Díaz-Canel inaugura un «Aló Presidente» a la cubana
El tema central del espacio fue la situación energética del país y las protestas del 17 de marzo
HAVANA TIMES – “Empieza un movimiento grande, como el que se hizo en la Revolución energética”, anunció este jueves el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy en la primera edición del programa Desde la Presidencia, una suerte de Aló Presidente a la cubana, con Miguel Díaz-Canel como anfitrión y realizada desde el Palacio de la Revolución. El tema central de la inauguración del espacio fue, cómo no, la situación energética del país y las protestas del 17 de marzo.
Hubo, por tanto, dos ejes fundamentales. En lo que a la energía respecta, se ofrecieron algunos datos sobre el punto en que se encuentra el déficit y las posibles soluciones a corto y medio plazo; en el otro, las manifestaciones, en las que, según el presidente, hubo “personas que corearon consignas contrarrevolucionarias, algunas se acercaron a la comisión de hechos con determinado vandalismo, algún desacato, algún irrespeto a las autoridades sobre todo porque hay mucha presión mediática”.
Esos incidentes, dijo el mandatario, involucraron a unas 500 personas en El Cobre, unas “300 o 400” en Santiago de Cuba y “alrededor de 100 en el otro lugar” –Bayamo, según se deduce del repaso que hizo segundos atrás sobre las localizaciones– aunque circunscribió los hechos contrarrevolucionarios a unas 10 o 12 personas, cifra que coincide con el número de detenidos que pudo documentar la asociación Justicia 11J.
Díaz-Canel quiso relativizar el dato y subrayó que la capital oriental tiene más de un millón de habitantes, aunque tanto él como su ministro presente dijeron comprender “el descontento”, derivado de una acumulación de carencias de alimentos y largos apagones. “El tema energético es un tema transversal en nuestra economía”, concedió De La O Levy, por unas repercusiones que trascienden la propia falta de luz y que alcanzan al bombeo de agua y, por tanto, su abastecimiento, y a todas las industrias, de las alimentarias a las de medicamentos.
Los dirigentes, entrevistados por la periodista Arleen Rodríguez Derivet, resumieron como “persecución energética” el origen del problema, que impide acceder a un combustible que se debe importar. “El combustible cubano no nos alcanza para todos”, dijo el ministro, que situó en un millón de toneladas el crudo nacional que se producía en tiempos de la Unión Soviética frente a las 12 toneladas que se recibían de Moscú, para un consumo total de 13 (en realidad, La Habana revendía en el mercado internacional una parte del petróleo regalado por Moscú).
“Hoy estamos consumiendo ocho millones de toneladas de combustible y producimos tres. Hay que ir a buscar cinco millones de toneladas de combustible en el mercado internacional y la factura que cuestan es altísima” (no aludió al crudo que regalan Venezuela y México).
Para solucionarlo, lo más importante es la reconversión anunciada el pasado miércoles por el propio De la O, consistente en dos contratos con empresas chinas que instalarán unos seis parques solares por provincia, tres en una primera fase en mayo de 2025 y otros tres el mismo mes de 2028. En total, deberán aportar 2.000 megavatios (MW), de los cuales 1.000 estarían disponibles el próximo año y a eso consideró el ministro una nueva revolución energética.
También habló De la O de las compras y llegadas de combustibles, cuya información se suministra a cuentagotas por la “persecución energética”. “Cada vez que se hace algo público parte la persecución, eso es persecución, hay muchos ejemplos. Tú participaste –indicó señalando a la periodista–, como parte de una delegación, en negociaciones que se malograron porque se hicieron públicas. Ellos convocaron a la prensa y se malogró todo. Era un suministro estable”, lamentó. Los próximos días habrá, sostuvo, más “estabilidad, porque ha empezado a dar resultado todo un grupo de gestiones que se han hecho con países hermanos”.
Tanto el presidente como, especialmente, el ministro hablaron de la entrada de la termoeléctrica Antonio Guiteras de Matanzas, que tras un altibajo el pasado martes parece estar funcionando todo lo bien que sus 35 años le permiten, y trataron de argumentar la extensión de los cortes de luz, que mantienen a parte de la población –en mayor medida en el oriente– a oscuras. Pero no ayudó mucho a la comprensión el argumento empleado por De la O al comparar la Isla con peores situaciones.
