Concluyó el 41º Festival de Cine de La Habana, y Cuba obtuvo cuatro premios
Corales: Agosto, Flying Pidgeon, A Media Voz, y el póster de Olga
Por Jennifer Ruth Hosek
HAVANA TIMES – El 41º Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana concluyó el domingo 15 de diciembre, después de 11 días de exhibiciones continuas en alrededor de una decena de cines y lugares especiales en la capital cubana. La película argentina “Los sonambulos” ganó el primer premio de Ficción de larga duración, así como Mejor actriz, Erica Rivas y Mejor guion de Paula Hernández.
Los cineastas y artistas cubanos obtuvieron cuatro premios: Mejor Ópera Prima (Agosto), Mejor Documental (A Media Voz), Mejor Cortometraje de Ficción (Flying Pidgeon) y el Mejor Cartel de la Película “Olga” de Diana Carmenate.
Agosto, el título de ficción del cubano Armando Capó Ramos que ganó el Coral de este año por ópera prima, nos presagia su trama. Agosto de 1994 marcó el punto álgido internacionalmente volátil de la emigración de balseros de Cuba. Veinticinco años después, este sigue siendo un tema atrevido para un largometraje cubano.
Históricamente se ha evitado este tema doloroso y políticamente espinoso. Una excepción es Havana Blues, centrado en la música del director español Benito Zabrano, que ganó el premio CARACOL de la Uneac, en el Festival de 2005.
Una excepción en el apartado documental fue el aclamado Balseros, de los directores catalanes Carlos Bosch y Josep Maria Domènech, que ganó el premio mejor documental sobre tema hispanoamericano de un director no hispanoamericano en el Festival de 2002.
Agosto expande los recuerdos culturales del Período Especial. Lleva a los televidentes fuera de la capital cubana, hasta el pueblo pesquero de Gibara, donde nació el director Capó y donde él vivía en 1994, a los 14 años.
Contada desde la perspectiva de un adolescente simpático y reservado en la cúspide de la pubertad, la historia nos invita a empatizar con las personas normales que enfrentan la intrusión radical de los eventos globales en su vida cotidiana.
Los amigos de la escuela, Carlos, Mandy y Elena se quedarán en Gibara durante el verano. En vacaciones sobrantes de tiempo, deambulan por las ruinas costeras cubiertas de vegetación de esa antigua ciudad portuaria, colonial y suntuosa; allí tropiezan con misteriosos campistas de Santiago de Cuba que dicen ser biólogos.
Sin embargo, poco convencidos por las explicaciones de dichos visitantes, los tres se prometen entre ellos que no se lo dirán a sus padres para poder mantener su libertad de deambular. Al espiar a una profesora angustiada, los jóvenes están más interesados en la voluptuosidad de su sufrimiento que si su esposo la dejó por otra mujer o se fue a un país diferente.
La vida cotidiana de Carlos. Elena que coquetea con los dos muchachos, por turno, principalmente para decepción de Carlos. El adolescente cuida a su amada abuela semilúcida (interpretada por la inigualable Verónica Lynn). Las respuestas, sin adornos, que da ella a sus preguntas sobre sus parejas sexuales, son consejos indirectos de relación. Carlos descubre la masturbación la misma noche que, mirando a través de las persianas, descubre la furtiva partida de sus vecinos.
A medida que la situación económica se vuelve más difícil, los temas de los efímeros informes de radio y televisión, a los que los padres de Carlos se pegan furtivamente, se manifiestan en los restos de balsas que los funcionarios sacan de las olas. Mirando nuevamente desde la orilla, Carlos es testigo del abrazo nocturno de sus padres antes de la partida de su propio padre.
Más tarde observa, también durante la noche, cómo su madre descuera uno de los conejos que su padre le dijo que estaba criando para exhibición. Golpeado por las rápidas pérdidas sucesivas, cuando muere su abuela y Elena se va, Carlos tiene poco tiempo para llorar y mucho menos tiempo para crecer.
Mal preparados para enfrentarse a las circunstancias contemporáneas, Carlos y Mandy se sumergen en el borde del océano, suspendidos en tiempos precarios y en una conmovedora y adolescente inmadurez e impotencia.
La historia individual de Agosto se compara con eventos nacionales que también son transnacionales y contemporáneos. Si bien la crisis de los balseros se conoce popularmente como cubana, también fue y es caribeña.
De 1995 a 2014, por ejemplo, la guardia costera de los Estados Unidos interceptó a más dominicanos y haitianos que cubanos. En un mundo de intensificación climática, la migración es más masiva y global que nunca. Agosto nos hace recordar a nuestra común humanidad a través de un caso cubano particular. Esta historia identificatoria nos ayuda a comprender las luchas de la vida cuando nos enfrentamos a un futuro incierto, y a empatizar con la agonía de las decisiones, cuando tanto permanecer como irse parece imposible.
Otras dos películas cubanas obtuvieron Corals este año. Fue galardonada como documental de larga duración A Media Voz, de Heidi Hassan, que ofrece una visión introspectiva y poética de las subjetividades de la diáspora, especialmente la suya.
Galardonado en ficción corta, Flying Pidgeon, de Daniel Santoyo Hernández, explora las tensiones generacionales y morales contemporáneas en una historia de bicicletas que presenta la marca china de igual nombre que llenó las calles de Cuba durante el Período Especial.
El póster de la película de Diana Carmenate, Olga, trajo el cuarto Coral para Cuba.
