Curiosidades de la construcción en la antigua Villa de Bejucal

Por Maya Quiroga

Estación de trenes de bejucal.
Estación de trenes de bejucal.  Foto: Luis Rondón

HAVANA TIMES — Lejos del habanero recinto amurallado, de los nuevos barrios extramuros y de sus arrabales, fue fundada, en 1714, la Villa de San Felipe y Santiago de Bejucal: primera ciudad de vasallos de La Habana y Cuba. Así lo asegura el arquitecto Horaldo René Gutiérrez Maidata, un acucioso investigador de los valores artísticos en la primitiva Villa.

Aquel señorío, ubicado actualmente en la provincia de Mayabeque, contaba con ordenanzas municipales (disposiciones legales) propias desde el siglo XIX. Gracias al desarrollo del ferrocarril, el asentamiento creció,  ordenadamente, hacia el sur. A partir de ese momento se construyeron casas de estilo neoclásico que sustituyeron a las edificaciones de la zona del centro.

¿Cooperativas en Bejucal?

Hoy cuando en Cuba se habla de las cooperativas no agropecuarias les propongo conocer una curiosidad histórica que trajo a colación Gutiérrez Maidata durante las XIII Jornadas Técnicas de Arquitectura Vernácula.

Después de la toma de La Habana por los ingleses (1762) la clase obrera vinculada al tabaco emigra hacia Tampa y Cayo Hueso, en Estados Unidos, donde contribuyó con sus fondos a la causa del Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí, el Héroe Nacional cubano.

Side view of Bejucal. Foto: Luis Rondón
Side view of Bejucal. Foto: Luis Rondón

Al finalizar la guerra de 1895, gran cantidad de tabaqueros regresaron a Bejucal, y trajeron consigo algunos elementos de la vida urbana y cultural de esas localidades estadounidenses. Anteriormente, en 1890, se había creado en el villorrio la Sección de albañiles, carpinteros y pintores. Entre 1901 y 1906, se mantuvo en activo la Sociedad de Fabricación Unión y Progreso. En 1902 vio la luz la sociedad El porvenir de los trabajadores.

Otra de esas pequeñas cooperativa, la Asociación de Fabricación de Casas, con la entrega de un peso mensual al tesorero por parte de los asociados, contribuyó a la construcción de sencillas pero funcionales viviendas sociales, que un siglo después de haber sido erigidas todavía se mantienen en pie.

Cuenta el arquitecto que en solo 56 semanas se edificaron 67 casas en el llamado barrio obrero, ubicado en la zona noroeste de Bejucal. Las viviendas se caracterizaban por su estructura de madera, piso de igual material (excepto en el portal y la cocina) y techo de tejas. Contaban esas modestas casas con un portal corrido al frente, cocina, sala comedor, dos dormitorios y una letrina sanitaria, ubicada al fondo.

Posterior en el tiempo (1922) es la sociedad La crecherie, que contaba con el apoyo del Ayuntamiento y se encargó de la construcción de casas de madera machimbrada con techos parhilera y mayor hermeticidad. De 1927 data la conocida como Trabajo Sociedad Cooperativa de Fabricación.

Como elemento distintivo, señala Gutiérrez Maidata, que entre los principios y los valores promovidos por esas antiguas cooperativas se encontraba la urbanidad entre los vecinos, la participación de todos sus miembros, en igualdad de condiciones, así como el respeto hacia el ordenamiento jurídico del territorio tanto urbano como rural.

En el parque de Bejucal. Foto: Luis Rondón
En el parque de Bejucal. Foto: Luis Rondón

“Muchas de aquellas casas han sido transformadas luego del tornado que en 1940 azotó a Bejucal. Hoy no se pueden salvar y es una pena cuando existe en Cuba un problema con la vivienda social que se pudiera catalogar de crítico”, advierte el arquitecto quien se encuentra preocupado por lo que él ha dado en llamar “la ruta del dinero: la ruta de kitsch”.

Con esa expresión se refiere a los llamados nuevos ricos, quienes con dinero en la mano y sin una asesoría adecuada, remodelan las casas con total desconocimiento de la historia, los estilos arquitectónicos y los materiales más adecuados para cada construcción.

Sirvan estos modelos de cooperativas antes mencionados para despertar la curiosidad y el interés por un mayor estudio y sistematización de los mismos. Quién sabe si algún día pudieran retomarse en Bejucal algunas cooperativas no agropecuarias, rentables y eficientes, destinadas a la construcción de viviendas sociales.

3 thoughts on “Curiosidades de la construcción en la antigua Villa de Bejucal

  • Maya, un texto de lujo nos has traído hoy.
    Interesante como las comunidades ya se iban estableciendo y formando sus propias ciudades, el cubano siempre ha sido un pueblo trabajador y de progresar. Vemos cómo con el propio esfuerzo de los obreros ya habían creado , según su rama, asociaciones y cooperativas. Se ve que había orden, y leyes que enaltecían los principios y valores civilizados. Qué daño social tan grande ha traído éste sistema a Cuba. En ese tiempo se fabricaban 67 casas en 56 semanas, qué pena que éste presente gobierno ni siquiera se ocupe en mantener las leyes arquitectónicas, y resguardar lo que queda de Bejucal.
    Gracias por tan bonito post.

  • Esto esta sucediendo en todo el pais. Al promover la construccion y reparacion individual y no tener o no hacer cumplir los reglamentos urbanisticos el kitch esta floreciendo como verdolaga. Donde antes existian jardines ahora hay ampliaciones que llegan hasta las aceras, muros que compiten con la Gran Muralla China, techos de fibrocemento junto a placas de concreto, rejas de cabillas de hierro donde antes existian amplios portales, adiciones si repellar ampliaciones tan estrechas que casi no cabe una cama camera y todo sin ampliar el suministro de agua o el sistema de aguas albañales . Hay barrios que ya hoy no se sabe si estan ubicados en Cuba o en Haiti o en las favelas de Rio. Los edificios de micro no se escapan de este relajo.La gente ha extendido ampliaciones hacia areas colectivas desfigurando aun mas la horrible arquitectura cajonera de barrios como Alamar.

  • San Felipe y Santiago del Bejucal fue, desde su fundación, una ciudad. Nunca fue villa.

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