Cuba necesita iniciativas, pero…

Circles Robinson

HAVANA TIMES, 25 Junio – Al igual que el aparentemente eterno bloqueo de los Estados Unidos que arremete contra la economía cubana desde fuera, en el interior de la isla un proceso de corrosión está desgastando gradualmente a la  revolución que apenas tiene 50 años.

No obstante, emprender iniciativas para detener dicho desgaste es  más fácil de decir que de hacer.

Altos dirigentes cubanos han expresado en repetidas ocasiones que para afrontar los retos que tiene la nación, el país necesita imperiosamente elevar la productividad, mejorar la calidad de los servicios y hacer un uso más eficiente de los recursos con el fin de reducir importaciones.

Todos estos propósitos exigen nuevas ideas, métodos y creatividad. Al mismo tiempo existe una clase política conservadora de jefes en la mayoría de los centros de trabajo y entidades gubernamentales que temen y ponen resistencia a cualquier cambio que altere el status quo. Cualquiera que haya vivido y trabajado en Cuba sabe a qué me refiero.

Este grupo de cuadros reconocidos por su lealtad a los superiores existe para garantizar una estructura de mando vertical y jerárquica que se adoptó hace varias décadas para afrontar una verdadera amenaza de los Estados Unidos.

Aunque quizá no haya sido el propósito inicial, generalmente razón de ser sirve para frustrar la participación con el consecuente resultado de que muchos trabajadores en Cuba socialista se sienten tan limitados como sus contrapartes en los países capitalistas.

Numerosos factores influyen en la resistencia al cambio de los jefes, quienes se consideran a sí mismos defensores leales de la Revolución, entres los cuales están  la sospecha de las nuevas ideas así como la defensa los pequeños (pero preciados) privilegios y beneficios y su autoridad administrativa.

El control de un jefe sobre los recursos o el acceso a ellos en un país con grandes limitaciones puede ser también una gran ventaja si la ética de la persona se va a pique. Y eso se ha vuelto tan común en Cuba hoy día que el abuso de poder y el robo han pasado a ser la regla en lugar de la excepción, una realidad contra la cual el presidente Raúl Castro se ha comprometido a luchar.

El papel de los medios de difusión masiva

Creo que los medios desempeñan un función importante a la hora de llamar la atención sobre estos serios problemas que afectan a la Revolución Cubana.

Cuando iniciamos Havana Times nuestro objetivo era llevar a la práctica el llamado hecho por la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en su octavo congreso de dejar atrás la autocensura que ha caracterizado a la prensa local.

Pero emprender iniciativas que puedan estimular el debate también es algo arriesgado en los medios, aunque en la isla no suceda lo  mismo que en  Méjico, Guatemala, Colombia y muchos otros países. En Cuba no ha sido asesinado ningún periodista desde la muerte del reportero ecuatoriano Carlos Bastidas Arguello en 1958, un año antes de la llegada al poder de la Revolución.

Sin embargo, la motivación para escribir sobre la vida cotidiana y los problemas nacionales, así como de sus posibles causas, puede resultar dañina para la carrera profesional de un periodista o editor: El hecho es que los jefes en los medios cubanos tampoco quieren buscarse problemas.

Podríamos preguntarles a algunos reporteros jóvenes que trabajan en medios locales, qué ocurre cuando toman la iniciativa para escribir sobre temas espinosos o polémicos de forma profunda.

Un dato estadístico ilustra la respuesta: mientras que en los Estados Unidos, los reporteros y otros trabajadores de la prensa han sido despedidos por miles durante la actual crisis económica, en la pequeña Cuba actualmente hay varios cientos de plazas periodísticas vacantes.

Sin tener en cuenta la población que envejece, una de las principales razones para que no se ocupen las plazas es que la profesión y la forma en que esta se practica resulta poco atractiva para los jóvenes. Los medios se aprecian como un terreno extremadamente rígido, monótono y altamente controlado.

Pero la falta de motivación para trabajar no solo está presente en los medios;  lo mismo ocurre en numerosos sectores de la sociedad.  Muchos coinciden en que el principal factor son los bajos salarios, pero podría añadirse que la oportunidad de asumir iniciativas importantes podría ser una forma de levantar el espíritu.  La gente quizá se sentiría participantes activos en su puesto de trabajo en lugar de sentirse alienados e indiferentes a la espera de que les digan lo que tienen que hacer.