Cubano Cuba canjeó un preso por tres

HAVANA TIMES — Mientras unos están a favor y otras en contra de un posible canje del preso estadounidense Alan Gross detenido en Cuba desde 2009 y tres cubanos encarcelados desde 1998 en EE.UU, presentamos una historia de un canje que si sucedió en el tiempo de la Guerra Fria.

El penúltimo canje de la Guerra Fría

Por Alcibiades Hidalgo* (Café Fuerte)

El sargento Papenfus (al centro), flanqueado por dos militares cubanos antes de ser canjeado por tres prisioneros en manos de Sudáfrica.
El sargento Papenfus (al centro), flanqueado por dos militares cubanos antes de ser canjeado por tres prisioneros en manos de Sudáfrica.

De la misma cárcel del Hospital Militar Carlos J. Finlay en La Habana donde el estadounidense Alan Gross cumple esta semana cinco años de prisión, salió en marzo del 1989 el sargento surafricano Johan Papenfus para ser canjeado por tres cubanos capturados en la guerra de Angola.

Papenfus cayó prisionero de las tropas cubanas el 4 de mayo de 1988 en Donguena, un sitio perdido de la geografía angolana, cercano a la frontera con Namibia, cuando su transporte de tropas Casspir, parte de una columna de 12 vehículos blindados, fue inmovilizado por un proyectil antitanque. En el choque, donde los surafricanos perdieron cuatro vehículos, murieron cinco soldados cubanos y siete surafricanos, según distintos testimonios. Un día antes, en Londres, representantes de África del Sur, Angola y Cuba habían dado inicio bajo la mediación de Estados Unidos a las negociaciones que pondrían fin a la presencia militar cubana en África y al dominio de Pretoria sobre Namibia. Yo fui el portavoz de Cuba durante ese proceso diplomático y tras llegar a un acuerdo, supervisé en Namibia, junto a la ONU, la retirada surafricana.

Orden de Fidel Castro

Herido por la metralla que le desgarró una nalga, el prisionero Papenfus fue trasladado con urgencia a Cuba para recibir atención médica. Nunca había ocurrido algo así en la larga guerra de Angola. La oportuna captura en combate de un soldado blanco surafricano y las circunstancias de su herida ofrecían a Cuba otra carta negociadora.

–“Tráiganlo de inmediato. No podemos confiarlo a los angolanos…”, urgió Fidel Castro cuando examinaba pocos días después los pormenores de la próxima ronda de conversaciones, que se celebraría de inmediato en El Cairo.

Bernardo Heredia “Shogun”, el soldado que acertó su disparo de RPG7 contra el legendario Casspir, el vehículo antiminas diseñado por África del Sur para dominar las praderas, fue condecorado como un héroe de guerra y Johan Papenfus llegó procedente de Luanda, como una rara mezcla de VIP y POW, a la terminal militar del Wajay, unas instalaciones alejadas de la vista pública a unos tres kilómetros de la terminal aérea principal del aeropuerto de Boyeros.

Menos de un año después, tras frenéticas rondas negociadoras en tres continentes y a punto de concluir la guerra, el joven sargento surafricano en esa misma pista subió por sus pies y celosamente custodiado a bordo de un IL62 de fabricación soviética. Iba de regreso a África, de la mano de los negociadores cubanos, para ser canjeado por otros prisioneros de guerra.

En desolado paraje

El intercambio fue concertado en la frontera entre Angola y Namibia, cerca del poblado de Ruacaná. De su lado, los surafricanos erigieron una larga tribuna que ocuparon docenas de funcionarios coloniales y oficiales de alto rango y sus esposas, vestidos todos con sus mejores galas, como para una misa dominical en el polvoriento y desolado paraje.

Tras breves declaraciones de ambas partes bajo un sol calcinante se levantó finalmente la endeble barrera fronteriza y bajo ella cruzaron los prisioneros. Tres soldados cubanos entregados por la UNITA a África del Sur y catorce militares angolanos, entre ellos un piloto, caminaron hacia el territorio de Angola, mientras Johan Papenfus iba al encuentro de los suyos. El cruce de la larga fila de 17 hombres, casi todos negros, frente a un solo soldado surafricano motivó aplausos en la tribuna.

Rodolfo Estévez Lantigua, Raúl Estela Martell y Luis Milla González, los únicos cubanos reconocidos como prisioneros de guerra en poder del enemigo, habían sido capturados por la UNITA en distintas circunstancias. Lantigua, un mulato alto de mirada extraviada que había olvidado el español, permaneció seis años en poder de Jonas Savimbi quien ordenó quebrarle los dedos de ambas manos como castigo por protestar contra los maltratos de su cautiverio.

Raúl Castro, con probada experiencia en la toma de rehenes desde su primer secuestro de estadounidenses en una carretera de Guantánamo en junio de 1958, debe haber valorado las similitudes entre los casos de Papenfus y Gross. En definitiva, su actual ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el general Leopoldo Cintras Frías, era el jefe de la Agrupación de Tropas del Sur, el área donde ocurrió el impecable intercambio. Más aún, los generales Abelardo Colomé y Carlos Fernández Gondín, hoy al frente del Ministerio del Interior que escogió a Gross como víctima propiciatoria, desde sus jefaturas en la Contrainteligencia Militar de la época movieron los hilos que llevaron a Papenfus a Cuba para ser curado y de vuelta a Angola para ser canjeado.