“Muy pocos países del mundo tienen el nivel de electrificación que tiene Cuba, es decir: ¿por qué hay apagón? Porque tengo déficit de generación, pero hay apagón porque nunca naciste sin electricidad”, dijo, y abundó en que hay Estados con millones de personas sin tendido eléctrico y otros –a los que dijo expresamente no querer citar– donde la privatización hace inasequible la luz.
La larga exposición dejó entrever cierta esperanza en una mejoría de la situación energética, que a la población dejará dudas, después de aquel mayo de 2022 en que Díaz-Canel anunció el fin de los apagones para ese mismo mes y no supuso más que el principio del abismo. Sin embargo, en ese anunciado alivio se amparó el mandatario para arrancar su diatriba contra EE UU. La argumentación de las autoridades es que se promovió la protesta el 17 de marzo porque se sabía que el 18 sincronizaría la Guiteras y comenzaría una mejora. “Se acababa el tiempo de la chispita”, dijo.
Díaz-Canel fue claro cuando se le dio la oportunidad de responder a “por qué insiste en responsabilizar a Washington”. “¿Cuál es la mentira que está diciendo Cuba sobre eso? Mientras exista bloqueo, mientras haya bloqueo recrudecido y mientras exista la inclusión de Cuba en una lista de países que supuestamente apoyan el terrorismo nosotros tenemos todo el derecho soberano de culpar al Gobierno de Estados Unidos”, clamó.
El discurso fue prolijo, aunque poco novedoso. Se acusó al vecino de querer imponer un modelo capitalista y neoliberal, de estar irritado por no conseguir doblegar a “una Revolución que no se le subordina”, y de no aceptar “nuestra democracia, que es mucho mejor y más democrática que la de ellos”.
Díaz-Canel se mostró ofendido por las acusaciones que se hacen contra su Gobierno, entre las que mencionó la realizada por varios congresistas “que cometieron la infamia de usar una mentira, al decir que habíamos asesinado supuestamente a un contrarrevolucionario en Cuba”, en referencia a los rumores sobre la situación de José Daniel Ferrer, que está detenido desde julio de 2021 e incomunicado en los últimos meses.
Tampoco le gustó al líder cubano que haya hablado de represión en las protestas, que considera magnificadas. “¿Acaso ese domingo no hubo protestas en otros lugares del mundo?. No olvidemos cuando en un país latinoamericano estudiantes universitarios salieron a protestar a las calles y los reprimieron lanzándole perdigones de goma que dejaron ciegos a muchos”, dijo por las marchas de Chile en 2019. “No olvidemos cómo se reprimen manifestaciones en determinados países de Europa o no olvidemos la represión policial y la brutalidad policial ante manifestaciones en Estados Unidos”, continuó.
A partir de ahí, dijo, “empiezan a hablar de presos políticos, después de los presos políticos empiezan a decir que hay ingobernabilidad y que es un Estado fallido y después de eso empiezan a hablar de cambio de régimen, toda una falsedad. (…). ¿Por qué no se sientan con el Gobierno cubano en una mesa de negociaciones para hablar de todos los temas? ¿Por qué persisten en el bloqueo? ¿Por qué persisten en la infamia y en la mentira?”
El discurso fue extenso y mostró el camino de por dónde puede transitar este nuevo programa de algo más de una hora de duración. Los propios asistentes, que ensalzaron la labor de los funcionarios que dan la cara –como a su juicio hizo la secretaria del Partido Comunista de Santiago, Beatriz Johnson Urrutia, el pasado 17 de marzo– mencionaron la importancia de dar la batalla ideológica de la que, sin duda, forma parte el “espacio comunicativo”.
Esa labor de fortalecimiento ideológico habrá que realizarla, sobre todo, dijeron, cuando se den las condiciones para introducir la totalidad de medidas económicas anunciadas por Manuel Marrero en diciembre, entre las que se incluye –si es que por fin se cumple– el fin de la libreta universal. Previsiblemente, entonces las revueltas serán aún mayores. “Pero aquí estamos, defendiendo las convicciones de Fidel, las aspiraciones que tenía Fidel de cómo la Revolución debería llevar a nuestro pueblo una mejor situación, una situación de emancipación, de desarrollo, de igualdad y de justicia social”.