Cuba-EE.UU: ¿La pelota en cancha cubana?

Por Pilar Montes

Esperamos conocer los alcances reales de las nuevas medidas estadounidenses que abren mas posibilidades de comercio e intercambio con Cuba.
Esperamos conocer los alcances reales de las nuevas medidas estadounidenses que abren mas posibilidades de comercio e intercambio con Cuba.  Foto: juventudrebelde.cu

HAVANA TIMES — De la conversación entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro en la tarde del 18 de septiembre, sólo se conocen aspectos generales, pero no hay que tener bola de cristal para saber que las medidas de flexibilización aprobadas por Washington fue tema principal de la plática presidencial.

Cualquier anuncio de este tipo crea expectativas en la población cubana, que añora mejorar su nivel de vida, tener una vivienda digna y comunicarse desde su hogar con los familiares y amigos fuera del país que son ya muchos.

Las medidas anunciadas incluyen la liberación del monto de las remesas desde Estados Unidos. Esta no requiere acciones de respuesta de parte del gobierno, porque la recepción de dinero desde el exterior hace tiempo no tiene límites en Cuba.

Otro punto se relaciona con el desarrollo de las comunicaciones en Cuba, con participación de empresas de Estados Unidos.

En este sentido, sí se requiere de respuesta oficial cubana, que está acelerando la instalación de equipos WiFi en todas las provincias y Jóvenes Club de computación, pero dicen que no podrá alcanzar el nivel de cobertura para ofrecer servicio de conexión domiciliar.

Una magnífica oportunidad para resolver el problema se perdió por el momento cuando estuvo aquí el presidente del consorcio Google, quien ofreció equipos y conexiones de Internet para todos los usuarios del país, pero tuvo la callada por respuesta.

Por otra parte, entre las medidas estadounidenses del 18 de septiembre y que entran en vigor hoy 21 de septiembre, se autoriza a viajeros estadounidenses a abrir cuentas en bancos cubanos durante su estancia en el país.

La autorización dada a firmas estadounidenses de establecer centros de distribución de productos en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel podría beneficiar en algo la deprimida y en casos, inexistente oferta en la red de tiendas del Estado.

Sin embargo, desde enero, se expresó interés por las compañías de tarjetas de crédito, entre las que figura Mastercard, para que sus tarjetas de crédito y débito se usaran por los visitantes estadounidenses en sus operaciones en la Isla. Ocho meses después, esto todavía no ha sido posible por las restricciones del bloqueo estadounidense, no de parte de Cuba.

Aunque el visitante estadounidense “de pueblo a pueblo” sigue enjaulado en 12 categorías, ahora más flexibles, es notable el incremento de visitantes que en el primer semestre visitaron Cuba, superior en el 50 por ciento respecto al mismo período del año pasado.

Ahora se añadió la facilidad de que el estadounidense autorizado puede venir con la familia, así como hacer los viajes en barco o avión comercial, sin necesidad de ir por un tercer país. No obstante todavía se prohíben los viajes de turismo.

Por la parte estadounidense, se autoriza el empleo a cubanos residentes en la Isla por empresas de ese país que se establezcan en Cuba. Pero bajo las actuales reglas del juego de la Ley de inversión extranjera, las empresas tendrán que pasar por la agencia empleadora del Estado para la contratación de su personal. La agencia les propone personas del perfil profesional correspondiente, cobrando un alto porcentaje del salario de estos. Ese mecanismo de contratación indirecta de personal ha sido ampliamente criticado como un desestimulo a la inversión.

No faltan las empresas estadounidenses interesadas en invertir, que todavía no pueden hacerlo aunque las medidas recién aprobadas den luz verde a la formación de joint ventures.

Recientemente, la ley de Comercio con el Enemigo de EE.UU. no fue revocada, sino que se prorrogó, estando vigentes las multas y sanciones contra bancos, firmas y empresarios que comercian con Cuba.

El comercio sigue siendo en un solo sentido, lo que no permite una interacción entre ambos mercados y, al seguir prohibido el uso en la nación caribeña, del dólar estadounidense, sigue habiendo obstáculos y no de la parte cubana.

Un ejemplo de lo que sí es posible fue cuando recientemente el Estado cubano dio su autorización a la firma de un convenio entre Sony Music y la empresa cubana EGREM, que daría la posibilidad mundial de promoción a la música cubana.

Las medidas anunciadas incluyen la liberación del monto de las remesas desde Estados Unidos. Esta no requiere acciones de respuesta de parte del gobierno, porque la recepción de dinero desde el exterior hace tiempo no tiene límites en Cuba.

La autorización dada a firmas estadounidenses de establecer centros de distribución de productos en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel podría beneficiar en algo la deprimida y en casos, inexistente oferta en la red de tiendas del Estado, pero con precios que exceden el alcance del bolsillo promedio de los asalariados.

Sin duda, la participación de FedEx y UPS podría agilizar la distribución de correspondencia en la Isla, lo que facilitaría la comunicación familiar y empresarial, pero está por ver si el Estado permitirá que la Empresa Correos de Cuba establezca un acuerdo con estas firmas estadounidenses.

Entre las medidas también se plantea que empresas estadounidenses podrán proporcionar préstamos y alargar los plazos de pago por ventas de productos autorizados, pero esto también cae en el ámbito virtual, ya que no se permite a firmas cubanas tener cuentas en bancos estadounidenses ni pagar en dólares de Estados Unidos.

La apertura de la parte estadounidense para la venta de materiales e insumos de construcción podría ser de gran beneficio para rehabilitar la deteriorada planta habitacional de todo el país, como construir nuevas viviendas, pero en primer lugar, para la expansión de la red hotelera que ya está por debajo de la demanda turística.

Mientras tanto, se espera conocer hasta dónde el Estado cubano está dispuesto a aceptar las nuevas ofertas y hasta donde las trabas por el complicado entramado del embargo siguen vigentes e impiden su realización.

2 thoughts on “Cuba-EE.UU: ¿La pelota en cancha cubana?

  • Con esta actitud de la dictadura de sólo aceptar las aperturas de Obama que sólo los beneficie a ellos y nada que beneficie al pueblo, estamos viendo un avance de como será la cosa cuando levanten el embargo. Como decían los cómicos del programa Pateando la lata: “que nadie toque nada, yo sólo puedo tocar”.

    Alguien puede dudar ahora que los Castro tienen de rehén al pueblo cubano?

  • Cuando leo cosas como que no hay posibilidades de cobertura de internet domiciliar me pregunto para qué están usando, los dueños del país, el cable submarino venezolano de 70 millones de dolares, para que Antonio Castro haga las reservaciones de los yates y los hoteles en Mikonos y Bodrum?

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