Entre Papenfus y Alan Gross

Es difícil encontrar otros paralelos entre los casos de Johan Papenfus y Alan Gross. El surafricano, un militar profesional capturado herido en un campo de batalla, era a todas luces un prisionero de guerra y fue tratado como tal. Gross, arrestado en 2009 cuando regresaba a Estados Unidos después de su quinto viaje a la isla, sin haber sido nunca interrogado por la celosa aduana cubana, clasifica mejor como un rehén del pulso político entre Washington y La Habana.

Los “actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado” por los que fue condenado a quince años de prisión en marzo de 2011 consistieron en la entrega de equipos para crear redes de internet fuera del control gubernamental a comunidades hebreas de La Habana, Santiago de Cuba y Camagüey. Los fiscales ni siquiera intentaron demostrar al tribunal cómo las reducidas instituciones judías, que han vivido en un virtual estado de sitio desde la ruptura de relaciones con Israel ordenada por Fidel Castro en 1973, hubieran podido amenazar de alguna manera la estabilidad nacional navegando por la web.

Según consta en los propios documentos de la fiscalía, la policía política cubana conocía la labor de Alan Gross desde su primer viaje, a mediados de 2004, cuando entregó una cámara de video y medicamentos a un líder masón que resultó ser agente de la Seguridad del Estado y testificó en su contra.

Desde su encarcelación La Habana ha pedido la luna a cambio de liberar a Gross: el canje por tres espías cubanos, condenados a largas penas de cárcel en Estados Unidos. Uno de ellos, jefe de la red y vinculado con la muerte de cuatro personas, cumple dos sentencias de cadena perpetua, ratificadas por apelaciones en todas las cortes competentes. La Casa Blanca ha reiterado la desproporción del canje que congeló durante cinco años, los mismos que Gross ha cumplido en prisión, todo avance en las relaciones de Estados Unidos y Cuba. Cualquier parecido con la Guerra Fría no es pura coincidencia.
—–
* Ex embajador de Cuba en Naciones Unidas y ex jefe de despacho de Raúl Castro. Participó en las negociaciones para el término de la guerra en Angola. Escapó a Estados Unidos en el 2002. Este artículo apareció en el periódico chileno La Tercera y se publica en CaféFuerte con el consentimiento de su autor.

12 thoughts on “Cubano Cuba canjeó un preso por tres

  • Cuán mal estarás de finanzas o de verguenza, cuando recurres a un tema tan ampliamente divulgado, llenándolo de entresijos verbales para oidos incautos o legos en el tema y regocijo de los que te pagan.
    Haciendo un uso correcto de las técnicas narrativas, inicias tu artículo con un gancho histórico apuntalado por la posible primicia de un espectador excepcional, para luego aterrizar en la esencia de lo que escribes, beatificar a Allan Gross y satanizar a Gerardo, Ramón y Antonio.
    No te repetiré el concepto literario del término espía que utilizas, ni su esencia etimológica, solo te recuerdo que en el juicio oral en su contra, ninguno de los generales del Pentágono que testificaron, aceptó que su labor constituyera un peligro para la seguridad de EEUU, ni que la información recogida por ellos tuviera que ver con institución armada alguna de los EEUU.
    Cuando te refieres a la vinculación de Gerardo con la muerte de cuatro personas, olvidaste mencionar que esas cuatro personas no eran cuatro viejitos pensionados que plácidamente leían el periódico en un parque, o cuatro honestos trabajadores que ganaban el pan diario para sus hogares, sino cuatro violadores del espacio aéreo y soberano de la capital cubana, a bordo de una nave aérea perteneciente a una organización terrorista, y que no hizo falta que Gerardo informara nada, ellos mismos hicieron público su objetivo de sobrevolar la Habana con o sin el permiso de Cuba y a pesar de las advertencias hechas por nuestro país.
    Si estás tan convencido del crimen cometido contra esos cuatro hombres, te invito a sobrevolar Washington D.C. sin permiso de vuelo y en una nave con las insignias cubanas y te invito a que vuelvas a estas páginas a contar la experiencia.
    Antes de montarte en ese hipotético avión, haz el último ridículo de acusar a Obama, al Secretario de defensa, al jefe del pentágono , al jefe de la fuerza aérea, y al piloto del avión de combate que pulsarán el cohete que te pulverizará.
    Por último coincido contigo y con la Casa Blanca en la desproporción del canje, ni trescientos Allan Gross tienen la altura moral ni la integridad humana de nuestros tres héroes.

  • Señor Guerra, las avionetas de Hermanos al Rescate se tumbaron en aguas internacionales y no sobre la Plaza de La Revolucion y si los tres espias son ciento de veces mas valiosos que Alan Gross, pues no pidan mas intercambio de prisioneros y dejemos que todos se pudran donde estan. Seguimos pensando que los cubanos somos el ombligo del mundo, los mas mejores y eso no indica que existan muchos deseos de conversar de igual a igual.

