Cubanos ofrecen ayuda a víctimas en Guantánamo

Foto: Perfil de Facebook de Daniel Ross

Por Yenys Laura Prieto (El Toque)

HAVANA TIMES – Alrededor de Yainet solo hay ropa enfangada, pomos sucios y restos de madera. Dos colchones individuales colocados en la tierra, aún mojados. Lleva a su hija mayor de la mano y sostiene a un bebé con el otro brazo. Están descalzos. Sobrevivieron al huracán Oscar, pero la estructura de lo que conocían como su hogar se rompió en la madrugada del 21 de octubre de 2024. 

Las paredes de tabla tienen agujeros y el suelo es un surco por el que apenas se puede caminar. De los horcones del techo cuelgan algunos trapos húmedos. Afuera, al sol, está lo poco que pudo conservar después de la inundación. Dos viejos asientos de madera y algunos calderos cubiertos por el lodo. Yainet Londres vive en el municipio San Antonio del Sur, en Guantánamo, donde 2 282 casas sufrieron daños por el evento meteorológico, 1 183 viviendas perdieron el techo y se registraron 51 derrumbes totales.

Ella es, además, uno de los 168 540 guantanameros que residen en comunidades vulnerables e integra una de las 53 000 familias en situación de “desventaja social” en la provincia, según reportes estatales. Sin embargo, siete días después del embate de Oscar, no había recibido ayuda. Las fotos de Yainet y sus hijos son del 28 de octubre de 2024. 

“En estas condiciones quedó la casa de mi prima en San Antonio, una madre de 2 niños pequeños como pueden ver, todavía no han sido beneficiados porque viven lejos del pueblo, es decir del Mincin para arriba. Hoy ella logró acercarse a una iglesia y le dieron comida ya cocinada, pero se le dificulta llegar al pueblo por las condiciones del camino”, escribió un familiar en Facebook solicitando atención urgente para la madre guantanamera. 

No es la única. En los últimos días numerosos pedidos de ayuda en las redes sociales muestran la realidad de madres y niños, ancianos y personas vulnerables que perdieron todas sus pertenencias. 

Cubanos de distintas provincias y residentes en el exterior, se han organizado de forma autónoma para enviar alimentos, ropas y medicamentos a las comunidades afectadas, aun cuando la crisis económica limita los recursos. Ante la inoperancia del Estado cubano, la idea de que “el pueblo salva al pueblo” está más vigente que nunca. 

Sin embargo, la poca experiencia en situaciones de este tipo y la falta de información sobre las comunidades afectadas complejiza la labor humanitaria de los activistas independientes. Varios usuarios que viven en las zonas más intrincadas han referido que las ayudas no llegan a todos los sitios

“He visto en las redes que muchas personas han venido a dar donativos, pero parece que no les informan que en el Callejón de Buena Vista, 18 viviendas fueron tapadas por el río (…) solo quiero recordar que por aquí nadie ha pasado”, escribió Zaday Martínez, residente en San Antonio del Sur. 

Desde Macambo, una pequeña comunidad donde al menos 5 viviendas fueron arrasadas, varias familias requieren ayuda urgente, denunció la activista conocida en redes como Canela Tudela, administradora de la página “Ministerio de Ayuda Dios es Amor”. En medio de los destrozos, Canela presenta el testimonio de una mujer con dos niños de 3 y 6 años. “De mi casa ni rastro quedó”, cuenta en video la madre, que ahora está albergada en una vivienda particular con otras 22 personas.  

El huracán mostró, otra vez, la capacidad espontánea de movilización de los cubanos ante una emergencia y las limitaciones (burocráticas y de control autoritario) que el Gobierno impone a cualquier tipo de articulación al margen del Estado. 

Nuevos héroes contra la burocracia en Cuba

El 30 de octubre de 2024, el grupo de solidaridad “Aquí con el Héroe” alertó en sus redes sociales que, a pocos días de que tres de sus miembros viajaran a Guantánamo, se les prohibió transportar las donaciones. “Socorro, no nos quieren dejar subir los equipajes al tren, solamente faltan cuatro días para salir y no tenemos respuesta”, publicó uno de los fundadores del proyecto.

“Recuerden que es una donación hecha por el pueblo para ayudar a nuestra hermana provincia de Guantánamo. Me pregunto por qué tantas trabas. Nuestro grupo es solo de ayuda y solidaridad. Creo que la solidaridad se necesita mucho en estos tiempos”, dijo en Facebook otra de las organizadoras de la iniciativa. 

Después de varias horas de espera y varios choques con la burocracia local de Sancti Spíritus, los administradores de “Aquí con el Héroe” informaron que finalmente obtendrían el permiso para trasladar las donaciones de los espirituanos. 

