Cuatro iniciativas para ayudar a los presos políticos cubanos

y a sus familiares

Protesta en San Antonio de los Baños el 11J / Foto: Captura de video

Por Laura Roque Valero (El Toque)

HAVANA TIMES – Tras las masivas manifestaciones que estallaron en Cuba el pasado 11 de julio, más de 1 300 personas fueron detenidas por la policía, según el recuento de organizaciones no gubernamentales como Cubalex y el grupo Justicia 11J. Actualmente, 697 continúan presas, incluidos 14 menores de 18 años.

Muchos de los detenidos por manifestarse en contra del Gobierno han sido condenados en juicios sumarios y otros se encuentran a la espera de juicio, acusados de delitos como sedición y desórdenes públicos. Las sentencias podrían llegar, en algunos casos, hasta 30 años de privación de libertad.

El estallido social del 11J ha impulsado otra fuerza igualmente arrolladora que comenzó a movilizarse desde ese momento en apoyo a los que salieron a las calles a protestar y fueron detenidos.

Dentro y fuera de Cuba se han consolidado iniciativas para recolectar dinero, medicinas, comida, zapatos y ropas para los presos y sus familiares, ante la crisis sanitaria y económica de la isla. A estos aportes se suman el acompañamiento espiritual y la asesoría legal durante el curso de los procesos.

Desde elTOQUE reseñamos algunas de estas iniciativas de apoyo a los presos políticos en Cuba.

Te presto mi voz

El activismo de Luciana Covin, cubana residente en Europa, comenzó hace apenas dos años. Como nieta de un preso político, se interesó por investigar el tema y sensibilizar a los demás con las historias de otros presos. Así se decidió a crear la página Te Presto Mi Voz, moderada desde el exterior y en la que trabajan cinco personas y varios colaboradores.

La intención inicial del proyecto era buscar padrinos para los presos políticos pero, con la emergencia del 11 de julio, Luciana necesitó la ayuda de más personas. Sus esfuerzos se enfocan en hacerles llegar una jaba mensual a los presos políticos y los medicamentos que necesiten. Hasta el momento llevan un registro de 186 jabas, cuyo dato se actualiza cada vez que se hace una entrega. No establecen distinción entre un caso y otro, todos son igualmente priorizados. Para recibir donaciones de todo el que quiera sumarse han habilitado cuentas en PayPal y Zelle.

El grupo se guía por los listados de detenidos de Cubalex, organización sin fines de lucro que apoya la defensa de los derechos humanos en Cuba, y Prisoners Defenders, otra organización no gubernamental de defensa jurídica activa de los derechos humanos. Cuando no obtienen la información que necesitan, se movilizan hasta encontrar quién conozca a la familia que desean ayudar.

En su página de Facebook, de más de dos mil seguidores, dan seguimiento a los procesos judiciales, informan sobre quiénes son los presos, dónde están detenidos y cómo se encuentran de estado de salud. Comparten las declaraciones de los familiares, denuncian la mala alimentación y las condiciones de los centros penitenciarios cubanos.

Justicia 11J

La idea de hacer este trabajo surgió la misma noche del 11 de julio de una conversación entre un grupo de mujeres feministas vía WhatsApp. A las que estaban en ese grupo inicial se sumaron otras como voluntarias y crearon el grupo de Facebook Desaparecidos SOS Cuba, asustadas ante los reportes que les llegaban a través de las redes sociales. «Inmediatamente, nos dimos cuenta de que no bastaría con un grupo en el que todos pudieran publicar, que teníamos que verificar y organizar esa información», aseguran las filólogas Eilyn Lombard y Camila Rodríguez, integrantes de Justicia 11J.

Se distribuyeron en turnos para aprobar lo que se publicaría en el grupo, de manera que no apareciera información que no fuera de interés. Empezaron a trabajar en un listado de Excel que sistematizara la mayor cantidad de datos posible sobre los desaparecidos y detenidos.

El grupo de trabajo creció hasta nueve mujeres que viven tanto fuera como dentro de Cuba y también coordinan un equipo de verificadores en las diferentes provincias. Los verificadores son amigos, familiares suyos o algunas de las personas que estuvieron detenidas y que se han convertido en fuente de información sobre lo ocurrido.

Luego crearon la página de Facebook Justicia 11J, con las trece demandas que han guiado su trabajo. Hasta hoy funciona como una especie de blog desde el cual emiten pequeños informes de actualización, comparten noticias elaboradas a partir de su base de datos y otros asuntos de interés.

A las personas que están en prisión las localizan a través de familiares, amigos, excarcelados, conocidos de algunos de ellos o personas de la sociedad civil que, sin vínculo directo, por alguna razón, disponen de informaciones. «Las personas, cada día más, se nos acercan de manera espontánea a darnos información. Hemos sabido de muchos casos a través de denuncias en redes, y siempre tratamos de seguir las pistas hasta dar con alguien que nos pueda ofrecer informaciones como fuente primaria», explican. 

Un apoyo fundamental ha sido el acompañamiento emocional. Ellas se aseguran de mantener comunicación constante con las familias, de manera que puedan hablarles sobre la realidad de los procesos penales que pudiesen enfrentar sus familiares en prisión, pero incentivándolos a luchar por sus derechos. Además, quienes están en Cuba realizan visitas a los familiares de los detenidos para mantener una comunicación más directa y cordial con ellos. 