  • Armandito:

    Los derribaron en espacio aéreo internacional, no sobre La Habana. Hay testigos. Las avionetas iban desarmadas, a no ser que consideres como armas mortales varios miles de hojitas de papel. Les tiraron por la espalda, y, por si fuera poco, se envanecieron por causar la muerte de cuatro seres humanos. Hay grabaciones.

    En cuanto al juicio y a las condenas, no se puede decir aún la última palabra, puesto que hay un aproximaado de 5 mil páginas de documentos que no han visto la luz por razones de seguridad. ¿Son desproporcionadas? ¿Son proporcionadas de acuerdo al delito? . Quizás. Pero de lo que sí estoy seguro es de que eran espías que trabajaban incluso para introducir alijos de armas en suelo norterameericano.

    Bien presos están. Y no eran ellos solos. Por ahí tengo la lista de la red completa, lo que pasa es que los otros cantaron.

  • Pregunta para Armando Guerra:

    ¿Gerardo, Ramón, Antonio, René y Fernando eran o no eran espías?

    ¿Sí tu respuesta fuese negativa podrías argumentarla?

  • Yo espero que con esa guerra que ud esta armando, viva en Cuba y no aquí en los EU cogiendo un cheque del welfare. Ugh!!

  • Estimado Bartolo:
    Ninguno de los cinco son espías por la sencilla razón que ninguno cumple o cumplió condena por ese delito, la tipificación de los delitos que se les imputan no cumplen con el concepto de espía del código penal norteamericano , que es por el que se les juzgó y por lo tanto no pudieron ser condenados por ese delito ya que no se les pudo probar, entre otras cosas, por la declaración de los altos mandos llamados a testificar y que declararon lo contrario.
    En cuanto a los alijos de armas que planearon introducir en EEUU según Jorgealejandro, apretaste ; hermano, no veas tanto “Rambo” de allá a acá se han hecho miles de películas más, no seas ridículo. ¿Quién te va a creer el cuento de que Cuba va a organizar el ELNEU (Ejército de liberación Nacional de EEUU)?

  • Armandito:

    Recuerda que los otros cantaron.

  • Traidor es traidor no importa para el bando que se pase. Este Alcibiades además de traidor piensa que todos los que accedemos a la internet somos ignorantes. Es bien conocido que la USAID ha sido utilizado por la CIA como un apéndice para promover la desestabilización en países que tienen Gobiernos que no son afines a los intereses de los Estados Unidos. El Sr. Gross, contratista de la USAID no es, como bien tituló PL hace unos años, “ni tonto ni inocente”.
    Dentro de las diferentes categorías de traidores en mi opinión el peor es el que se pone en contra de sus conciudadanos.
    Alcibiades Hidlado después de ser Lamebotas de Raúl se unió a la pléyade de los peores traidores a su propio pueblo. Allá los desmemoriados de Miami que recibieron a este sinvergüenza (como a otros) como si fuera un héroe después de haber jodido a tanta gente en Cuba.

  • Jorgealejandro, lo que los otros cantaron solo lo conocen la CIA y el FBI. ¿Por cual de las dos nóminas tu cobras para tener acceso a lo que cantaron en los interrogatorios?
    Estoy plenamente de acuerdo contigo Daniel, “Roma paga a los traidores, pero los desprecia” y este no es la excepción, como encabecé mi comentario, debe estar muy corto de dinero o de verguenza.

  • La insistencia en conectar a Gerardo con la muerte de los cuatro miembros de Hermanos al Recaste no resiste mucho análisis, sabiendo que estos ya tenían un historial de “travesuras” sobre el cielo habanero, lo cual se informó oportunamente al Gobierno de EEUU y al FBI, que para no variar hicieron caso omiso. Así que Washington carga con su buena ración de responsabilidad en el desenlace. Guerra avisada…

  • Miranda. En correspondencia con las nuevas leyes migratorias aprobadas por la Asamblea Nacional, puedo residir en cualquier lugar del mundo donde me acomode por un tiempo de hasta 2 años sin necesidad de regresar al país y sin perder ninguno de mis derechos personales , sociales o mateiales.
    Esta era una asignatura pendiente y considero correctamente resuelta.
    En cuanto a si recibo o no el cheque del welfare, hasta donde conozco es un derecho recogido por ley y que no se condiciona a opiniones políticas algunas, a no ser que se haga así en completa violación de la ley y estás en el deber ciudadano de denunciarlo o ser partícipe del delito, por lo que también puedes ser encausada.
    En cuanto a mis críticas a la Revolución, el PCC y a mi país, soy considerado un gran crítico por que la ejerzo sobre cada tema que considero necesario, solo que ni tu sales a la calle a decir que tu esposo no se baña o que tu padres son tacaños, pero si tienes interés en conocerlas, puedes solicitar ingresar a mi núcleo del PCC y te enterarás.

  • Armandiro.

    Por respeto a Circles, a este blog, y a los demás comentaristas, es que no te digo quién es la propietaria del banco que me ‘paga los cheques de la CIA y el FBI

Comentarios cerrados.