El Festival de este año incluyó otras tres muestras cubanas de larga duración. En competencia, Buscando a Casal, presenta al poeta cubano del siglo XVIII Julián del Casal. Dirigida por Jorge Luis Sánchez y producida por el Icaic, esta historia biográfica de ficción, de gran duración en la realización, resalta los aspectos políticos de los escritos de Casal bajo el régimen censurador español.
En palabras de la periodista cubana Marilyn Garbey, la película lírica construye “una hermosa visualidad, reflejo de la temporalidad del siglo XIX para hacerla cercana a la sensibilidad del siglo XXI”. Ambientada en el pasado, Buscando Casal habla, sin embargo, de los desafíos de los artistas de hoy.
La espuma de los días, de Fernando Timossi, es una historia completamente comercial tanto en su orientación como en su financiamiento, sobre unos amigos sorprendentemente guapos y bien vestidos en el barrio marginal de Casablanca. Sus luchas por encontrar buenas mujeres y una buena manera de vida conforman una vivencia diaria en la que es confusamente fácil para ellos pagar estilos de vida que incluyen un automóvil, cervezas y cenas ocasionales en restaurantes de sitios turísticos.
Habana Selfies (Cuba), de Arturo Santana, consiste en seis historias de amor y deseo, algunas ligeramente rociadas con miedos íntimos al fracaso, que tienen lugar en el transcurso de una lluviosa noche habanera. Con reminiscencias de Noche en la tierra, de Jim Jarmusch, este cine urbano ligeramente entretenido y lúdico se basa en muchos géneros, incluido el omnipresente video musical, cuya producción paga las cuentas de muchos jóvenes cineastas en Cuba.
Una plétora temáticamente diversa de ficciones más cortas, documentales y las restauraciones del clásico corto de Santiago Álvarez, El arte del tabaco, y La muerte de un burócrata, de Tomás Gutiérrez Alea, completaron las ofertas cinematográficas de la Isla en un festival latinoamericano resonante, con gritos artísticos de resistencia a las medidas de austeridad en América Latina y en todo el mundo.
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Premios Coral 41 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Diciembre 2019.
FICCIÓN
- Coral de Largometraje, Ficción- Los sonámbulos de Paula Hernández (Argentina, Uruguay)
- Coral Especial del Jurado, Ficción- La Llorona de Jayro Bustamante (Guatemala, Francia) – Algunas Bestias de Jorge Riquelme Serrano (Chile)
- Coral de Dirección, Ficción- Jorge Riquelme Serrano (Algunas Bestias)
- Coral Guión, Ficción- Paula Hernández (Los sonámbulos)
- Coral Fotografía, Ficción- Héléne Louvart (La vida invisible de Eurídice Gusmão)
- Coral Actuación Femenina, Ficción- Érica Rivas (Los sonámbulos)
- Coral Actuación Masculina, Ficción- Luis Brandoni (La odisea de los giles, El cuento de las comadrejas)
- Coral Dirección Artística, Ficción- Rodrigo Martirena (La vida invisible de Eurídice Gusmão)
- Coral Música Original, Ficción- Mateus Alves, Tomaz Alvez (Bacurau)
- Coral Edición, Ficción- Sergio Mekler, Laura Marques (Tres veranos)
- Coral Sonido, Ficción- Eduardo Cáceres (La Llorona)
ÓPERA PRIMA
- Coral de Ópera Prima- Agosto de Armando Capo (Cuba)
- Coral Especial del Jurado – Las buenas intenciones de Ana Garcia Blaya (Argentina)
- Coral a la Contribución Artística – El Príncipe de Sebastián Muñoz (Chile)
- Mención Especial Opera Prima- Nuestras Madres de Cesar Díaz (Guatemala)
DOCUMENTAL
- Coral de Largometraje- A media voz de Patricia Pérez Fernández y Heidi Hassan (Cuba-España-Suiza-Francia)
- Coral Especial del Jurado, Documental- Dile a ella que me viste llorar de Maíra Santi Bühler (Brasil)
CORTOS
- Coral de cortometraje ficción- Flying Pigeon de Daniel Santoyo Hernández (Cuba)
- Premio Especial jurado de cortometraje ficción- El tamaño de las cosas de Carlos Felipe Montoya (Colombia)
- Coral de cortometraje documental- Arde la tierra de Juan Camilo Olmos Feris (Colombia)
- Premio Especial jurado de cortometraje documental- Romance de la ternura tardía de Ana Bugni (Argentina)
ANIMACIÓN
- Coral de Largometraje, Animación- Ciudad de los Piratas de Otto Guerra (Brasil)
- Coral de Cortometraje, Animación- Carne de Camila Kater (Brasil)
- Coral Especial del Jurado, Animación- Sangro de Tiago Minamisawa, Bruno H. Castro y Guto BR (Brasil)
GUION INÉDITO
- Coral de Guión Inédito- Desde el apocalipsis de Sebastián Dietsch (Argentina)
- Mención de Guion- Una noche con los Rolling Stones de Patricia Ramos (Cuba)
CARTEL
- Coral de Cartel- Olga de Diana Carmenate (Cuba)
OTROS
- Premio Coral de Post-Producción- Años cortos, días eternos de Silvina Estevez (Argentina)
- Premio de la Popularidad- El cuento de las comadrejas de Juan José Campanella (Argentina)
- SIGNIS- Los lobos de Samuel Kishi Leopo (México)
- FIPRESCI- Blanco en Blanco de Theo Court (Chile)