Han establecido alianzas con otras organizaciones que brindan acceso a ayuda psicológica y han conectado a las familias con otros actores de la sociedad, como la iglesia, para que también tengan este tipo de acompañamiento espiritual.

Desde septiembre, disponen de un crowfunding a través de la plataforma Ko-fi, que consiste en pagar un café simbólico por el precio de cinco dólares y hasta el momento han recibido 595 donaciones. Los recursos recibidos se han destinado a las familias más necesitadas, sobre todo en función de que puedan disponer de un abogado defensor, de que puedan estar comunicadas las familias con las personas en detención y que puedan ser denunciadas las violaciones de los derechos de los presos y de sus familias.

«En los casos en los que ofrecemos ayuda económica, llevamos registro de a quién sí y a quién no, sobre todo para no destinar recursos dobles, para no solapar —aclaran—; aunque hay muchas familias para las que, por el empobrecimiento tan profundo, toda ayuda que podamos dar será poca».

Grupo de Acompañamiento de la Conferencia Cubana de Religiosos (Concur)

El grupo surgió a partir del 11 de julio y lo integran religiosas, religiosos, sacerdotes diocesanos y laicos. «Nosotros no localizamos a las personas que están en prisión, son los familiares y amigos los que nos contactan. Preferimos que quienes quieran y tengan deseos de ser acompañados den el paso inicial, pues por diversas cuestiones muchas veces esos familiares prefieren el anonimato», precisa Eduardo Llorens Nuñez, sacerdote jesuita que atiende la Parroquia de San Miguel del Padrón, en La Habana, y otras capillas de ese municipio.

El acompañamiento se fundamenta, sobre todo, en lo espiritual y psicológico. También ofrecen sus conocimientos en la rama del Derecho para indicarles los pasos a seguir, según cada caso (habeas corpus, nombramiento de abogado); así como cualquier indicación sobre el procedimiento penal si hay incumplimiento de términos o fases durante la instrucción penal.

Han atendido a unas 60 familias aproximadamente. Algunos de los casos están en libertad, otros a la espera de juicio y el resto han sido sancionados.

«Es importante ayudar, acompañar y orientar a esas familias porque la mayoría nunca se ha visto involucrada en procesos penales; es decir, son personas sin antecedentes y sin problemas judiciales anteriores, por lo que desconocen totalmente los procedimientos. También gran parte de la población cubana desconoce sus derechos, los pasos para reclamarlos, a quién acudir. Estamos ante una población “analfabeta en temas jurídicos” y esto trae como consecuencia un desamparo legal muy grande con un desconocimiento de cómo actuar en estas circunstancias», asegura el sacerdote.

Al desconocimiento se suman el miedo y las amenazas que sufren los familiares, a quienes en muchos casos los propios abogados les sugieren que se «estén tranquilos», lo que termina paralizándolos. No hacer nada también perjudica a los detenidos.

Campaña «Donde tú caes, yo te levanto», del Movimiento San Isidro

Esta red de ayuda comenzó a desarrollarse a partir del 11J en apoyo a los presos políticos dentro y fuera del Movimiento San Isidro (MSI) y como gesto de solidaridad en medio de un contexto de desabastecimiento de alimentos, medicinas y productos de primera necesidad. La iniciativa es coordinada por la historiadora del arte Anamely Ramos González, quien se encarga de conversar con los familiares de los presos, del envío de ayudas desde el exterior y la mediación con organizaciones que ofrecen asesoría legal.

Otra de las coordinadoras es la artista Yanelys Nuñez Leyva, miembro fundadora del MSI, quien gestiona fondos y envía medicamentos a Cuba. «Converso con familiares de presos, tratando de conocer quiénes están en mayor estado de precariedad, porque hay muchos que tienen el respaldo de familiares, de organizaciones opositoras y hay otras personas que no tienen nada de eso. Entonces, tenemos que conversar con ellos, crear empatía, ya que hay mucho miedo y mucha preocupación porque la Seguridad del Estado juega un papel importante en tratar de cortar estas alianzas», explica.

En WhatsApp e Instagram tienen un grupo abierto llamado Botiquín MSI para intercambio de medicamentos en alianza con corredores de distintas provincias del país, quienes facilitan el traslado de esos insumos. También trabajan en colaboración con otras iniciativas de acompañamiento para brindar asesoría jurídica y realizar entregas de comida.

Procuran priorizar a las personas con enfermedades crónicas, a los menores de edad y a quienes tienen personas mayores o hijos a su cargo y mantienen el contacto con ellos durante todo el proceso judicial. Colaboran con los pagos a los costos de contratación de abogados porque algunas familias no pueden cubrir estos gastos. Actualizan en sus redes si la persona está en huelga de hambre o enferma, si se le ha denegado un habeas corpus o le ha llegado una petición fiscal, como forma de visibilizar y dar seguimiento a cada caso.

Estas no son las únicas iniciativas. Ayuda a los presos políticos del 11J / Santa Clara ofrece un servicio de apoyo financiero a través de transferencias bancarias o entrega de efectivo. El grupo Cubanos Canadienses por una Cuba Democrática se suma desde ese país a las denuncias y recientemente sus integrantes han creado una cadena de ayunos como acompañamiento a la huelga de hambre de Bárbara Farrat Guillen por la liberación de su hijo Jonathan Torres Farrat. Estas alianzas no solo contribuyen a visibilizar los casos, sino que han puesto al descubierto los mecanismos de represión del régimen cubano.

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