Cuba: más diplomacia que país

En 2016, resurgió la idea de abrir un consulado cubano en Florida. La ubicación más lógica era el área metropolitana de Miami.
Por Amado Viera
HAVANA TIMES – Con sus 6,3 millones de habitantes y su rápido crecimiento económico, Miami se ha consolidado como la novena área metropolitana más grande de los Estados Unidos, y probablemente la de mayor proyección internacional luego de Nueva York.
Una consecuencia de esa realidad es la existencia allí de 17 consulados extranjeros, todos de naciones iberoamericanas. Países como Argentina, España y México mantienen una representación oficial, y las perspectivas apuntan a que otros gobiernos también pudieran abrir sus legaciones en el futuro cercano.
Significativamente, Cuba no está entre ellos.
A pesar de que casi el 30% de los miamenses nacieron en Cuba o son descendientes directos de cubanos, y de que la metrópoli floridana es el principal centro de las operaciones aéreas y comerciales hacia la Isla, La Habana no parece tener planes para el establecimiento de un consulado o al menos una oficina consular. Cualquiera de esas instituciones beneficiaría de manera apreciable a la comunidad cubanoamericana, también muy numerosa en las otras dos ciudades más importantes del estado, Tampa y Jacksonville.
«No sería lo mismo tener la posibilidad de hacer los trámites en persona, que depender de los bufetes o las agencias, como sucede ahora. Aparte de más demorado, también es más caro», se quejó Arichel, un habanero residente en el condado floridano de Kendall que debió esperar alrededor de tres meses para recibir su nuevo pasaporte.
Aunque en 2023 se convirtió en ciudadano estadounidense, las leyes de la Isla obligan a Arichel a seguir utilizando un pasaporte cubano para regresar a su país natal. Hasta este 31 de marzo podía emprender el viaje incluso con el documento vencido, pero a finales del año pasado las autoridades anunciaron el fin de esa dispensa, obligando a miles de cubanos como él a solicitar nuevos pasaportes. «Tengo a mis padres y a mi hija en Cuba, no puedo darme el lujo de no poder ir a verlos», apuntó.
Por el proceso, tramitado mediante una agencia, pagó 260 dólares. Si hubiese podido realizarlo personalmente, tan solo le habría costado los 180 dólares en que está valuado el pasaporte de la Isla. Pero en Estados Unidos no es posible hacerlo.
«Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 la sede diplomática cubana [en Washington DC] se mantiene cerrada para trámites presenciales. Su sistema de correo y mensajería se encuentran activos, pero recurrir a ellos se hace difícil en la mayoría de trámites, ya que el consulado tiene también otras responsabilidades y al ser uno solo (las agencias son muchas) los procedimientos varían y son menos personalizados», explica en su sitio web la agencia Opapeleo, otra de las dedicadas a la gestión de documentos. Entre los cargos consignados en las facturas de sus servicios se cuenta una «tasa de $20 por gestión no personal que cobra el Consulado». En otras palabras, la sede diplomática no permite a los cubanos realizar sus tramites de manera presencial, pero les cobra por tal circunstancia.
Lejos de la comunidad
Antes de 1959 un consulado cubano prestaba servicios a la comunidad isleña radicada en la entonces pequeña ciudad de Miami. Pero aquella oficina cerró incluso antes de la ruptura de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, en enero de 1961.
No fue hasta 2016 que volvió a ponerse sobre la mesa la posibilidad de abrir un consulado cubano en la Florida. Su ubicación más lógica era en el área metropolitana de Miami, donde viven dos tercios de los cubanos censados en el estado.
Pero el proyecto levantó una ola de protestas entre políticos y líderes de la comunidad cubanoamericana. El alcalde de Miami Beach, Philip Levine, fue duramente atacado por proponer que la sede diplomática fuera establecida en su jurisdicción. Otras probables ubicaciones eran el condado de Miami-Dade y la ciudad de Tampa, pero el primero fue desestimado por la oposición en pleno de su clase política y la segunda, por su lejanía del área metropolitana de Miami.
La intensidad del conflicto y el comienzo de la primera administración de Donald Trump se conjugaron para que la propuesta fuera archivada. En 2020 el economista cubano Juan Triana intentó reavivar el debate sobre el tema, a propósito de la llegada a la presidencia del demócrata Joe Biden. Se suponía que el nuevo gobierno impulsaría una suerte de «Deshielo 2.0», y que un consulado de La Habana en Miami facilitaría los vínculos entre la Isla y su emigración, pero en definitiva aquellas esperanzas resultaron infundadas.
«Imperialismo diplomático»
En febrero de 2024 Cuba anunció el establecimiento de relaciones diplomáticas con Corea del Sur. Tras esa decisión, la Isla pasó a tener vínculos de ese nivel con todas las naciones reconocidas por la comunidad internacional salvo Israel. En La Habana están acreditadas 114 misiones diplomáticas extranjeras y 8 representaciones de organismos internacionales, detalla el sitio web de la cancillería.
Por el contrario, en el exterior Cuba cuenta con 165 legaciones diplomáticas y misiones ante organismos multilaterales; entre ellas, 123 embajadas. El caso extremo se presenta en Roma, donde La Habana mantiene dos embajadores: uno acreditado ante el Estado de la Ciudad del Vaticano y la Orden de Malta, y la otra ante las repúblicas de Italia, Malta y San Marino. Una caminata de 30 minutos basta para recorrer la distancia que media entre las sedes oficiales de ambos funcionarios, establecidas en exclusivos barrios del centro de Roma.
«A simple vista resulta desproporcionada la cantidad de embajadas que tiene Cuba en todo el mundo, al compararlas con países latinoamericanos como Brasil, México, Argentina y Chile», reflexionaba en 2012 el periodista y escritor argentino Gabriel Salvia, director general de Cadal. En su opinión, la Isla había construido durante décadas una suerte de «imperialismo diplomático», orientado a ganar legitimidad en los foros internacionales. «Los resultados más elocuentes sobre su eficacia se registran, por ejemplo, en la votación anual en la Asamblea General de la ONU [contra el embargo de EUA] y en su incorporación como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, logrando incluso la reelección gracias al respaldo de dos tercios de los países del mundo», ejemplificaba.
Trece años después la realidad prácticamente no ha cambiado. Por ejemplo, ante el crecimiento exponencial del número de cubanos residentes en otros países sería conveniente incrementar la capacidad para ofrecer servicios consulares, algo que las autoridades siguen postergando en detrimento de la diplomacia de alto nivel. De hecho, La Habana solo gestiona 21 consulados y oficinas consulares en el exterior, la mitad de ellos concentrados en dos países, España y México. Decisiones como esa dan cuenta de que al gobierno le preocupan más los vínculos con otras cancillerías que las urgencias del ciudadano común.
¿Cuándo al gobierno cubano le han preocupado las urgencias del ciudadano común???