícil el turismo estadounidense a Cuba, todavía sigue posible y se mantienen las relaciones diplomáticas.

UNIFICACIÓN MONETARIA

Los CUP y CUC.  Foto: dw.de

Desde la década de 1990, en la isla circulan dos monedas nacionales: el peso cubano CUP y el peso convertible CUC, que es equiparable al dólar estadounidense. El cambio es de 24 CUP por 1 CUC. El Estado paga los salarios en CUP y los cubanos abonan servicios básicos subsidiados como la luz y el agua y una mínima cuota de comida en esta moneda, mientras que el CUC es para comprar en las tiendas del estado y la moneda usada por el turismo. Dos monedas para dos economías y aunque varias veces se anunció su inminente unificación, la fecha final nunca llegó.

Una de las razones por la incapacidad hasta la fecha de unificar las monedas es un entramado de diferentes tipos de cambio que mantienen artificialmente solvente muchas empresas poca productivas del estado, que podrían quebrar si tuvieron que sobrevivir sin ventajas contables. En parte, sobreviven también por los muy bajos salarios pagados a sus trabajadores.

SOSTENIBILIDAD DE LOS SERVICIOS SOCIALES

Entrada al hospital Calixto Garcia

El gobierno cubano siempre se ha mostrado orgullosa de logros sociales como el acceso universal y gratuito a la educación, la salud o el deporte. “La salud es gratis, pero cuesta”, son algunas frases que se empiezan a ver en murales de centros médicos o estampadas en las recetas para concienciar a la población de la necesidad de hacer sostenible unos servicios que son gratuitos pero cuya financiación implica un gran esfuerzo para el Estado cubano.

ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL

Cuba tiene 11,2 millones de habitantes, de los que el 20 por ciento supera los 60 años de edad. En un país con una esperanza de vida que ronda los 80 años, muchos jóvenes emigran buscando mejores oportunidades económicas. El desequilibrio empieza a preocupar al Gobierno cubano, que estima que en el período 2020-2025 Cuba será el país más envejecido de América Latina y el Caribe.

SEPARACIÓN DE FUNCIONES ENTRE EL ESTADO Y EL PARTIDO COMUNISTA

Durante décadas, el Partido Comunista y el Gobierno han estado dirigidos por la misma persona, primero Fidel Castro y luego su hermano Raúl Castro, pero ahora por primera vez tendrán personas diferentes al frente. Aunque se nombrará otro presidente esta semana, el pronóstico es que Raúl Castro, 86, quedará como Primer Secretario del PCC, que es considerado por la Constitución cubana como “la fuerza dirigente superior de la sociedad”. El énfasis ha sido que aunque cambia el presidente el sistema y la mayoría de sus políticas quedarán inmovibles.

MANTENER EL CONSENSO SOCIAL EN TORNO A LA REVOLUCIÓN

Foto: Juan Suárez

Desde que asumió el poder, la gran preocupación de Raúl Castro ha sido la institucionalización de la Revolución, más allá de los liderazgos fuertes a los que estaban acostumbrados los cubanos. La legitimidad de políticos que no combatieron contra el dictador Fulgencio Batista necesitará de una mayor participación ciudadana. 

CRECIMIENTO ECONÓMICO

Hacer de Cuba un “país próspero y sostenible” fue el mayor objetivo de Raúl Castro, pero la economía no terminó de arrancar. La crisis política que vive su aliado venezolano provocó que Cuba cerrase sus cuentas en 2016 con una recesión del 0,9 por ciento del PIB, la primera vez en los últimos 20 años. En 2017 creció un tímido 1,6 por ciento gracias al tirón del turismo y la construcción de infraestructura hotelera.

EL PAPEL DEL SECTOR PRIVADO EN CUBA

Foto: Juan Suárez

La presidencia de Raúl Castro comenzó con una apertura de la economía al sector privado, pero centrándolo en servicios como la hostelería y los pequeños oficios, mientras que el Estado mantenía el monopolio en sectores estratégicos como la energía y las comunicaciones. El “boom” turístico significó un crecimiento del sector privado y el Gobierno frenó el año pasado la concesión de nuevas licencias generando incertidumbre sobre cuál será la ruta que elija el nuevo presidente.

RELACIÓN CON LA EMIGRACIÓN CUBANA

Sectores de la población que no estaban de acuerdo con el rumbo socialista que tomaba Fidel Castro protagonizaron varias oleadas migratorias. Muchas veces los emigrantes fueron calificadas por Fidel y los otros líderes comunistas como “gusanos, traidores y contrarevolucionarios”.

Hoy en día el Gobierno cubano necesita seguir captando el dinero de lo que unos dirigentes llaman “ex-cubanos”, estimado, en 3 mil millones de dólares por año, enviado como remesas familiares.  Una buena parte es gastada en las tiendas que maneja empresas del ejército cubano.

Los emigrantes no pueden invertir legalmente en la Isla o tener propiedades.

 

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