Cuba: debate sobre democracia e institucionalidad

Fernando Ravsberg*

El debate de los panelistas y el público se centró en criterios sobre cómo construir la democracia e institucionalizar el país. Foto: Raquel Pérez

HAVANA TIMES — Un grupo de intelectuales cubanos de diferentes tendencias políticas presentaron un compendio de ensayos llamado “Por un consenso para la democracia” que fue el preludio de un debate más amplio, organizado por la revista católica Espacio Laical.

En el Centro Cultural Félix Varela, se reunieron los autores con un centenar de personas para debatir sobre la institucionalización y la democratización de la isla, cada uno desde sus puntos de vista políticos pero en un ambiente de respeto y seriedad.

Entre los participantes hubo panelistas católicos, liberales, marxistas y hasta un cura, descendiente de Carlos Manuel de Céspedes, el primer rebelde que, en el siglo XVIII, se alzó por la independencia de la isla y contra la dominación española.

Paradójicamente, los grandes ausentes de esta construcción académica del consenso para la democracia fueron el gobierno cubano, que se autoexcluye de estos debates, y los disidentes, a los que solo se les dio participación desde el público.

¿El fin de los tabús?

Los debates incluyeron temas que hasta hace unos años eran tabú en Cuba como el pluripartidismo, la democracia, la participación ciudadana en las decisiones, la inconstitucionalidad de algunas medidas gubernamentales y los cambios políticos.

A pesar de provenir de diferentes corrientes ideológicas hubo determinado consenso entre los panelistas en ir más allá de los clichés y apelaron a una democracia que no se limite a la representativa del capitalismo o a la participativa del socialismo.

En Cuba hay elecciones generales cada 5 años pero lo cierto es que ninguna institución estatal tiene el poder del Partido Comunista. Foto: Raquel Pérez

Ambos sistemas han fracasado en la construcción de la democracia, sostuvo la socióloga Mayra Espina, agregando que eso da la oportunidad a Cuba de avanzar hacia una propuesta nueva. Sostuvo que el tema “ciudadanía”, podría darle continuidad a los debates.

La mayoría de los panelistas consideraron que lo más importante es construir una democracia en la que el ciudadano debata los problemas, proponga soluciones y controle la aplicación de las mismas. Algo que hoy sería factible gracias a las nuevas tecnologías.

La construcción de la democracia

Todos estuvieron de acuerdo en que cualquier solución a la problemática cubana debe garantizar la soberanía nacional, la soberanía popular, la equidad social, el respeto de los derechos ciudadanos, una economía viable y una democracia política, social y económica.

“La construcción de derechos, la construcción de igualdades y la construcción de libertades se interrelacionan y contribuyen por igual a la construcción democrática”, sostuvo el ensayista y profesor de la Universidad de La Habana, Julio Cesar Guanche.

Roberto Veiga, editor de Espacio Laical aseguró que “el gran desafío que tenemos es diseñar las estructuras y mecanismos que debe tener el Estado, los que debe tener la sociedad y todas las garantías de libertad política para que estos sean posibles”.

“El debate en Cuba para la construcción de un modelo sociopolítico, económico y jurídico distinto es obvio” dijo Veiga y agregó que “deben institucionalizarse las ideas que sean del consenso de la generalidad de los cubanos para lo cual es necesario un debate mucho más amplio”.

Los ciudadanos participan en el debate de las grandes decisiones pero no se les informa sobre las opiniones del resto de las asambleas ni se les permite controlar la aplicación de las medidas. Foto: Raquel Pérez

Los ausentes

El Centro Cultural Félix Varela, perteneciente a la Iglesia Católica Cubana, es el punto de debate más plural de la nación, donde intercambian criterios académicos liberales, religiosos y marxistas. Solo quedan al margen las posiciones ideológicas más rígidas.

En el público había algunos miembros de la oposición, entre ellos el periodista disidente Reinaldo Escobar, quien se quejó de que a los debates iniciales no se invitara a los opositores que “no pretenden modernizar el sistema sino demoler el sistema”.

Efectivamente, entre los ensayistas elegidos para colaborar en la publicación y para ser miembro del panel durante los debates no aparece ningún miembro de la disidencia. Sin embargo, se les permitió hacer preguntas y pudieron opinar con total libertad.

Del lado oficial sí acudieron miembros de importantes centros de investigación social muy cercanos al poder pero no estuvo presente ningún funcionario del gobierno cubano, lo cual es bastante normal ya que no participan de este tipo de debates.