Donaciones de Aliento de Vida. Fuente: Yankiel Fernández en Facebook

También en la capital muchos se han solidarizado con la precaria situación de los pobladores de Imías y San Antonio del Sur. El 30 de octubre, el proyecto “Aliento de Vida”, de La Habana, confirmó la llegada de un primer envío de ayuda humanitaria a Guantánamo. En seis maletas incluyeron ropa, zapatos, sábanas, toallas, alimentos y productos de aseo personal. Cada maleta superó las 90 libras, sumando en total más de 540 libras de donaciones.

Yankiel Fernández, fundador del Grupo, utilizó su perfil de Facebook para informar y convocar a la comunidad que usualmente realiza donaciones para ancianos vulnerables y niños con parálisis cerebral. La iniciativa espera poder reunir más donaciones para brindar apoyo constante a los afectados.

Según la activista independiente Yamilka Laffita, conocida como Lara Crofs, en Guantánamo hay “coordinadores con comida comprada listos para hacer módulos de entrega, por supuesto que de forma totalmente gratuita. Hago esta salvedad por primera vez, porque siento la necesidad después de los reportes que han llegado sobre ventas de donaciones”, advirtió en una publicación. Días antes, Yamilka informó que se habían habilitado tres puntos de recogida de donaciones en La Habana que se mantendrían activos hasta el 28 de octubre.

Yenier Toledano Torres, fundador del proyecto Con Amor Todos Juntos, para la atención a personas en situación de calle y de bajos recursos, aseguró que gracias a la coordinación de varios grupos de ayuda, han podido ofrecer alimentos y artículos básicos a más de 200 niños, ancianos, enfermos y personas que lo perdieron todo. 

Otra respuesta cubana más allá del Gobierno

“Eglis es una señora de Imías que se aferra a no dejar lo que le queda de su casa (…) Metida en el fango la encontré tratando de abrir una gaveta sin fondo, buscando lo que ya estaba en el fango inservible”, relata Daniel Ross, un joven realizador audiovisual de Guantánamo que ha gestionado ayuda humanitaria, de modo independiente, en las zonas devastadas. 

Eglis aferrada a la gaveta. Fuente: Perfil de Facebook de Daniel Ross.

A pocas horas de que comenzaran a llegar imágenes de las secuelas del huracán, Daniel utilizó su perfil en Facebook para mostrar la difícil realidad que enfrentan los habitantes afectados por el huracán y para movilizar a los cubanos, dentro y fuera del país, en la donación de insumos básicos.

Acompañado por colaboradores locales (otros jóvenes artistas y vecinos del lugar), llevó alimentos, medicamentos y otros productos esenciales a las familias damnificadas, especialmente a los ancianos que quedaron aislados y sin apoyo institucional. “Gracias a los amigos que hoy enfrentaron conmigo todas las entregas y desafíos (…) algunos del discurso de la falsa modestia exponen que la caridad es en privado, pero si no subo esto, cómo habría recaudado todo”, escribió en su perfil. 

En sus publicaciones, Daniel Ross muestra las precarias condiciones de los lugares afectados: casas destruidas, ancianos sin agua potable o alimentos; y habitantes que, días después del desastre, aún esperan por la ayuda.

Casi a diario, desde el suceso, el joven guantanamero comparte testimonios de personas que sobrevivieron al huracán con mínimos recursos. Uno de ellos, una anciana que no había recibido ayuda hasta la llegada de Daniel, relató cómo se las ingenió para preservar algunos víveres y protegerse junto a su mascota. Otro vecino describió su tragedia al perder a más de 150 animales y casi toda su finca. 

En uno de los videos, el joven artista relata los avatares que enfrentó la guantanamera Maisi Ordúñez después del ciclón:

—Todavía no te puedo creer que aquí no haya venido nadie. 

—Nadie ha venido.

—¿No te han dado nada tampoco? 

—¿Con qué tú sobreviviste tantos días?

Al no contar con los recursos del Estado, el equipo de Daniel, al igual que los demás proyectos de ayuda humanitaria, se apoya en el trabajo en red. Cada entrega de suministros es acompañada por un breve mensaje de esperanza. Las acciones solidarias son documentadas y sirven para visibilizar las carencias de un sistema que dejó atrás a los pobladores de Imías y San Antonio del Sur.

“Entramos a lo profundo, a donde nadie ha ido”, contó Daniel en una actualización del 29 de octubre de 2024. En las fotos compartidas en Facebook se le ve cruzando un río, junto a varios jóvenes, con cajas en las manos para asistir a las familias que quedaron incomunicadas. 

Con la colaboración de cubanos de varias provincias y residentes en el exterior, los grupos independientes han distribuido ropa, medicamentos y alimentos que alivian el día a día de estas comunidades. También la Iglesia Metodista de Guantánamo y otras congregaciones religiosas acogieron a decenas de personas que perdieron sus viviendas en San Antonio del Sur. 

Lo que comenzó como una respuesta inmediata ante la devastación provocada por el desastre natural se ha convertido en una labor continua de ayuda social y de resistencia ante las dificultades. Sobre todo, demuestra que el trabajo en red y la visibilidad en plataformas digitales pueden ser efectivas cuando la institucionalidad falla, o es insuficiente, en momentos críticos.

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