Cementerio de Colón: morir, dormir, tal vez soñar (video)

Por Irina Pino

 

 
HAVANA TIMES – La Necrópolis Cristóbal Colón, de La Habana, es un mausoleo al dolor, un homenaje a los seres queridos.

Para los que no lo conocen, fue inaugurado en 1871. Abarca 66 hectáreas y tiene cuatro puertas cardinales: norte, sur, este y oeste. En 1987, por su enorme valor artístico, fue declarado Monumento Nacional.

En sus obras arquitectónicas coexisten en total armonía los estilos art deco, bizantino, clásico, románico, gótico y otros.

Mármoles de Carrara, cobre, hierro, hierro forjado y vitrales, son los materiales empleados para la construcción de capillas, panteones, bóvedas y osarios. La riqueza en arte funerario del lugar está valorada en los 1000 millones de dólares.

Cuando pasamos cerca, o del otro lado de la calle, evitamos mirar adentro, como si un imán nos atrajera y pudiera arrebatarnos la vida en un segundo, y tuviéramos que enfrentar la mirada de la muerte, sentir su mano pálida sobre la nuestra, escuchar su voz estentórea que nos susurra al oído: ¡ha llegado tu hora!

No hay nada malo en recorrer el camposanto, sus avenidas, quedar arrobado con la belleza de sus estatuas, que tal parece nos miran atentamente, o que posan con gracia para que las admiremos.

Se divisan incontables cruces, hechas en mármol, hierro y piedra; lápidas con epitafios en relación al nivel social.

Pero no todo es bello, hay partes lóbregas, con tumbas abandonadas y de mármol ennegrecido, algunas desechas. Se percibe el olor a muerte.

Nadie cuida esa parte de la necrópolis, se acumulan las hojas secas, las memorias se diluyen en el polvo.

Son tumbas que nadie visita, olvidadas por familiares vivos, o por aquellos que ya no residen en la Isla. Un ángel oscuro las preside y las honra.

La idea de filmar este video representaba un ambicioso proyecto. Quería ver tanto, que tuve que ir dos veces, y aún así hubo una tumba que no pude encontrar: la de Cecilia Valdés, personaje real recreado en la novela de Cirilo Villaverde.

Trabajadores y un guía me dieron las coordenadas para llegar a dicha tumba, pero no la hallé. Estoy casi segura que es solo un mito, pues algunos de ellos llevan tiempo trabajando allí y jamás la han visto.

Las historias de dos tumbas llamaron mi atención: la de la Fidelidad, dedicada a Jeannete Ryder, fundadora del Bando de la piedad en Cuba, y la de La Milagrosa.

Cuentan que el perro de Miss Ryder acompañó el cortejo fúnebre y no quiso abandonar el sitio. Los trabajadores lo echaban y volvía. El can, muy triste, renunció a probar bocado. Finalmente murió.

El Bando de la piedad se conmovió tanto, que mandó a construir la estatua de Miss Rydel con el perro echado a sus pies.

Cerca de la entrada principal está La Milagrosa, siempre con flores frescas. Allí las personas devotas le piden ayuda cuando hay problemas de enfermedad, en especial por los niños.

La joven Amelia Goyri murió a los 23 años durante un parto. Su hijita fue enterrada a sus pies, como era la tradición. El desconsolado esposo nunca dejó de visitarla. Luego de varios años quiso verla por última vez: encontró el cadáver bien conservado, y a la niña cargada en sus brazos.

No se puede obviar la hermosura de los monumentos a las Víctimas de la Caridad, en honor a los bomberos caídos en la ferretería Isasi, en La Habana Vieja; así como el de los 8 estudiantes de Medicina, fusilados injustamente por los españoles.

A los interesados en visitar nuestra necrópolis, les aseguro que hallarán un patrimonio vivo en toda su extensión, en paradoja con el motivo con que es concebido: la muerte.

(Haga clic en una imagen para ver la galería.)

 

Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

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2 thoughts on “Cementerio de Colón: morir, dormir, tal vez soñar (video)

  • Una joya de la belleza lobrega, pero si no se mantiene, se va a ir reduciendo.

  • Agradezco a todos mis lectores y los invito a visitar este lugar, declarado Patrimonio de la humanidad.

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