De Nashville a La Habana, paralelo entre dos estatuas

las más altas bajo techo del hemisferio occidental

El partenón de Nashville, Tennessee

Por Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES – El sol de enero en Tennessee alumbra pero no calienta, contrariedad que todavía sorprende al cronista, nacido bajo la línea tropical. En La Habana pronosticar día espléndido con temperaturas de 1 a 3 grados centígrados serían muecas para el atrevido meteorólogo, sin embargo, bastó abrigarse bien para conducir sin contratiempos hasta el Centennial Park en las afueras de Nashville, donde descuella en el paisaje un Partenón ateniense, muy cerca de los Apalaches.

En medio de la planicie que hacia el oeste sucede a la gran cordillera estadounidense, se ha replicado en su dimensión original una construcción símbolo de la armonía, el orden y la gobernabilidad democrática, tal y como debió lucir hace 2500 años, cuando los atenienses sembraron el ideal de la libertad como derecho humano a debatir y votar individualmente por las propuestas que se consideren mejores para la comunidad.

En la sala mayor del recinto aguarda el regalo mayor, la estatua de la diosa Atenea Partenos (La virgen), deidad de la sabiduría, las guerras justas y las artes manuales, patrona además de la orgullosa Atenas en tiempos de Fidias, el joven tocado por los dioses que esculpió la obra original, terminada en el 439 AC.

El nuevo Partenón fue construido inicialmente de madera, yeso y ladrillo, inaugurado en 1897, cuando Tennessee celebraba su centenario como estado de la Unión. La obra, remodelada en arenisca a la usanza del mediterráneo helénico, tal y como ahora se aprecia, se concluyó el último día de mayo de 1930.

En la mano extendida Nike, evocación de la victoria.

Entonces los tennesianos no podían admirar como ahora lo hacen la imponente figura femenina, blanca y dorada a la vez, clasificada de criselefantina, debido al empleo mayoritario del marfil y el oro.

Paradoja del pobre rico, en La Habana del dictador Gerardo Machado, un año antes, el 20 de mayo de 1929, se inauguraba el Capitolio Nacional, tan grande como el de Washington, y para no quedarse corto en la manía de los autócratas, le colocaron dentro la llamada Estatua de la República, inspirada y además en mucho, una imitación de la milenaria celebridad helénica.

La primera atenea americana está firmada por el italiano Ángelo Zanelli, en bronce, cuyas dimensiones comparadas incitan a la polémica: 11,5 metros de la cabeza a los pies de la mujer representada, llegando a 14,6 metros porque la figura (ver fotos), tiene un brazo alzado y le acompaña una larga lanza en posición vertical. Al agregar el pedestal, este conjunto cubano alcanza finalmente 17, 1 metros de altura. Los más diversos medios la anuncian, especialmente en Cuba, como la 3ra escultura bajo techo del mundo, solo superada por el Buda de oro del templo japonés Todaiji y la figura de Lincoln sentado, en su memorial de Washington.

Estatua de la República de Cuba

El lugar cimero del Buda japonés está fuera de toda duda en su templo, en cuanto a la estatua representativa del presidente que firmó el histórico Decreto de la Emancipación de los esclavos, si bien el conjunto escultórico se alza hasta los 18 metros, la parte humana solo mide 5,8 metros. Los especialistas aclaran que, de alzarse sobre sus pies, Lincoln mediría 8,5 metros.

Al afirmarse que una escultura es la mayor, dígase en altitud, bajo techo, surge una interrogante: ¿figura esculpida o conjunto con su pedestal y demás adornos?

La estatua habanera representa a una mujer, ataviada con atuendos griegos clásicos, tomados en forma y estilo de la Atenea Partenos milenaria, original desaparecido, pero de la cual hay varias copias, así como un relato descriptivo del historiador Pausanias, quien la admiró personalmente. No faltan otras reproducciones, inclusive en monedas antiguas.

Recopilando minuciosamente la información disponible, Alan LeQuire, un Nashvillian graduado en la local universidad de Vanderbilt, creó su obra maestra, réplica al mínimo detalle de la Diosa vigilante, con severo semblante, de los debates de la Eclesia, en el ágora junto al Partenón, donde los atenienses elevaron al rango de cultura el concepto de la ciudad estado, la polis, donde los ciudadanos ejercían por extensión del nombre, la política.

La nueva Atenea imita en su blancura el marfil hoy inalcanzable en las cantidades requeridas, no falta el oro, por supuesto, en finísima lámina que, según nos dicen, tiene el grosor de 1/3 del papel de seda. No obstante, se necesitaron casi 4 kg de oro 24 K para darle al conjunto su acabado, que hoy puede hasta molestar por tan excesivo brillo.

Por cierto, en tiempos de Fidias fueron empleados unos 1100 Kilos del dorado metal, parte del tesoro patrimonial del imperio creado por los atenienses en el mar Egeo.

Ahondando en lo polémico, diversos artículos publicados en los Estados Unidos, incluyendo otros a través de la Internet, sin que falte la Wikipedia, afirman que:

“La Athena Parthenos de Nashville mide 41 pies y 10 pulgadas (12,75 metros) de altura, lo que la convierte en la pieza de escultura interior más grande del mundo occidental como corresponde a esta gran diosa de la capital griega.” (Patricia Claus, periodista especializada)

Se trata de las medidas entre la cabeza y los pies, pues ningún otro atributo escultórico sobresale a la figura femenina en la pieza original y así la reprodujo el talentoso LeQuire, autor de varios conjuntos monumentales más, además de una galería homónima que puede visitarse en la capital de la música Country, de la que este afamado artista es cultor también.

Esta obra fue develada en su sitio el 20 de mayo de 1990, exactamente 61 años después de su predecesora tropical. La habanera, por su parte, originalmente de bronce, fue cubierta igualmente de oro finísimo en 2017, empleando el metal y la experiencia de los maestros rusos, adiestrados en las cúpulas doradas de sus iglesias ortodoxas.

Descartando al memorial Lincoln si de estatuas se trata, quedan las dos ateneas, la cubana y la tennesiana. ¿Cuál es la mayor de su clase, apelando a los datos referidos?

Estrictamente hablando del conjunto escultórico, la respuesta está en Cuba, si especificamos la figura humana de pies a cabeza, la primicia está en Nashville.

Después de ver a la diosa virgen en dos creaciones asentadas en el nuevo mundo, invoco sus poderes para llegar hasta su hogar primigenio, cuna del civismo que tanto necesitamos los cubanos de hoy.

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