Cuba necesita más impuestos y menos subsidios

Por Patricia Grogg

El parlamento cubano discutiendo las reformas economicas. Foto: Jorge Luis Baños Hernández

HAVANA TIMES, 21 dic (IPS) — Los cubanos se adentran en el país de los cambios económicos, que incluyen impuestos hasta ahora desconocidos y el fin de subsidios estatales que durante décadas simbolizaron la igualdad preconizada por la Revolución.

«Se avecinan tiempos que pueden ser traumáticos para la población», dijo un antiguo militante del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), atento a la transmisión televisiva diferida de las sesiones en las que el parlamento analizó el programa de reformas que será discutido en el próximo congreso partidario.

El hombre concuerda con el criterio oficial de que no hay alternativa a los cambios que el gobierno de Raúl Castro aplica y aplicará como parte de la actualización del modelo económico. «Pero me preocupa que la ciudadanía no vea claro el horizonte», dijo a IPS la fuente, que pidió no ser identificada.

Los cuatro días de sesiones parlamentarias finalizaron el sábado 18 con un crítico discurso de Castro, quien volvió a insistir en que el camino emprendido es irreversible y apunta a fortalecer el socialismo, y reconoció que en las últimas cinco décadas se cometieron errores que es necesario enmendar.

«O rectificamos o ya se acaba el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y hundiremos (…) el esfuerzo de generaciones enteras», dijo el presidente, que también advirtió que no le temblará la mano con los «cuadros» de cualquier nivel  que incumplan sus tareas.

La línea será de «mayor exigencia» y se adoptarán «las medidas disciplinarias pertinentes cuando se detecten transgresiones de lo establecido», dijo Castro. Es preferible que los dirigentes que se sientan incapaces de cumplir sus responsabilidades soliciten sus renuncias antes de ser destituidos, consideró.

Mal desempeño ha costado caro

Por el mal desempeño de funcionarios y deficiencias productivas, esta nación caribeña dejó de percibir este año 120 millones de dólares por el desaprovechamiento de oportunidades de exportación de níquel, y de 65 millones en las ventas de azúcar.

Pero las mayores inquietudes de los hogares continúan concentrándose en la posible pérdida del empleo, por la eliminación de más de un millón de puestos de trabajo en el sector estatal, y en el cada vez más cercano fin del abastecimiento racionado de alimentos.

De compras en La Habana. Foto: Elio Delgado

Si bien el racionamiento no satisface todas las necesidades familiares, muchos siguen viéndolo como la única forma segura y ordenada de obtener a bajo precio, gracias al subsidio estatal, ciertas cantidades de arroz, azúcar, aceite, granos, huevos y algunos alimentos cárnicos, entre otros artículos básicos.

«De acuerdo, es insuficiente, pero me asegura ese mínimo. Sacaron las papas de la libreta y de inmediato comenzaron las dificultades para comprarlas. El chícharo (guisantes secos) desapareció. No se consigue por ninguna parte», se quejó a IPS la profesora jubilada María Caridad Rivero.

Castro admitió lo delicado de este problema, pero criticó que se siga identificando la libreta de abastecimiento «como un logro social que nunca debiera suprimirse», pues en hoy constituye una expresión de «igualitarismo», que beneficia por igual a quien no la necesita, trabaje o no.

«En el futuro existirán subsidios, pero no a los productos, sino a las cubanas y cubanos que por una u otra razón realmente los necesiten», anunció el mandatario, para reiterar  que tanto en la «libreta» como en la reducción de plantillas «abultadas» nadie quedará «desamparado».

La libreta desaparecerá gradualmente

Según el ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo, sostener esta canasta básica a bajo precio le cuesta al Estado 1.016 millones de dólares anuales, pero el ingreso medio actual de la población no permite suprimirla de golpe. «Habrá que irla eliminando paulatinamente, mientras no podamos hacer una transformación radical», señaló.

En materia de empleo, el gobierno espera que unas 250.000 personas se sumen en 2011 a más de 143.000 trabajadores por cuenta propia que ya existían en 2009. Para ellos, se puso en marcha un régimen tributario que algunos economistas consideran excesivo y poco estimulante, sobre todo en los primeros años.

Zapatero. Foto: Elio Delgado

Otra parte del personal estatal «sobrante» se moverá hacia centros del Estado donde haga falta mano de obra o se podrá incorporar al sector agrícola o al de la construcción, ambos con déficit de fuerza laboral, entre otras opciones. El reajuste de plantillas implica suprimir medio millón de plazas en el primer trimestre del año próximo.

Los impuestos al trabajo privado incluyen gravámenes de 25 a 50 por ciento sobre la renta, de 10 por ciento sobre las ventas o servicios, de 25 por ciento a la contratación de fuerza laboral, y de 25 por ciento como contribución al seguro social.

En tanto, la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, dijo que se trabaja en una legislación tributaria para gravar gradualmente salarios, viviendas, servicios públicos y tierras ociosas. También se estudiará aplicar algún impuesto especial a personas que, estando aptas, no trabajan, pero disfrutan de todos los beneficios sociales.

El sexto congreso del PCC se realizará del 16 al 19 de abril de 2011, precedido por debates populares sobre la estrategia de desarrollo económico y social a adoptar, que se extenderán hasta febrero, dijo Castro.

El mandatario de 78 años recordó que el congreso será, «por ley de la vida», el último de la mayoría de la «generación histórica» que condujo los destinos de este país isleño desde el triunfo de la Revolución Cubana, en enero de 1959.

«El tiempo que nos queda es corto… estamos en la obligación de aprovechar el peso de la autoridad moral que poseemos ante el pueblo para dejar el rumbo trazado…», y  «tenemos el deber elemental de corregir los errores que hemos cometido en estas cinco décadas de construcción del socialismo», dijo el gobernante.