Certificados de depósito: el banco se quedó con los dólares

Los médicos que fueron a cumplir contratos en diferentes paises fueron entre los que perdieron buena parte de sus ahorros. Foto: Prensa Latina

HAVANA TIMES – Cuatro años después de que el gobierno los obligara transferir sus ahorros a Certificados de Depósito (CD), miles de cubanos no saben si alguna vez volverán a disponer de su dinero.

«Mi mayor preocupación es ver el silencio que hay en cuanto al tema. He averiguado por todas las vías que he podido y nadie me da una respuesta sobre si en algún momento devolverán el dinero depositado en los certificados. ¡Los pobres trabajadores del banco más perdidos no pueden estar», contó a Havana Times uno de los afectados. Debido a sus reclamos, a comienzos de 2024 incluso fue expulsado del canal del Banco Metropolitano en la red social Telegram. Había preguntado si la falta de información se debía a una orden del entonces ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández. «¡Y mire Gil como terminó!», ironiza, aludiendo a la deshonrosa destitución sufrida por ese funcionario pocas semanas después.

Más recientemente, en enero último, el anuncio de un programa de «dolarización parcial» por parte del Gobierno volvió a encender las alarmas de los titulares de los CD. Según temen algunos, la medida ocasionará una devaluación del CUP (peso cubano, la moneda oficial) y la MLC (moneda libremente convertible), la moneda digital en que se cotizan los certificados. Los ahorristas estarían viendo caer el valor de sus depósitos sin poder extraerlos o siquiera transferirlos.

Un «corralito» a la cubana

Los CD surgieron durante la Tarea Ordenamiento, el plan de reformas lanzado por el gobierno en enero de 2021 con el objetivo de reflotar la maltrecha economía local. El programa contemplaba la devaluación del CUP frente a las divisas extranjeras y la desaparición del CUC (peso cubano convertible), una moneda que se había creado para sustituir al dólar en las transacciones de los hoteles y varias cadenas de tiendas.

A CUC eran canjeados también los pagos en dólares y otras divisas que recibían los profesionales cubanos contratados en el exterior, algunos premios internacionales entregados a deportistas y artistas, y buena parte de los depósitos en monedas extranjeras que hacían los ciudadanos comunes.

«Nadie se quejaba porque antes del Ordenamiento el CUC se cotizaba a la par con el dólar, y el banco se comprometía a garantizar su valor. Además, ese tipo de cuentas brindaba la posibilidad de que en cualquier momento se podía extraer en efectivo el dinero que acumulaban o transferírselo a otra personas. Eso, sin contar con que ofrecían unas tasas de interés mucho mayores a las de los certificados de depósito», recordó Aldo, un médico que en 2019, al regreso de su misión de cuatro años en África, había guardado 5 mil dólares en un banco de la Isla.

La reforma económica alteró dramáticamente aquella realidad. Para eliminar el CUC sin mayores sobresaltos, el gobierno debía haber contado con una cifra equivalente de dólares en sus bancos, pero no era así. A despecho de lo que aseguraban las autoridades se habían emitido muchos más CUC de los que se podían respaldar.

Como solución el Banco Central (BCC) optó por endosarle el problema a los ahorristas. Durante los primeros meses de 2021 estos debieron decidir entre dos opciones: o canjear a pesos cubanos sus depósitos en CUC (para extraerlos o pasarlos a nuevas cuentas), o firmar los mencionados certificados. La primera alternativa implicaba realizar el canje bajo una tasa muy inferior a la real: en ese momento se fijó en un CUC por cada 24 CUP, y en la actualidad es de 1×120; mientras, en el mercado informal el dólar lleva más de un año por encima de los 300 CUP y en varias ocasiones hasta ha superado los 400.

En el caso de quienes optaron por los CD, el acuerdo se basaba en el compromiso de los bancos de devolverles el monto de lo depositado en dólares o euros tan pronto existiera «respaldo con liquidez».

La «trampa» está en la letra pequeña de esos contratos, que no establecen plazos concretos para las devoluciones. Tampoco permiten transferir las cuentas a otras personas, salvo por herencia, y establecen una magra tasa interés del 0,15 por ciento anual.

«En otras palabras, se quedaron con nuestros dólares y nos dieron a cambio un papel diciendo que algún día nos los devolverán. La versión que ahora andan publicando, de que los certificados se habían firmado con un plazo mínimo de cinco años es mentira. Mi certificado fue de los primeros y no plantea nada de eso. Es solo un intento de reescribir lo acordado, algo que en cualquier país del mundo sería un delito», lamentó Aldo.

Como otros titulares de CD intenta no comprometerse con declaraciones a la prensa independiente. «Si quisieran tomar una represalia, pudieran hasta bloquearme la cuenta. ¿Y después, a quién le reclamo?», explicó.

Habaneros en una cola para acceder a una sucursal del Banco Metropolitano. Photo: Agencia Cubana de Noticias

Desprotegidos

Dos años atrás, cuando en agosto de 2022 las casas de cambio (Cadeca) volvieron a realizar limitadas ventas de dólares a la población, muchos titulares de CD pensaron que se abría una puerta a la recuperación de su dinero. Según razonaban, al menos una parte de las divisas comercializadas podía destinarse a compensarlos por los fondos que habían depositado.

Pero su lógica tenía poco que ver con los planes del Banco Central. Las ventas de Cadeca estaban pensadas para recaudar parte del inmenso monto de efectivo circulante, no compensar ahorristas.

La misma desilusión les depararían las autorizaciones para nuevos depósitos bancarios en dólares y la comercialización de combustible y servicios varios, también en moneda estadounidense, dictadas en abril de 2023 y marzo de 2024, respectivamente.

Las «condiciones respecto a los Certificados de Depósitos en moneda extranjera se mantienen y hasta el momento solo se permite su extracción total o parcial en CUP, a la tasa de uno por 120», alertaron sendas declaraciones al respecto del Banco Central. En principio, la tasa oficial -muy inferior a la que se aplica en la calle- le garantiza al gobierno que prácticamente ningún ahorrista vaya a reclamar su dinero.

«Como quiera que se mire es un sinsentido. De qué sirve tener una cuenta si no es posible tocar ni un dólar de los depositados allí», criticó otro afectado, quien a finales de 2024 vivió una situación insólita en una gasolinera de la Autopista Nacional.

Allí estuvo a punto de no poder repostar combustible debido a que solo aceptaban pagos mediante tarjetas de crédito internacionales (como Visa o MasterCard) o de unas nuevas tarjetas de débito en dólares creadas por el Banco Central cubano. «No tenía cómo pagar. De nada servían mis otras tarjetas, ni los dólares que tengo en un certificado de depósito. Ahora solo quieren dinero ‘fresco’, denunció.

Una buena opción hubiese sido que los titulares de CD pudieran solicitar las nuevas tarjetas transfiriéndoles parte del saldo que tienen en sus cuentas. Pero no parece que las autoridades bancarias contemplen esa posibilidad. Y los afectados no tienen cómo reclamarles.

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