Justamente una de las críticas recurrentes de casi todos los panelistas y del público fue la gran centralización política que existe en el país y la marginación de los ciudadanos en la toma de las decisiones sobre asuntos que afectan directamente sus vidas.
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(*) Leer los artículos de Fernando Ravsberg en su blog cartasdesdecuba.

8 thoughts on “Cuba: debate sobre democracia e institucionalidad

  • “… y hasta un cura, descendiente de Carlos Manuel de Céspedes, …”, es una forma demasiado casual de refererirse a monsennor carlos manuel de cespedes y garcia-menocal, no crees?

  • Una excelente noticia, con caras amigas incluida…

  • Ravsberg no se vuelve culto de ninguna manera: Cespedes no fue el primer rebelde, ni fue del siglo xviii. Que barbaridad

  • “El Centro Cultural Félix Varela, perteneciente a la Iglesia Católica Cubana, es el punto de debate más plural de la nación…” Bueno si a la traición, el alineamiento, y la complicidad, se le pueden llamar pluralismo, entonces sí eso es el Centro Cultural F.V., y que digo, más que el Centro mismo, el auspiciador. Que renunciando al Evangelio, y a las enseñanzas y magisterio de la misma Iglesia, se han puesto de parte de la Dictadura, para salpicarla con algo de “civilidad”, doblando la rodilla y traicionando al pueblo al que han tenido que servir, sirviéndose de el. En el futuro cuando se hable de “estos espacios”, sentiremos vergüenza, y los verdaderos sacerdotes, al más estricto estilo del antiguo sacerdocio, se rasgarán las vestiduras, y se untarán con cenizas, en señal de duelo, por este espaldarazo de la Iglesia insular, a la dictadura opresora. Porque “cuando los cristianos colaboramos con los comunistas, traicionamos la razón por la cual Dios nos puso en el mundo de la política” (Jacques Maritain) y porque “El comunismo es intrínsecamente perverso, y no se puede admitir que colaboren con el comunismo, en terreno alguno, los que quieran salvar de la ruina la civilización cristiana”. (S.S.Pío IX) Y nuestros actuales jerarcas, no han querido salvar a Cuba, de su ruina, acoplándose con los captores.

  • Me da tristeza en lo que han convertido el antiguo Seminario San Carlos y San Ambrosio. No digo que no sea buena la idea pero crear un espacio así donde unos sean preferidos a otros ni es cristiano ni es evangélico ni es cívico.

    Respecto al artículo solo me llama la atención el autor. Es que para ser periodista no se necesita al menos algo de cultura? Por Dios.

  • Creo que es ocioso hablar de diálogo cuando el gobierno se autoexcluye del diálogo.

  • Pues yo sí apuesto por el diálogo. Los interlocutores son varios, es cierto que no están todos, pero están varias partes. Si se funda una verdadera vocación de diálogo, más actores se irán uniendo.
    Por cierto, las puertas no fueron cerradas a nadie. Allí había desde miembros del PCC hasta reconcidos disidentes, y todos pudieron hablar. Así que las puertas estaban abiertas.
    La principal ausencia (y de ello habló allí nuestro camarada Dmitri) fue la de la gente común, que desconoce tales debates. Ese es uno de los principales handicaps de los espacios de deliveración pública en la isla, y es algo que hay que mirar con seriedad y preocupación. Romper las lógicas colonialistas es uno de los retos de la intelectualidad y clase política cubana.

  • Pues el gran meollo es ese debate estèril, de querer resucitar lo muerto…ese sistema murio, porque no habìa en el nada salvable, y ahora, por miedo, pues otra no puede ser la causa, no quieren dar el salto, y pasar, con o sin sus actuales, gobernantes, al siglo XXI, donde el socialismo, es inmencionable, por lo menos ese de la versiòn castrocaribeña. Los cubanos aprenderàn algùn dìa que eso que tienen allì, ni siquiera es sociedad , desconocen todo sobre libertad, derechos civiles, constitucionalidad, democracia, y creen que las pocas dadivas que son ya muy exiguas , que sus carceleros le otorgan son “logros”, verdaderos logros. Contribuye a ello,la postura taimada y cobarde de la Iglesia, que dirigida con tal afeminamiento, confunde a los comunes y les hace creer que es lo mismo “reconciliaciòn” que esclavitud. El càncer se combate de raìz, sino harà metastasis, pero como alguna vez dije , la Iglesia, la verdadera es eterna, y tiene tiempo suficiente, para esperar, volver a ver en las sedes insulares, a hombres como Boza Masvidal o Perez Serrante. Los que no cuentan con ese tiempo son los cubanos que queman inutilmente sus vidas en aquel atolladero isleño, con “la maldita circunstancia de las aguas”…por todas partes.

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