Cuba batalla para seguridad alimentaria

Patricia Grogg

El campo cubano.  Photo: Caridad
El campo cubano. Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 28 oct (IPS) – Tres nuevos acuerdos de cooperación internacional canalizados a través del Sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Cuba buscan fortalecer la seguridad alimentaría, con especial beneficio para sectores y regiones de mayor vulnerabilidad en el país.

“Gracias al trabajo conjunto de la comunidad internacional, Naciones Unidas y el gobierno cubano, hemos podido prestar más asistencia en campos tan importantes como ese”, comentó a IPS Susan McDade, coordinadora residente del Sistema de la ONU en La Habana.

“Hace cuatro años hubiera sido difícil imaginar este tipo de colaboración”, lograda a partir de una “mejor coordinación” entre todas las agencias de la ONU, que permitió una mayor capacidad para movilizar recursos hacia sectores de desarrollo priorizados por las autoridades de Cuba, añadió.

McDade, de nacionalidad canadiense y también representante Residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), confirmó que el aporte suma en su conjunto unos 35 millones de dólares para proyectos de impacto en todo el país, pero con énfasis en la región oriental, que abarca 33,3 por ciento del territorio de esta isla.

Esa parte del país, que incluye Las Tunas, 662 kilómetros al este de La Habana, Holguín, a 743, Granma a 744, Santiago de Cuba a 861 y Guantánamo, a 905 kilómetros, tiene menor desarrollo relativo y existe coincidencia en que debe estar priorizada en los planes de cooperación.

Muchos de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio (ODM), acordados por los gobernantes en 2000 en sesión especial de la ONU, en general ya se han alcanzado en Cuba, en tanto otros están en vías de ser cumplidos, afirmó la funcionaria internacional,

“Algunas provincias y municipios orientales no están avanzando de la misma manera”, añadió.

El campo cubano.  Photo: Caridad
El campo cubano. Foto: Caridad

Un estudio realizado con la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) sobre los ODM en esa región del país permitió al sistema de la ONU y las autoridades conocer las áreas hacia las cuales se deben dirigir los mayores esfuerzos de desarrollo, que incluyen salud materna, promover mayor acceso a la alimentación y ambiente, entre otras.

Las carencias en esos aspectos se deben en parte a factores de cultura alimenticia, como la falta de costumbre de comer vegetales ricos en micronutrientes e hierro, al embarazo en edades tempranas o deficiente consumo de proteína animal, especialmente en sectores de menores ingresos.

Según investigaciones, en Cuba no existe “hambre crónica”, aunque sí determinados índices de anemia y escasez de micronutrientes en algunos segmentos de población, especialmente en niños menores de dos años, madres jóvenes, mujeres lactantes y personas con enfermedades crónicas.

Los ODM proponen de manera prioritaria con plazo en 2015, tomando como base indicadores de 1990, erradicar la pobreza extrema y el hambre, garantizar la educación universal de niños y niñas y reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/sida, la malaria y otras enfermedades, así como garantizar la sostenibilidad ambiental.

Con un respaldo financiero de 8,5 millones de dólares, el primero de los programas mencionados por McDade encara el “apoyo a la lucha contra la anemia en grupos vulnerables en Cuba”, que beneficiará directamente a los 24 municipios más vulnerables de las cinco provincias orientales y a la occidental Pinar del Río.

Esa iniciativa prevé financiamiento para que una empresa láctea de Pinar del Río amplíe sus capacidades y abra una línea de producción de leche combinada con cereales con hierro. Este alimento estará dedicado a menores de seis meses a cinco años, mujeres embarazadas y otras personas con carencia de hierro.

En tanto, el proyecto llamado “Apoyo a las nuevas iniciativas de descentralización y estímulo productivo en Cuba” cuenta con siete millones de dólares para potenciar la participación de privados como agentes dinamizadores del desarrollo local, y tendrá como beneficiarios a productores individuales y de cooperativas de, inicialmente, cinco municipios de igual número de provincias.

“Este programa busca promover la descentralización agrícola y se corresponde con la nueva política gubernamental de promover las actividades económicas que contribuyan a sustituir importaciones”, comentó McDade, quien agregó que se proveerá a los campesinos involucrados de herramientas, créditos y facilidades para reparación de tractores, entre otros servicios.

Ambas iniciativas cuentan con dinero del Financiamiento del Fondo para el Logro de los ODM (F-ODM) cuyo donante principal es España.

El F-ODM es un instrumento de la ONU que apoya esfuerzos nacionales dirigidos al logro de los ODM, a combatir la desigualdad e incrementar la participación activa de la sociedad civil en el desarrollo social y económico.

El tercero de los acuerdos mencionados por la Coordinadora de la ONU, vigente hasta el 30 de septiembre de 2011, está dirigido a promover la diversificación agrícola y cuenta con respaldo de 20 millones de dólares de la Comisión Europea a través del PNUD.

Con este plan se aspira a fortalecer las capacidades locales de producción de alimentos, así como mejorar la gestión agrícola y la disponibilidad de productos de la tierra en alrededor de 27 municipios seleccionados. En otros 10 municipios se intentará aumentar la calidad y cantidad de agricultores calificados.

El azote de tres huracanes el pasado año aumentó las dificultades de la agricultura cubana, cuya recuperación y búsqueda de eficiencia está en los planes priorizados por el gobierno de Raúl Castro, que cifró los daños totales causados a su economía en unos 10.000 millones de dólares.

El Sistema de la ONU trabajó fuertemente en la movilización de apoyo internacional de carácter humanitario para ayudar a este país caribeño a recuperarse. Sin embargo, McDade, cuya labor de casi cuatro años en La Habana está próxima a finalizar, sitúa en este aspecto uno de los desafíos pendientes.

“Aunque todos esperamos que Cuba jamás vuelva a ser azotada por tres huracanes en un mes, podemos imaginar que seguirá siendo vulnerable a esos desastres. Mirando hacia el futuro, en las Naciones Unidas tenemos que perfeccionar nuestra capacidad de movilizarnos más rápido ante estos problemas”, señaló.

En su opinión, tanto esta isla como otras naciones de la región “tienen retos tremendos causados por el cambio climático y sus efectos. En mis cuatro años aquí hemos tenido inundaciones y sequías igualmente graves en la región oriental, pude observar los dos extremos”, afirmó.

Al abundar en el tema, McDade comentó que el principal desafío de Cuba en relación con el cambio climático está en el diseño de su plan de adaptación, lo cual involucra el uso y manejo racional y sostenible de sus recursos y que las consideraciones ambientales formen parte de la planificación económica, entre otros aspectos.

“El tema clave aquí y en cualquier país es que los planes se hacen a nivel nacional, pero la implementación es a nivel local, entonces se requiere una estrecha coordinación entre entidades centrales y locales. Creo que Cuba tiene la capacidad de hacerlo, pero es un área en donde al Sistema de la ONU le gustaría trabajar más en el futuro”, afirmó.

La colaboración de la ONU en este país caribeño abarca programas y proyectos en áreas de desarrollo humano local, desastres naturales y riesgos, medio ambiente y energía, salud y seguridad alimentaria, que se corresponden con las prioridades identificadas por el gobierno de Castro.

McDade termina este fin de año su misión en La Habana, que comenzó en febrero de 2006, y viajará a Uruguay para encabezar la Oficina del Sistema de la ONU en ese país.