Cuba decepciona en París
Por Ronal Quiñones
HAVANA TIMES – Acaban de concluir los Juegos Olímpicos de París 2024 y Cuba firmó su peor actuación desde México 1968, para cerrar un cuatrienio en el cual también terminó con los resultados más pobres en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023 y los Panamericanos de Santiago de Chile 2023.
Es una debacle en la que influye evidentemente el factor económico, porque en el contexto actual el deporte necesita mucho más apoyo, tanto para prepararse y competir como para asegurar las condiciones mínimas a los deportistas y entrenadores.
Esto último ha provocado una sangría sin precedentes en este siglo, y en la Ciudad Luz fueron 21 los que compitieron por otro país, incluyendo el Equipo de Refugiados.
Precisamente con esa delegación fue el primer revés de las autoridades de la mayor de las Antillas en suelo parisino, pues intentaron vetar la participación de los dos cubanos incluidos allí.
Salieron con el pie izquierdo al querer sacar de los Juegos principalmente al canoísta Fernando Dayán Jorge, quien se hizo célebre no solo por conquistar para Cuba el único oro hasta el momento de su deporte en citas cuatrienales, sino por rescatar a una persona durante la travesía por el Río Bravo que protagonizó para llegar a Estados Unidos.
Seguramente dentro de cuatro años estará remando por su nueva nación, pero para esta Olimpiada no le daba tiempo hacer el papeleo y obtener el boleto, así que optó por inscribirse en el Equipo de Refugiados.
Después de ese tropiezo, la comitiva antillana vivió su mayor decepción, la derrota del boxeador Julio César La Cruz, que iba por su tercer oro en estas lides y no pudo derrotar precisamente a uno de sus compatriotas que vistió otra camiseta: Loren Berto Alfonso.
Con el también cubano Pedro Roque en su esquina, Alfonso avanzó hasta la final de su categoría, no sin antes deshacerse de otro coterráneo, el español Enmanuel Reyes.
Hasta el presidente Miguel Díaz-Canel le dedicó un tweet porque habló bien de Cuba, y a ese sí lo consideró un buen representante de la “verdadera” emigración.
Luego vino el descalabro de la triplista Leyanis Pérez, que ni siquiera con la ausencia de la venezolana Yulimar Rojas pudo hacerse un hueco en el podio de premiaciones. Si hubiera estado la excepcional sudamericana el oro estaba cantado, pero en su ausencia la competencia estaba muy abierta y se esperaba mucho más de la cubana, que se vio nerviosa incluso el día de la clasificación, y en la final saltó peor.
En esta misma modalidad, pero entre hombres, el podio completo fue de cubanos, pero ninguno representando al país donde nació: Yordan Díaz por España, Pedro Pablo Pichardo por Portugal y Andy Díaz por Italia.
Cerró así la primera semana de competencias sin que se lograra ni siquiera un bronce, con la joven dupla de voleibol de playa como aportadora de las mayores alegrías, aunque cuando empezaron los cruces de vida o muerte terminó su aventura.
Llegó el turno de la lucha y sacó la cara una vez más Mijaín López, indetenible y ganador convincente en todos sus pleitos, incluida la final ante otro compatriota, el ahora chileno Yasmani Acosta. Fueron compañeros de entrenamiento durante más de una década y se sabía que no habría mayor oposición en esa última presentación del pinareño en su carrera deportiva, que despide en lo más alto, como mejor gladiador de todos los tiempos sin distinción de estilos, sexo ni peso.
En la propia lucha grecorromana se vivió al día siguiente otro batacazo, con la derrota de Luis Orta, quien quedó finalmente en bronce. Orta cayó ante un contrario al cual le había ganado este año, pero aplicando la picardía porque sobre el colchón el iraní había sido mucho mejor.
Faltando pocos segundos hizo como que se rendía, el de la nación persa dio la espalda y el capitalino lo proyectó para imponerse 7-5, pese a las lógicas protestas de su contrario.
Ese amargo revés le hizo rumiar la venganza, y fue tal el empeño que le puso que barrió literalmente a Orta cuando se vieron las caras en París, sin aceptar siquiera puntos en contra del vigente campeón mundial de la división.
En este mismo deporte la suerte jugó a favor de la Isla cuando la india que superó a Yusneily Guzmán no hizo el peso al día siguiente y le regaló su puesto en la final. Allí Guzmán no pudo hacer mucho, como probablemente hubiera ocurrido también si luchaba por el bronce, que era lo que le quedaba de no haber fallado en la pesa su victimaria.
Casi una detrás de otra se sumaron la tristeza por el revés del púgil Arlen López y la alegría por el triunfo inesperado de Erislandy Álvarez, quien salvó lo que hubiera sido la peor presentación del boxeo cubano en Juegos Olímpicos desde que empezó a hacerse presente en el medallero.
En el propio arte de los puños otros entrenadores cubanos cosecharon preseas para Francia, Azerbaiyán, Turquía, República Dominicana, China y Argelia, y Javier Ibáñez se llevó bronce en representación de Bulgaria.
Cuba no estaba presente en el voleibol de sala, pero los dos mejores jugadores del mundo son Melissa Vargas y Wilfredo León, este último medallista de plata con Polonia.
Con apenas dos oros solamente se superó la cosecha de Tokio 1964 (una plata) y México 1968 (cuatro platas), aún cuando todo el presupuesto del deporte en los últimos tres años prácticamente se concentró en tener una buena actuación en París.
Abiertamente las autoridades deportivas reconocieron que no podían mantener el reinado centroamericano ni el segundo puesto panamericano, pero sí lograrían permanecer entre los 20 primeros olímpicos, y no quedaron ni entre los 30 (lugar 32).
Gracias a que Jamaica tuvo un bajón serio en la velocidad encabezaron al Caribe, pero el mejor de Latinoamérica volvió a ser Brasil, en el puesto 20.
Lo peor es que la economía cubana no da signos de recuperación, y así es imposible mantenerse en la elite del deporte mundial; esos tiempos parecen haber pasado a mejor vida.