Condenado a 14 años por protestar el 11J en Cuba  

Gerardo Díaz Alonso se encuentra en huelga de hambre, es padre de dos bebés

Gerardo Díaz Alonso, preso por el 11J, junto a su esposa y uno de sus hijos. (14ymedio)

Gerardo Díaz Alonso fue condenado por sabotaje y desórdenes públicos junto a otras once personas en Cárdenas, Matanzas

Por Luz Escobar (14ymedio)

HAVANA TIMES – Gerardo Díaz Alonso, uno de los manifestantes del pasado 11 de julio en Cárdenas, Matanzas, está en huelga de hambre desde el viernes, en protesta por los 14 años a los que fue condenado por los delitos de sabotaje y desórdenes públicos.

Su esposa, Mercedes Sánchez, con la que tiene dos hijos –uno de año y medio y otro de tan solo 20 días–, expresa a 14ymedio “el dolor y la impotencia” que siente de ver a su pareja en esa situación, que considera “una injusticia”. La mujer está también preocupada porque Díaz Alonso “padece de los riñones”, y teme que su cuerpo “no vaya a reaccionar muy bien”.

El mismo director de la prisión llamó a los familiares para que lo convencieran de dejar la huelga de hambre. Así, Sánchez pudo ver a su marido este miércoles. “Su estado de salud es muy delicado”, advierte esta joven de 23 años, que cuenta que la madre del preso, que la acompañaba, “se puso muy mal” cuando lo vio: “Está flaco, su rostro no tenía color y se iba de lado; al verlo tan mal, habló con él para tomar agua, aunque fuera, y aceptó”.

Díaz Alonso contó a su esposa que lo tenían en “celda de castigo” pero que, pasados varios días de la huelga, lo pasaron para la enfermería porque había empeorado su salud. Según su relato, le prometieron que este jueves visitarían al preso desde la Fiscalía, “supuestamente, para que él plantee su situación”.

Aunque el juicio se celebró en diciembre, no recibió su sentencia hasta el 29 de enero. La familia no pudo tenerla hasta días después, el 3 de febrero, lo cual les impidió apelar. “Al ser por Fiscalía militar, solo teníamos cinco días”, explica su mujer, que denuncia que los papeles llegaron tarde y ni siquiera les comunicaron por teléfono la sanción.

El juicio, denuncia Mercedes Sánchez, “estuvo muy mal, hasta con fotos manipuladas”. La mujer asegura que “sólo un testigo lo acusó y es de la policía” y que en el único video presentado en el juicio como prueba incriminatoria, él “no sale tirando piedras a nada”, sino “parado en una esquina”.

La abogada de Díaz Alonso, continúa su esposa, alegó en el juicio que su defendido “tiene problemas de retraso mental”, pero lejos de tomarlo en cuenta, “inventaron muchas cosas y lo pusieron como si fuera un delincuente de lo peor”.

“Dijeron que habían hecho averiguaciones en el barrio pero nunca ningún oficial fue a hacer nada”, prosigue, “tan sólo inventaron un circo de mentiras”. Unas mentiras, lamenta, “elaboradas por ellos mismos, tal y como han hecho con todos los presos del 11J, para buscar motivos para condenarlos”.

Su marido, de 33 años, fue sentenciado junto a otras ocho personas: Daniel Joel Cárdenas Díaz (condenado a 15 años), Leidiana Prohía Guevara (12 años), José Carlos Hernández Barrio (14 años), Yoniel Santana Rodríguez (10 años), José Antonio Cue Monzón (10 años), Enoc Noé Fernández Fernández (10 años), Yasniel Roque Valle (5 años) y Jorge Luis Argüelles Bayate (15 años), a quien adicionalmente se le imputó también robo con violencia.

A otros tres procesados no los sentenciaron por sabotaje, pero sí por otros supuestos delitos graves: Alain Roselló Fernández (7 años por robo con fuerza y desórdenes públicos), Jorge Gilberto Carrillo Isaac (6 años por robo con fuerza) y Reydel Canasí Reyes (7 años por atentado y desórdenes públicos).

El caso de Daniel Joel Cárdenas Díaz, de 34 años, es especialmente dramático, pues fue, además, herido durante su detención. Las imágenes de ese momento, grabadas precariamente, corrieron como la pólvora en redes sociales y, a la postre, sirvieron al régimen para intentar desprestigiarlo.

Por otra parte, otro preso del 11J, William Manuel Leyva Pupo, también se encuentra en huelga de hambre “indefinida”, desde el martes. El joven de Holguín, de 21 años y condenado a 12 años por el delito de “sedición”, mandó un mensaje telefónico desde la cárcel en el que se declara “disidente pacífico” y “arbitrariamente en prisión”, y argumenta que prefiere morir antes que seguir sufriendo lo que llama “tortura psicológica infrahumana y degradante” impuesta por el régimen a todos los manifestantes de julio.

Leyva Pupo ya estuvo plantado en una anterior ocasión, justo cuando se celebró su juicio, el pasado enero, junto con otros nueve presos, en protesta por las altas penas de cárcel que solicitaban para ellos la Fiscalía. Para Leyva Pupo pedían 18 años que finalmente fueron 12 en la sentencia, recibida este mes de febrero.

También en huelga de hambre, pero sin juicio y desde hace más de un mes, está Luis Manuel Otero Alcántara. El artista, líder del Movimiento San Isidro, fue detenido el 11 de julio, pero no por manifestarse, sino por una causa imputada anteriormente, la misma bajo la cual permanece en prisión el cantante Maykel Castillo Osorbo. Durante una fiesta el pasado 4 de abril en la calle Damas, en La Habana Vieja, en la que los activistas y los vecinos del lugar cantaron la canción Patria y Vida, la policía intentó detener arbitrariamente a Osorbo, pero él se negó a subirse a la patrulla.

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